Dilma Rousseff descarta reunirse con la disidencia en Cuba

La primera visita oficial a Cuba de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, concluye hoy sin haberse alterado los t¨¦rminos del viaje acordados hace dos semanas entre las diplomacias de La Habana y Brasilia: promoci¨®n del flanco comercial de la visita, con cientos de millones de euros de inversi¨®n en juego, y ning¨²n contacto oficial con la disidencia, incluida la bloguera Yoani S¨¢nchez. Si hace dos a?os, el entonces presidente Luiz In¨¢cio Lula Da Silva (2003-2010) visit¨® la isla y se abraz¨® a Fidel Castro, ignorando a la oposici¨®n interna y la muerte del preso pol¨ªtico Orlando Zapata, era previsible que la estancia de Rousseff, discurriera por la misma senda. La disidencia cubana, que pidi¨® ser recibida, hab¨ªa anticipado el lunes que nada especial cab¨ªa esperar de la visita.

Seg¨²n fuentes oficiales, el objetivo del viaje era ¡°profundizar el creciente di¨¢logo y cooperaci¨®n bilateral, con ¨¦nfasis en la agenda econ¨®mica¡±

Los pa¨ªses latinoamericanos m¨¢s potentes econ¨®micamente, con Brasil a la cabeza, cuidan su interlocuci¨®n con Cuba de cara un eventual cambio en las relaciones de EE UU y la isla, la apertura democr¨¢tica del castrismo y la libre circulaci¨®n de capitales y negocios. El pluralismo pol¨ªtico y los derechos humanos no suelen forman parte de las agendas empresariales, ni tampoco del plan trazado por un consorcio de empresas brasile?as, que apoy¨® la presidenta durante su estancia: la construcci¨®n de una terminal de contenedores en el puerto de Mariel, al oeste de La Habana, cerca de la costas norteamericanas, en la confianza de que alg¨²n d¨ªa concluir¨¢ el embargo comercial impuesto por Washington a Cuba hace medio siglo. El proyecto, que deber¨¢ estar terminado en unos 10a?os, ronda los 800 millones de d¨®lares de presupuesto, es desarrollado por la firma de ingenier¨ªa brasile?a Odebrecht y un 80% ser¨¢ financiado por el Banco de Desarrollo del Estado de Brasil (BNDES).

La exguerrillera brasile?a, presa y torturada en 1970 por la junta militar de su pa¨ªs (1964-85), que hace 40 a?os reclamaba para su pa¨ªs una revoluci¨®n semejante a la conseguida por Fidel Castro en la mayor de las Antillas, ha visitado La Habana antes que Washington. Quiso saludar el comandante barbudo de Sierra Maestra, de 85 a?os, alejado del poder desde 2006, que inspir¨® a toda una generaci¨®n de activistas de izquierdas contra las dictaduras militares en Am¨¦rica Latina. Buena parte de estos activistas, Lula da Silva y Dilma Rousseff entre ellos, ocupan hoy puestos de gobierno y posiciones de poder pero rechazan sumarse a las presiones diplom¨¢ticas, ensayadas por EE UU y la UE contra el r¨¦gimen cubano para conseguir que acepte la democracia pluripartidista. ¡°No les vamos a decir lo que tienen que hacer¡±, declar¨® Marco Aurelio Garc¨ªa, asesor de la presidenta.

La presidenta de Brasil fue absorbida en La Habana por un programa de actos oficiales que incluy¨® reuniones con Ra¨²l Castro y con Fidel Castro y con funcionarios de los ministerios econ¨®micos, adem¨¢s de visitas a diferentes instalaciones, entre ellas las del puerto de Mariel, a 45 kil¨®metros de la capital. El tema de los derechos humanos en Cuba no le pareci¨® prioritario al canciller brasile?o, Antonio Patriota, que viaj¨® a la isla hace dos semanas para preparar la llegada presidencial: ¡°hay otras situaciones mucho m¨¢s preocupantes, como por ejemplo en Guant¨¢namo¡±. Los asuntos econ¨®micos centraron la estancia de Roussseff, cuyo Gobierno concedi¨® el visado de Brasil a Yoani S¨¢nchez. El problema es que las autoridades cubanas no le permiten salir de la isla.Las expectativas de contactos con disidencia durante la visita de la presidencia hab¨ªan quedado descartados al advertirse oficialmente que el objetivo del viaje era otro: ¡°profundizar el creciente di¨¢logo y cooperaci¨®n bilateral, con ¨¦nfasis en la agenda econ¨®mica¡±. Los intercambios entre Cuba y Brasil, segundo socio comercial despu¨¦s de Venezuela, alcanzaron una cifra r¨¦cord: 642 millones de d¨®lares (488 millones de euros) en 2011, un 31 % m¨¢s que en 2010.