M¨¦xico resiste entre dos fuegos
La violencia del narcotr¨¢fico tiende a estabilizarse por primera vez en 2011 La guerra entre el cartel de Sinaloa y los Zetas causa la mayor¨ªa de las muertes

Durante los cinco d¨ªas empleados en la realizaci¨®n de este reportaje, m¨¢s de 100 personas perdieron la vida en M¨¦xico en incidentes relacionados con la narcoviolencia. Estimaciones de prensa cifran en 960 los muertos el pasado enero, uno de los meses m¨¢s violentos en los ¨²ltimos tiempos. El dato agranda la tragedia que vive este pa¨ªs, donde la cr¨®nica roja sobre asesinatos, decapitaciones, balaceras, sicarios, fosas, secuestros y v¨ªctimas desamparadas llena las p¨¢ginas de los diarios del mundo desde hace a?os. Una espiral de violencia sin precedentes que parece alimentarse a s¨ª misma hasta alcanzar proporciones de epidemia.
?Sin embargo, los ¨²ltimos datos sobre la crisis de seguridad sugieren que el enfermo, a¨²n muy grave, comienza a dar s¨ªntomas de que resiste y de que quiz¨¢ como dice Alejandro Hope, investigador del Instituto Mexicano para la Competitividad y del think tank M¨¦xico Eval¨²a, ¡°el pa¨ªs haya alcanzado el punto m¨¢ximo de contagio¡±. En 2011 el n¨²mero de homicidios entre enero y septiembre, seg¨²n cifras oficiales, alcanz¨® los 16.603, elevando a 47.515 el total de muertos durante lo que va de sexenio del presidente Felipe Calder¨®n. Una cantidad intolerable en t¨¦rminos absolutos, pero que podr¨ªa esconder una tendencia en t¨¦rminos relativos: la tasa de asesinatos vinculados al narcotr¨¢fico creci¨® el a?o pasado el 11%, frente a un incremento del 70% para el mismo periodo de 2010 con respecto a 2009, del 63% de 2008 a 2009 y del 110% de 2007 a 2008. Adem¨¢s, ciudades famosas por su violencia como Ju¨¢rez o Tijuana experimentaron espectaculares ca¨ªdas.

Hope apunta algunas razones para explicar ¡°el fin del crecimiento explosivo de la violencia¡±, como son la mayor capacidad del Gobierno ¡ªel presupuesto de seguridad casi se ha duplicado y el n¨²mero de polic¨ªas federales se multiplic¨® por seis¡ª y mejor informaci¨®n sobre los grupos criminales gracias a la mayor implicaci¨®n de las agencias de EEUU; nuevos equilibrios en el mundo mafioso tras el debilitamiento de varios carteles, as¨ª como una estabilizaci¨®n de los precios de las drogas por la ca¨ªda del consumo en el vecino del norte.
Alejandra Sota, portavoz del Gobierno federal, a?ade otra de car¨¢cter m¨¢s pol¨ªtico: ¡°La movilizaci¨®n de la sociedad civil que ha presionado a los gobernadores de los Estados para que busquen mayor cooperaci¨®n con las autoridades federales¡±. ¡°Ya no se puede decir que la violencia es una responsabilidad exclusiva del Gobierno federal. Esta no es la guerra de Calder¨®n, es la lucha por la seguridad de los ciudadanos y requiere el esfuerzo de todos¡±.
2011 deja otra conclusi¨®n. El cartel de Sinaloa, predominante en el oeste del pa¨ªs, y los Zetas, en el este, quedan como ¨²nicas organizaciones con capacidad para exportar droga al norte, con infraestructura a nivel nacional y conexiones en EEUU y en Sudam¨¦rica. La guerra entre ellos por la hegemon¨ªa en el negocio genera una org¨ªa de violencia ¡ªbaste recordar el hallazgo de decenas de cad¨¢veres a plena luz del d¨ªa en Boca del R¨ªo-Veracruz el pasado septiembre o en el centro de Guadalajara en noviembre¡ª, y de su resultado, seg¨²n Eduardo Guerrero, experto en narcoviolencia, ¡°depender¨¢ en buena parte la evoluci¨®n de la inseguridad en este semestre¡±.
