Sin rastro de la huelga general en Egipto
Fracasa la convocatoria de una plataforma de organizaciones revolucionarias Normalidad en las calles de El Cairo La protesta fue convocada para forzar la dimisi¨®n de la Junta Militar, a un a?o de la ca¨ªda de Mubarak
La vida transcurri¨® este s¨¢bado en El Cairo como cualquier otro d¨ªa: tr¨¢fico denso y ruidoso, bullicio en las calles, y la pr¨¢ctica totalidad de comercios y cafeter¨ªas abiertos. No hubo ninguna se?al aparente de la huelga general convocada por una plataforma de organizaciones revolucionarias que ten¨ªa como objetivo lanzar un movimiento de desobediencia civil para forzar la dimisi¨®n de la Junta Militar.
Todos los medios de transporte p¨²blico funcionaron con normalidad, as¨ª como tambi¨¦n las principales infraestructuras del pa¨ªs, incluido el Canal de Suez, un punto vital para el comercio mar¨ªtimo mundial. A pesar de que varias compa?¨ªas extranjeras cancelaron sus vuelos a El Cairo como medida de precauci¨®n, el aeropuerto de la capital oper¨® de forma habitual.
La fallida jornada reivindicativa coincidi¨® con el primer aniversario de la dimisi¨®n del exdictador egipcio, Hosni Mubarak, y con la visita al pa¨ªs ¨¢rabe de Martin Dempsey, el jefe del Estado Mayor de EE UU. De acuerdo con la agencia de noticias oficial MENA, Dempsey se reuni¨® con el presidente de la Junta Militar, el mariscal Hussein Tantawi, y con su hom¨®logo egipcio, el teniente general Sami Anan.
La noticia de la agencia MENA se limitaba a informar que la reuni¨®n se centr¨® en la ¡°profundidad de la relaci¨®n estrat¨¦gica entre El Cairo y Washington¡±. No obstante, la raz¨®n real del viaje de Dempsey es abordar la crisis entre ambos pa¨ªses derivada del procesamiento de cerca de una veintena de ciudadanos estadounidenses, acusados de haber violado la legislaci¨®n sobre el funcionamiento de las ONG. Durante la pasada semana, tanto la secretaria de Estado, Hillary Clinton, como varios senadores advirtieron de la posibilidad de suspender las ayudas a Egipto.
¡°La mayor¨ªa del pueblo egipcio est¨¢ contra la huelga, y a favor del Ej¨¦rcito¡±, afirmaba Ayman Mustaf¨¢, un administrativo de una empresa tur¨ªstica que acudi¨® a una concentraci¨®n de apoyo a las fuerzas armadas. ¡°La huelga general solo a?ade inestabilidad y divisi¨®n, y el pa¨ªs necesita todo lo contrario. La econom¨ªa est¨¢ muy mal¡±, a?adi¨® el joven. El acto, celebrado en la plaza Abbasiya, reuni¨® a centenares de personas.
Ahmed, un empleado de un establecimiento en el barrio de Dokki de la popular cadena de centros comerciales Tawhid an-Nour coincid¨ªa con esta visi¨®n: ¡°Hoy todos los compa?eros han venido a trabajar, y ninguno de nuestros 80 establecimientos ha cerrado¡±.
Tawhid an-Nour es una empresa estrechamente vinculada con los Hermanos Musulmanes, el hist¨®rico movimiento islamista egipcio que ha expresado de forma categ¨®rica su rechazo a la huelga general. Su peri¨®dico, titulado Libertad y justicia, igual que su marca electoral, publicaba el s¨¢bado una encuesta seg¨²n la cual el 76% de los egipcios se opon¨ªa a la huelga, frente a solo un 16% que la apoyaba. Las principales autoridades religiosas del pa¨ªs, tanto cristianas como musulmanas, se hab¨ªan opuesto tambi¨¦n a la medida.
El fracaso de la convocatoria, que solo tuvo un seguimiento notable entre los universitarios, refleja la debilidad de los grupos revolucionarios, que adem¨¢s de solicitar la entrega del poder por parte de la Junta Militar a una autoridad civil, exigen una purga del aparato estatal de seguridad, intacto a¨²n un a?o despu¨¦s de la ca¨ªda del ¡°ra?s¡± Mubarak.
Durante los ¨²ltimos cuatro meses, Tahrir le ha echado diversos pulsos a la Junta Militar, sin obtener concesiones sustanciales. De ah¨ª, la decisi¨®n de la plataforma de entidades revolucionarias de implicar en las protestas a nuevos sectores sociales. Seg¨²n su estrategia, esta deber¨ªa servir para impulsar durante las pr¨®ximas semanas una ola de desobediencia civil que incluyera, entre otras acciones, no pagar impuestos o cualquier tasa estatal.
El Gobierno anunci¨® la semana pasada que el 10 de marzo se abrir¨ªa el plazo para la presentaci¨®n de las candidaturas a las elecciones presidenciales, previstas para principios de junio. El fracaso de la huelga deja a las organizaciones revolucionarias con un escaso margen de maniobra, pues a medida que se acerque la fecha de las elecciones, m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ convencer a la sociedad de movilizarse para forzar la dimisi¨®n de la Junta, que prometi¨® a entregar el poder al futuro presidente electo el pr¨®ximo 30 de junio.
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