Un Papa rodeado por lobos

Cuentan que a Juan Pablo II le preguntaron en cierta ocasi¨®n: ¡°Su Santidad, ?cu¨¢nta gente trabaja en el Vaticano?¡±. A lo que el polaco Karol Wojtyla, Papa entre 1978 y 2005, contest¨® con iron¨ªa: ¡°M¨¢s o menos, la mitad¡­¡±. Ahora ya sabemos ¡ªsiguiendo una broma que en realidad no lo era ni lo es tanto¡ª a qu¨¦ se dedica la otra mitad. De unas semanas a esta parte, el Vaticano vive conmocionado por una serie de filtraciones de documentos secretos que han llevado al portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, a admitir que la Iglesia est¨¢ sufriendo su particular Vatileaks. La publicaci¨®n de una denuncia interna sobre corrupci¨®n y de un extra?o complot para matar a Benedicto XVI dejan al descubierto las descarnadas luchas de poder ante la posible inminencia del fin de su papado. Aunque representante de Dios en la Tierra, Joseph Ratzinger es en realidad un hombre enfermo a punto de cumplir 85 a?os. En expresi¨®n de L¡¯Osservatore Romano, ¡°un pastor rodeado por lobos¡±.

?Los lobos, aunque se vistan de p¨²rpura, se excitan con la sangre. Y el pastor Ratzinger ya avis¨® hace dos a?os ¡ªen una entrevista de Peter Seewald convertida en libro¡ª que ¡°cuando un Papa alcanza la clara conciencia de no estar bien f¨ªsica y espiritualmente para llevar adelante el encargo confiado, entonces tiene el derecho y en algunas circunstancias tambi¨¦n el deber de dimitir¡±. ?Piensa Benedicto XVI dar un paso atr¨¢s coincidiendo con su 85 cumplea?os ¡ªel 16 de abril¡ª o con el s¨¦ptimo aniversario ¡ªtres d¨ªas despu¨¦s¡ª de su papado?

Tal vez solo ¨¦l y Dios lo sepan, pero lo que s¨ª parece estar muy claro es que, ante tal posibilidad, los candidatos a sucederle se han puesto a luchar como hombres para un puesto divino. Y, por afinar un poco m¨¢s, como hombres italianos. Tanto los apellidos que ilustran esta historia de intrigas y golpes bajos como las armas elegidas para el duelo son puramente locales. Hay adem¨¢s una raz¨®n de peso. La silla de Pedro lleva siendo ocupada por un extranjero desde 1978. ?No es hora de ya de que el Esp¨ªritu Santo vuelva su mirada hacia un cardenal italiano en la pr¨®xima reuni¨®n de la Capilla Sixtina?

La lucha de poder en el seno de la Iglesia se est¨¢ dirimiendo ¡ªde forma in¨¦dita y dolorosa para muchos verdaderos hombres de fe¡ª en las p¨¢ginas de los peri¨®dicos. Como si se tratase de la ¨²ltima filtraci¨®n sobre los zafios esc¨¢ndalos de Silvio Berlusconi. El primer golpe lleg¨® con la divulgaci¨®n, a trav¨¦s de un programa de televisi¨®n, de una carta del arzobispo Carlo Maria Vigan¨°, actual nuncio en Estados Unidos, en la que le contaba al Papa diversos casos de corrupci¨®n dentro del Vaticano y le ped¨ªa no ser removido de su cargo como secretario general del Governatorato ¡ªel departamento que se encarga de licitaciones y abastecimientos¡ª. Vigan¨°, sin embargo, fue enviado lejos de Roma. La segunda filtraci¨®n destapaba un supuesto complot para matar al Pont¨ªfice. El peri¨®dico Il Fatto Quotidiano public¨® una carta muy reciente enviada a Benedicto XVI por el cardenal colombiano Dar¨ªo Castrill¨®n Hoyos en la que le contaba que el cardenal italiano Paolo Romeo, arzobispo de Palermo (Sicilia), hab¨ªa realizado un viaje a China durante el cual habr¨ªa comentado: ¡°El Papa morir¨¢ en 12 meses¡±. Pero no solo eso. Seg¨²n la carta del obispo colombiano, escrita en alem¨¢n y bajo el sello de ¡°estrictamente confidencial¡±, el arzobispo de Palermo se hab¨ªa despachado a gusto en China contando supuestos secretos del Vaticano tales como que el Papa y su n¨²mero dos, Tarcisio Bertone, se llevan a matar y que Benedicto XVI estar¨ªa dejando todo atado y bien atado para que su sucesor al frente de la Iglesia fuese el actual arzobispo de Mil¨¢n, el cardenal Angelo Scola.

?Qu¨¦ hay de verdad y de mentira en tales confidencias que ven la luz ahora? Tal vez nada a partes iguales. Quiz¨¢s lo ¨²nico cierto es que un sector de la curia vaticana, la casta de diplom¨¢ticos pontificios, considera que el actual Papa ha ido demasiado lejos al promover la transparencia en los dineros de la Iglesia y al cortar de un tajo la permisividad con los abusos a menores. Demasiado lejos y demasiado r¨¢pido para quien, a fin de cuentas, es un alem¨¢n de 85 a?os, enfermo y solo, perdido en un laberinto ajeno de intrigas y golpes bajos. Durante 26 a?os, rein¨® sobre el Vaticano un Papa polaco, experto en relaciones p¨²blicas. Desde hace siete, un introvertido Papa alem¨¢n. Da la impresi¨®n de que Italia ha iniciado la reconquista de la silla de Pedro.