Ambas organizaciones son muy diferentes. El cartel de Sinaloa tiene una estructura de clan familiar, se ha dotado de una imagen empresarial y es considerado m¨¢s sutil en el uso de la violencia ¡ªfrecuentemente filtrando a las autoridades el paradero de sus rivales¡ª que los Zetas, un grupo de origen militar, disciplinado y brutal en sus acciones, que opera con un sistema de franquicias que permite a las c¨¦lulas locales un alto grado de autonom¨ªa.
La consultora estadounidense Stratfor anticipa en su ¨²ltimo informe que la guerra entre ambas organizaciones aumentar¨¢ la violencia este a?o en los Estados de Jalisco, Guerrero y Michoac¨¢n y que ¡°la ¨²nica manera de que el Gobierno mexicano pueda reducir la violencia a un nivel aceptable es permitir que uno de los carteles llegue a dominar en todo el pa¨ªs o que Sinaloa y los Zetas alcancen una tregua¡±, lo que juzga improbable.
La estrategia del Gobierno
Eduardo Guerrero afirma que la estrategia actual del Gobierno consiste, por un lado, en concentrarse en los Zetas, a los que ve m¨¢s da?inos, ¡°lo que tiene el efecto perverso de convertir a los de Sinaloa en c¨®mplices estrat¨¦gicos de las autoridades¡±, y por otro en golpear a las mafias locales y a los remanentes de los antiguos carteles, ¡°deteniendo a sus gestores financieros o responsables de armas, pero no a sus capos, para evitar que su ca¨ªda genere m¨¢s violencia¡±.
La nebulosa de organizaciones criminales crecidas a la sombra del narcotr¨¢fico, empe?adas en dotarse de una reputaci¨®n de violencia, es la otra parte de la ecuaci¨®n de inseguridad en M¨¦xico. Esa red de peque?os grupos mafiosos muy especializados no tiene capacidad para trasegar con drogas, pero s¨ª para crear caos mediante la extorsi¨®n y el secuestro. ¡°Se da el caso¡±, asegura Guerrero, ¡°de gente que no espera a ser extorsionada sino que sale a buscar protecci¨®n¡±. Hope apunta que esas bandas fueron las responsables del p¨¢nico en Acapulco el pasado verano, ¡°una amenaza terrible para sus habitantes, pero no para la existencia del Estado mexicano¡±.
El historiador colombiano Marco Palacios, profesor en El Colegio de M¨¦xico, subraya que ¡°el negocio de las drogas no implica una espiral de violencia necesariamente si est¨¢ centralizado¡±, como ilustran los casos de Turqu¨ªa o Tailandia, por donde circula una enorme cantidad de estupefacientes. En su opini¨®n, el narcotr¨¢fico se aprovech¨® del vac¨ªo de poder que se produjo al acabar la pax pri¨ªsta y debilitarse el poder central con la transici¨®n democr¨¢tica tras el fin de la hegemon¨ªa del PRI.
Palacios se pregunta tambi¨¦n c¨®mo saldr¨¢ el Ej¨¦rcito mexicano de este trance. Actualmente hay 45.000 soldados desplegados en esta lucha, una cuarta parte de su fuerza. ¡°Ahora es m¨¢s consciente de su poder, tiene m¨¢s recursos y conoce mucho mejor el pa¨ªs. Contra su tradici¨®n, corre el riesgo de sudamericanizarse¡±, advierte.
M¨¦xico camina hacia las elecciones presidenciales de julio y no hay experto que descarte en este tiempo demostraciones de fuerza del crimen organizado, o que se?ale que la estabilizaci¨®n de la violencia no significa ca¨ªda. Pero al menos al enfermo no le ha subido m¨¢s la fiebre y el virus comienza a estar controlado.
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