El Ej¨¦rcito brasile?o cerca a los polic¨ªas amotinados en Salvador de Bah¨ªa
Tras una semana de huelga, los militares se enfrentan a los familiares de los agentes en uns situaci¨®n de gran tensi¨®n
Los polic¨ªas militares que se mantienen en huelga en la capital de Bah¨ªa, San Salvador, se resisten a dejar el edificio de la Asamblea Legislativa de la ciudad, ocupado desde hace dos d¨ªas, mientras 42 hombres del Ej¨¦rcito, la Fuerza Nacional y la Polic¨ªa Federal han cercado el edificio. Tras siete d¨ªas de huelga y 92 asesinatos, este lunes vuelve a ser una jornada de tensi¨®n.
El gobernador de Bah¨ªa, Jacques Wagner, del Partido de los Trabajadores (PT), el partido del Gobierno Rousseff ha sido tajante: ¡°No negocio con criminales¡±. Al mismo tiempo, las familias de los polic¨ªas militares que mantienen ocupada el edficio del Gobierno han intentado sumarse a la ocupaci¨®n. Un cord¨®n policial alrededor del edificio impide acercarse a la prensa.
Un polic¨ªa militar consigui¨® quebrar el sitio y se uni¨® a los huelguistas. Perseguido por la Fuerza Nacional, consigui¨® entrar aplaudido por los manifestantes. La esposa de uno de los huelguistas intent¨® tambien forzar el bloqueo junto con un ni?o peque?o en brazos, pero la Fuerza Nacional consigui¨® impedirle el paso.
Desde R¨ªo de Janeiro, miembros de la polic¨ªa militar amenazan con ponerse tambi¨¦n en huelga durante los inminentes carnavales, en solidaridad con sus colegas bahianos.
El capit¨¢n Tadeu, uno de los responsables de la Polic¨ªa Militar, negoci¨® con el Ej¨¦rcito la entrada de un familiar de los huelguistas para llevar un mensaje a los manifestantes. No fue divulgado el contenido del mensaje.
Mientras tanto, 40 hombres del Comando de Operaciones T¨¢cticas de la Polic¨ªa Federal, considerada como ¡°tropa de ¨¦lite¡± de la corporaci¨®n, llegaron ayer a San Salvador para llevar a cabo 11 detenciones.
El gobernador Wagner, del partido del expresidente Lula da Silva, ha necesitado calificar de "rebeldes" al grupo de polic¨ªas que han convocado la huelga, tras haber conseguido que la justicia bahiana considerase ilegal la protesta y diese la orden para detener a los responsables m¨¢s directos del mot¨ªn. En 2001, cuando Lula disputaba las presidenciales, se desencaden¨® otra huelga policial en la capital bahiana, gobernada entonces por los conservadores. En en aquel momento el exsindicalista, que disputaba las elecciones, defendi¨® el derecho "tambi¨¦n de los polic¨ªas" a ponerse en huelga.
El Gobierno de Bah¨ªa est¨¢ ahora en manos del PT, y si por una parte no puede desautorizar una huelga policial, por otra tampoco puede permitir que los ciudadanos de Bah¨ªa sufran un caos de tal envergadura debido a la huelga.
La tesis del gobernador es que han sido los mismos polic¨ªas en huelga quienes han promovido las acciones de vandalismo y los 92 asesinatos hasta esta ma?ana. Con estas motivaciones y apoyado por el gobierno central, las autoridades de Bah¨ªa dieron orden de utilizar la fuerza si es necesario contra los "rebeldes".
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