Egipto tambi¨¦n se desangra en el f¨²tbol
Al menos 74 muertos y 1.000 heridos tras un partido en Port Said entre un club local y el Ahly, de El Cairo, por el enfrentamiento de los hinchas Muchos espectadores llevaban cuchillos y otras armas
El f¨²tbol egipcio no es ajeno a la violencia. Pero ayer cay¨® en profundidades desconocidas: al menos 74 personas, entre ellas un polic¨ªa, murieron tras un encuentro en Port Said entre el Masry, local, y el Ahly, de El Cairo. La cifra puede aumentar por el gran n¨²mero de heridos: 1.000, seg¨²n los datos del Gobierno. El Ej¨¦rcito tuvo que enviar helic¨®pteros para su evacuaci¨®n. Los disturbios se propagaron a El Cairo cuando el partido que deb¨ªa jugar el Zamalek, gran rival del Ahly, fue suspendido por los sucesos de Port Said. Cientos de seguidores suyos provocaron un incendio junto al estadio e irrumpieron en las calles vecinas.
El incidente es el m¨¢s sangriento en el pa¨ªs desde la ca¨ªda de Hosni Mubarak el 11 de febrero de 2011.
Las circunstancias de la matanza resultan a¨²n confusas. Comenzaron con la invasi¨®n del c¨¦sped por parte de aficionados del Masry -hab¨ªa 13.000 espectadores y 20 brigadas de agentes- despu¨¦s de que venciera por 3-1 al Ahly, el equipo m¨¢s potente del pa¨ªs, reconocido como el mejor del siglo XX en el continente por la Confederaci¨®n Africana. El Ministerio de Sanidad explic¨® que muchos de los asistentes llevaban cuchillos y otras armas.
La relajaci¨®n policial fue un factor en el desastre. Desde la revuelta que derrib¨® al presidente Hosni Mubarak, hace casi un a?o, la polic¨ªa, manchada por la brutalidad con que actu¨® contra los manifestantes y detestada por su papel como brazo armado de la dictadura, ha efectuado un repliegue. La inseguridad ciudadana se ha disparado, en parte por la efervescencia revolucionaria y la liberaci¨®n de delincuentes en los ¨²ltimos d¨ªas de Mubarak, en parte porque la polic¨ªa ha optado por devolver el desprecio de la ciudadan¨ªa con su inoperancia. ¡°La culpa es de los soldados. Hab¨ªa decenas de ellos y de polic¨ªas. Desaparecieron todos. Era un caos completo¡±, explic¨® el portugu¨¦s Manuel Jos¨¦, t¨¦cnico del Ahly. El Gobierno orden¨® el env¨ªo de dos helic¨®pteros del ej¨¦rcito a la ciudad de Port Said para evacuar a los miembros del equipo agredido y a sus seguidores, muchos de ellos atrapados en el estadio.
La federaci¨®n egipcia ha suspendido ¡°indefinidamente¡± la Liga nacional y el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto ha anunciado tres d¨ªas de luto oficial en todo el pa¨ªs. Los Hermanos Musulmanes, cuyo partido Libertad y Justicia se hizo con la victoria en las elecciones parlamentarias, ha acusado a los partidarios del antiguo r¨¦gimen de Hosni Mubarak de los disturbios y se ha referido a ellos como la "mano invisible" que ha causado la matanza.
Los sectores m¨¢s violentos de las gradas futbol¨ªsticas egipcias cuentan con una larga experiencia en materia de batallas campales. Su entrenamiento en los choques con fuerzas antidisturbios les convirti¨® en la perfecta infanter¨ªa durante los enfrentamientos revolucionarios entre polic¨ªa y manifestantes. Los hinchas, especialmente los del Ahly, muchos con la camiseta del equipo, fueron protagonistas en las jornadas de la plaza de Tahrir hace un a?o y en las cargas en noviembre pasado cerca del Ministerio del Interior y del Parlamento. Afrontaban las balas de goma, los potent¨ªsimos gases lacrim¨®genos e incluso el fuego real con la tranquilidad de quienes llevan a?os haci¨¦ndolo.
Tras el encuentro Masry-Ahly, miles de seguidores del equipo local, vencedor, saltaron al c¨¦sped y corrieron por las gradas en busca de los aficionados y los futbolistas contrarios. Los jugadores lograron refugiarse en los vestuarios. El p¨²blico, en cambio, se vio sumergido en una org¨ªa de brutalidad. Seg¨²n la televisi¨®n local, la gente del Masry acorral¨® a la del Ahly e hizo una carnicer¨ªa con cuchillos y botellas. La mayor parte de los cad¨¢veres mostraba impactos en el rostro, heridas y hemorragias internas. Seg¨²n el Ministerio de Sanidad, un n¨²mero indeterminado de personas muri¨® por caer desde la grada.
El Gobierno orden¨® la suspensi¨®n del resto de los partidos de la jornada, entre ellos el que deb¨ªan disputar en El Cairo el Ismailiya y el Zamalek, rival ciudadano del Ahly y segunda mayor entidad futbol¨ªstica egipcia. Seguidores del Zamalek no aceptaron la orden gubernativa y se entregaron tambi¨¦n a la violencia. Testigos presenciales dijeron que hab¨ªa incendios dentro del estadio y en sus inmediaciones y que numerosas personas protagonizaban incidentes por las calles.
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