La crisis siria convierte a Rusia y Estados Unidos de nuevo en rivales
Clinton convoca a los pa¨ªses que siguen creyendo en la democracia a derrocar a El Asad


El veto de Rusia, secundado por China, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a la propuesta sobre Siria obliga a Estados Unidos a dise?ar de nuevo una pol¨ªtica exterior sin la colaboraci¨®n de Rusia o, como en los tiempos de la Guerra Fr¨ªa, en pugna con los intereses de ese pa¨ªs. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, convoc¨® ayer a los pa¨ªses que siguen siendo ¡°amigos de una Siria democr¨¢tica¡± a continuar trabajando fuera de la ONU para derrocar a Bashar al Asad.
En t¨¦rminos inusualmente duros, Clinton calific¨® la actitud de Rusia y China el s¨¢bado de ¡°mascarada¡±, lo que indica el grado de irritaci¨®n que la conducta de esos dos pa¨ªses ha provocado en Washington. Especialmente la de Rusia, que fue el que, desde el principio, llev¨® la iniciativa contra la resoluci¨®n y, probablemente, condicion¨® el voto final de China, que podr¨ªa haberse abstenido en el caso de que Rusia hubiese hecho lo mismo.
La crisis de Siria ha dado lugar al m¨¢s duro choque diplom¨¢tico con Mosc¨² desde que Barack Obama est¨¢ en la presidencia. Otras discrepancias, como Ir¨¢n, Chechenia o el escudo antimisiles hab¨ªan conseguido hasta ahora ser resueltas o controladas sin escenificar semejante desacuerdo.
Uno de los ejes de la pol¨ªtica exterior de Obama era el de actuar de forma coordinada con Rusia en aquellas zonas en las que hubiera intereses compartidos, y discrepar de forma amigable cuando los puntos de vista fueran diferentes. Esa era la esencia de la ¡°reprogramaci¨®n¡± de las relaciones con Rusia que esta Administraci¨®n se propuso desde el primer d¨ªa.
Esa ¡°reprogramaci¨®n¡± est¨¢ ahora en peligro. Clinton llam¨® ayer abiertamente a actuar sin Rusia en Siria, incluso en contra de Rusia. ¡°Enfrentados a la realidad de un Consejo de Seguridad neutralizado¡±, declar¨® en Sofia, ¡°tenemos que redoblar nuestros esfuerzos fuera de Naciones Unidas con aquellos aliados y socios que creen en el derecho del pueblo sirio a un mejor futuro¡±. ¡°Trabajaremos¡±, a?adi¨®, ¡°para dejar en evidencia a aquellos que todav¨ªa financian el r¨¦gimen y le env¨ªan armas que son utilizadas contra sirios indefensos, incluidos mujeres y ni?os¡±.
Estas declaraciones sit¨²an, decididamente, a EEUU y Rusia en bandos opuestos en esta crisis, lo que puede acabar teniendo consecuencias que exceden los l¨ªmites del conflicto en Siria. EEUU se encuentra, por ejemplo, sumergido en una angustiosa carrera contra el tiempo para evitar que Ir¨¢n, otro aliado de Rusia, construya armas nucleares. Los riesgos de una deriva militar de ese problema se multiplicar¨ªan en el caso de que Washington tuviera que actuar plenamente en contra de la posici¨®n de Rusia.
Son m¨²ltiples los escenarios ¨COriente Medio, Asia, Europa Oriental- en los que un rebrote de la tensi¨®n entre Rusia y EEUU podr¨ªa tener efectos negativos. Ninguno de los dos pa¨ªses est¨¢ en este momento apostando p¨²blicamente por esa direcci¨®n, pero el probable retorno al Kremlin de Vladimir Putin, mucho m¨¢s si lo hace en un clima de contestaci¨®n popular, puede alentar en Mosc¨² el resurgimiento de un cierto nacionalismo antiamericano.
Por lo que ata?e a EE UU, tanto las declaraciones de Clinton como el comunicado del s¨¢bado de Obama, en el que aseguraba que su Gobierno est¨¢ del lado del pueblo sirio y contra el r¨¦gimen de Asad, ¡°porque defendemos principios que incluyen derechos universales para todas las personas y reformas pol¨ªticas y econ¨®micas justas¡±, dejan claro que esta Administraci¨®n da prioridad a su papel en la primavera ¨¢rabe, aun a riesgo de un desacuerdo con Rusia. Obama intenta preservar el prestigio de su naci¨®n por encima de todo.
Cuando lleg¨® la hora, Obama dej¨® caer a un aliado de varias d¨¦cadas, Hosni Mubarak, para no perder el afecto de la poblaci¨®n de Egipto. En Libia, aunque Muamar Gadafi era hist¨®ricamente un aliado de Rusia, todos los pa¨ªses occidentales ten¨ªan negocios all¨ª cuando se intervino para derrocarle. EE UU ha actuado de forma m¨¢s confusa en Bahrein, donde est¨¢ implicado un aliado norteamericano vital, como es Arabia Saud¨ª.
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