Schettino: "Cuando vi que el barco se inclinaba, me fui"
Una conversaci¨®n del capit¨¢n del 'Costa Concordia' interceptada por los investigadores arroja luz sobre el naufragio. Hallado otro cad¨¢ver, lo que eleva a 16 el balance
¡°Cuando vi que el barco se inclinaba, me fui¡±. As¨ª de claro e irrevocable se expresa el capit¨¢n Francesco Schettino mientras habla por tel¨¦fono con un amigo pocas horas despu¨¦s del naufragio de su nave, el Costa Concordia, frente a la isla toscana de Giglio. Es la tarde del s¨¢bado 14 de enero, los buzos de la Marina Militar buscan fren¨¦ticamente a los supervivientes entre los restos del crucero medio hundido. Schettino est¨¢ sentado en una de las dos habitaciones del cuartel de los carabinieri de Orbetello. No sabe que los magistrados han dado la orden de forrar el local con micr¨®fonos para escuchar sus desahogos con las personas que le contacten. El contenido de aquellas conversaciones representa quiz¨¢s la parte m¨¢s interesante -e inquietante- del sumario que recoge las declaraciones del capit¨¢n. Schettino cuenta su versi¨®n de lo ocurrido. Sin filtros, admite sus fallos, se le va la lengua. Y agrava a¨²n m¨¢s su posici¨®n frente al fiscal Francesco Verusio, que le acusa de abandono de la nave, naufragio y homicidio.
Las llamadas que realiza Schettino en los momentos inmediatamente posteriores al desastre que caus¨® 16 muertes confirmadas y una veintena de desaparecidos esclarecen detalles fundamentales. Seg¨²n sus propias palabras, el capit¨¢n se baj¨® del crucero en cuanto vio que empezaba a inclinarse. El impacto contra un escollo, a las 21.42 del viernes 13 de enero, abri¨® una brecha de 70 metros de ancho en el lado izquierdo de la embarcaci¨®n, que comenz¨® a ladearse pasadas las once de la noche. En los v¨ªdeos que grabaron los socorristas se ve el Costa Concordia derecho y estable al menos hasta las 23.15. Los horarios coinciden y confirman que Schettino abandon¨® el crucero sobre las 23.30. Es decir, mucho antes de que todos los pasajeros pudiesen abandonar la embarcaci¨®n.
La misma llamada revela otro detalle importante: Schettino -ahora en arresto domiciliario- no cay¨® dentro una lancha mientras coordinaba la evacuaci¨®n, como sostuvo durante su interrogatorio e hizo entender al oficial de la Capitan¨ªa de Livorno, Gregorio De Falco, quien le obligaba a volver a bordo. Ante los magistrados el capit¨¢n aleg¨® que, debido a la inclinaci¨®n de la nave, desliz¨® desde un puente hacia una de las lanchas de emergencia y que no le qued¨® m¨¢s remedio que tirarse al mar. Sin embargo, a su amigo por tel¨¦fono le cont¨® otra versi¨®n. Explic¨® que decidi¨® abandonar el crucero en cuanto vio que escoraba.
El capit¨¢n lamenta haber secundado a un gerente que le rogaba acercarse a la isla: ¡°El gerente me insist¨ªa -se desahoga Schettino el d¨ªa despu¨¦s del naufragio- ¡®pasa por ah¨ª, pasa por ah¨ª¡¯ [cerca de la isla]. Otros en mi lugar no hubiesen sido tan ben¨¦volos, no hubiesen aceptado, pero me insist¨ªa, me toc¨® los cojones, ¡®pasa por ah¨ª, pasa por ah¨ª¡¯. Pas¨¦, y la instrumentaci¨®n de a bordo no me se?al¨® que hubiese algo ah¨ª abajo¡±.
Los interrogatorios de Schettino sacan a la luz las responsabilidades de la naviera
"Los radares que sondean el fondo se encuentran en la proa de la nave. Por eso, si el escollo se hallaba a un lado, puede ser que no lo detectaron", detalla un experto que pilot¨® en varias ocasiones el Costa Concordia en un puerto de Savona.
De la interceptaci¨®n no se desprende con claridad qui¨¦n es el gerente al que se refer¨ªa Schettino. El diario La Repubblica sospecha que se pueda tratar del maitre de a bordo, que desde el puente de mando donde se encontraba al lado del capit¨¢n, quer¨ªa saludar a su isla natal. Su hermana, desde la isla de Giglio, a las 21.08, anunci¨® en la red social Facebook?que el crucero iba a transitar "muy cerca" de la costa y enviaba un abrazo a su hermano. Pero el gerente al que se refiere Schettino tambi¨¦n podr¨ªa ser alg¨²n directivo de la compa?¨ªa Costa Cruceros: durante su interrogatorio el capit¨¢n sostuvo que la naviera le presion¨® para que se acercara a la isla, para hacerse publicidad, para que los turistas hicieran fotograf¨ªas.
Los interrogatorios de Schettino sacan a la luz las responsabilidades de la naviera. No tanto, por supuesto, por lo que fue el impacto con la roca. Sino por la gesti¨®n desordenada en los momentos posteriores. Algunos n¨¢ufragos van a llevar a juicio a la empresa due?a del crucero. La abogada que defender¨¢ los derechos de los supervivientes es Giulia Bongiorno, diputada fiel al derechista Gianfranco Fini y muy famosa por haber salvado de la c¨¢rcel a Raffaele Sollecito, condenado en la primera instancia por el asesinato de la estudiante brit¨¢nica Meredith Ken Perugiaercher y absuelto en apelaci¨®n.
Fuera de las aulas de los tribunales y de los cuarteles, en las aguas que ba?an la peque?a isla de Giglio, siguen las labores para encontrar a los desaparecidos. Las b¨²squedas contin¨²an a pesar de que ya hayan arrancado las operaciones previas a la aspiraci¨®n de las 2.400 toneladas de petr¨®leo contenidas en los dep¨®sitos. La empresa holandesa que sacar¨¢ el carburante por encargo de Costa Cruceros empezar¨¢ el s¨¢bado. Una labor que podr¨ªa durar hasta cuatro semanas. Mucho tiempo: los ¨²ltimos an¨¢lisis revelan que las aguas alrededor del Costa Concordia?contienen niveles muy altos de detergentes. El crucero escupe sus venenos.
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