Un infierno de cad¨¢veres y cosas en Comayagua: "Es la mezcla de la muerte"
El director general de la polic¨ªa hondure?a asegura que el penal incendiado era un centro "modelo" A muchos solo se les podr¨¢ identificar por ADN o an¨¢lisis de odontolog¨ªa forense
Unas horas despu¨¦s del atroz incendio en el que murieron abrasados al menos 377 presos, a tres cuadras de la c¨¢rcel hondure?a de Comayagua, hab¨ªa un ret¨¦n policial que cercaba el lugar y desviaba el tr¨¢fico. ¡°Est¨¢ prohibido, por lo del incendio en la c¨¢rcel¡±, explicaban los agentes. ?nicamente pod¨ªan pasar miembros del Gobierno, personal militar, periodistas y personal sanitario. Y, por supuesto, bomberos, que en las ¨²ltimas horas de la madrugada del mi¨¦rcoles intentaron sofocar el incendio que consumi¨® con sus llamas casi por completo cinco calabozos con gran parte de los presos atrapados en su interior.
Unas horas antes, las labores eran otras, no menos dram¨¢ticas: sacar todos los cuerpos de las celdas y llevarlos a una cancha de f¨²tbol para tratar de hacer un primer estudio de los cad¨¢veres. Algunos estaban totalmente irreconocibles, deshechos por las llamas. ¡°Hay cuerpos que est¨¢n pegados¡ Identificar a muchos solo se podr¨ªa hacer por medio de ADN o de odontolog¨ªa forense¡±, explic¨® uno de los encargados del traslado de los fallecidos.
El tr¨¢fico de coches por la importante carretera que conduce de Comayagua hacia San Pedro Sula, la segunda ciudad de Honduras, estaba interrumpido. Centenares de personas, especialmente familiares de los reclusos, se encontraban aglomeradas frente a la entrada principal del presidio, que albergaba a unos 850 presos y era considerado un ¡°modelo¡± de funcionamiento por su seguridad y por el sistema de rehabilitaci¨®n aplicado a sus internos, seg¨²n explic¨® a EL PA?S el general Jos¨¦ Ram¨ªrez del Cid, director general de la polic¨ªa hondure?a.
- Si era modelo, ?c¨®mo ocurri¨® est¨¢ tragedia?
- Pues¡ A¨²n no le puedo decir, pero creemos que fue un accidente¡ Vamos a necesitar investigar, incluso con la ayuda de peritos internacionales, respondi¨® el funcionario.
El general Ram¨ªrez del Cid cort¨® en esa pregunta la entrevista sobre la atrocidad ocurrida en la "mod¨¦lica" prisi¨®n de Comayagua. Mientras tanto, por el lugar, decenas de miembros de la Cruz Roja, Medicina Forense y soldados acarreaban los cad¨¢veres, que hab¨ªan sido guardados en unas bolsas pl¨¢sticas especiales.
¡°Los vamos a colocar en ese segundo furg¨®n refrigerado, para luego trasladarlos a Medicina Forense, en Tegucigalpa. All¨ª se les har¨¢ la autopsia, y ser¨¢n plenamente identificados¡±, explic¨® Jos¨¦ Luis L¨®pez, de la direcci¨®n de Centros Penales de Honduras. Un primer furg¨®n de unos 15 metros de largo, y que habitualmente sirve para transportar mariscos congelados, se hab¨ªa llevado ya 115 cad¨¢veres. Todav¨ªa se necesitaban dos camiones m¨¢s.
Fuera, frente al port¨®n de la entrada principal, custodiada por polic¨ªas antimotines, los familiares de los reclusos mostraban ansiedad, incertidumbre y temor. La mayor¨ªa no se hab¨ªa movido de all¨ª en las 24 horas anteriores.
¡°Yo estoy aqu¨ª por un sobrino, que hoy mismo supe a trav¨¦s de la radio que estaba preso", dec¨ªa una mujer que quiso guardar el anonimato. "Es un chavo de 18 a?os. S¨¦ que est¨¢ entre los vivos, pero a ciencia cierta no s¨¦ d¨®nde est¨¢ ahora¡±. A su lado, un hombre de origen campesino explicaba que estaba all¨ª por un cu?ado. "Dicen que estaba en la bartolina [el calabozo] o en el hogar 8¡ y ah¨ª hubo muertos. Pero no me voy hasta saber bien qu¨¦ pas¨® con ¨¦l¡±.
"Me tir¨¦ una toalla mojada encima"
De pronto, unos reclusos supervivientes fueron sacados por la entrada del edificio administrativo de la c¨¢rcel para llevarlos a un lugar m¨¢s seguro.
-?C¨®mo te salvaste?
-Bueno, me tir¨¦ una toalla mojada encima¡ y me qued¨¦ en un rinc¨®n. Los dem¨¢s, mis compa?eros, se quemaron -apunt¨® Edson.
Edson tiene el cuerpo tatuado. ?l era un pandillero de las temibles Maras, cuyos miembros, a punta de aguja y de tinta, suelen convertir su piel en un mural.
El olor que sale de la c¨¢rcel es raro. Dentro, es peor que raro. ¡°Adem¨¢s de las personas quemadas, que, de hecho, despu¨¦s de m¨¢s de 12 horas, ya entraron en descomposici¨®n, tambi¨¦n se quemaron muchas cosas all¨¢ dentro. Es la mezcla de la muerte. Esto ha sido un infierno, quiz¨¢s m¨¢s grande que el que ilustr¨® Dante en su obra¡±, dijo Edgar Monterrosa, un funcionario del sistema de justicia de Honduras.
Honduras, como el resto de pa¨ªses de Centroam¨¦rica, padece de un r¨¦gimen carcelario obsoleto y corrupto. Sus presos viven hacinados. La Penitenciar¨ªa Nacional de Comayagua albergaba 850 reclusos, cuando su capacidad era de apenas 250. Es la muestra de lo que sucede en todo el pa¨ªs, que tiene una poblaci¨®n reclusa de 12.000 presos, cuando la capacidad es apenas de 8.000.
En El Salvador, otro punto negro, hay 20.000 presos pese a que la infraestructura es para unas 8.500 personas.Son condiciones que contribuyen a que no dejen de ocurrir horrores como el que todav¨ªa se puede olfatear alrededor de la c¨¢rcel de Comayagua.
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