En la morgue de la revoluci¨®n
No hay refugio seguro en la provincia de Homs frente a la brutal represi¨®n del r¨¦gimen de El Asad
Cinco cad¨¢veres yacen en un frigor¨ªfico para manzanas, convertido en la morgue de la revoluci¨®n. Entre ellos hay dos ni?os de unos 13 y 10 a?os, Ismael y Ahmed Masharkeh, dos hermanos de una misma familia. Son las doce de la ma?ana y un mortero les ha sorprendido en el interior de su casa, en Al Qusayr, una localidad de la provincia de Homs. El padre llora, arrodillado, tratando de identificar el rostro desfigurado del m¨¢s peque?o, envuelto en una manta marr¨®n. Un corro de hombres se arremolina alrededor, rezando y gritando consignas contra Bachar el Asad. "Esto es lo que hace a nuestro pueblo, ?por qu¨¦, por qu¨¦?", se pregunta uno de ellos, entre lamentos, para terminar gritando un onmipresente ?Allah u Akbar! (Al¨¢ es grande), respondido al un¨ªsono por todos los presentes.
El funeral transcurre a toda prisa, hoy es un d¨ªa peligroso. El pasado lunes el Jeish al Hor (Ej¨¦rcito Libre) captur¨® un tanque a las tropas de El Asad en las inmediaciones de la ciudad y como represalia el r¨¦gimen ha iniciado un bombardeo contra la zona controlada por los rebeldes, dos tercios de la ciudad. Llevados en volandas en una corta procesi¨®n desde la mezquita hasta el nuevo cementerio construido para los shaheed (m¨¢rtires), a salvo de las balas de los francotiradores, el cortejo casi corre hacia las tumbas, cavadas solo una hora antes.
Rodeados cientos de personas, los sepultureros entierran los cuerpos en apenas diez minutos. Dos hermanas tratan de llegar a los pies de la tumba de Ahmed e Ismail, entre l¨¢grimas, pero ha sido todo tan r¨¢pido que ni siquiera les ha dado tiempo de darles su ¨²ltimo adi¨®s. "?Cu¨¢ntos muertos m¨¢s necesita Bachar para irse, cu¨¢ntos?", exclama una de ellas.
Se oyen algunos tiros. Las tropas de El Asad, apostadas en las azoteas del hospital y del ayuntamiento, disparan a los altavoces de la mezquita, que emite el sonido de los rezos musulmanes para el funeral.
Hoy no ha habido canciones, ni reuni¨®n multitudinaria, ni el discurso habitual de un miembro del Jeish Al Hor a las multitudes. Los reclutas del ej¨¦rcito tienen otros menesteres y est¨¢n atareados esperando la supuesta llegada de tanques del r¨¦gimen, que han reforzado sus posiciones en esta zona, cercana a la frontera con L¨ªbano, y tienen la rodeada la ciudad con artiller¨ªa pesada, 17 controles y un n¨²mero indeterminado de veh¨ªculos armados.
En solo dos d¨ªas han muerto ocho personas en esta localidad a causa de explosiones de mortero, disparos de francotiradores en el centro o ataques de soldados del Ej¨¦rcito sirio a coches circulando de noche en una de las carreteras de acceso y en las inmediaciones de un puesto de control del r¨¦gimen. La poblaci¨®n est¨¢ sufriendo continuos cortes de electricidad y el di¨¦sel, que ha doblado su precio, escasea.
El lunes decenas de personas hac¨ªan cola en una gasolinera controlada por el Jeish al Hor para poder hacerse con unos litros para sus calderas, sufriendo temperaturas bajo cero. "?Yo paso primero o vengo con mi arma!", gritaba un anciano con dos garrafas vac¨ªas y el brazo en alto, mientras tres hombres del Jeish al Hor interven¨ªan para calmar a la algarab¨ªa de mujeres que protestaban y ped¨ªan protecci¨®n. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n est¨¢ armada y es usual ver a los hombres con armas cortas o kalashnikov, guardados en los maleteros de los coches o en casa, en la entrada.
Pero la situaci¨®n es especialmente dram¨¢tica en la ciudad de Homs, donde no hay apenas suministros y la poblaci¨®n est¨¢ sometida a un intenso bombardeo sin descanso que se ha cobrado cientos de vidas en solo quince d¨ªas, sin que el Ej¨¦rcito Libre haya podido hacer nada para evitar la lluvia mortal de morteros, lanzados desde la distancia.
El Jeish al Hor est¨¢ compuesto en su mayor¨ªa por desertores y solo aceptan a aquellos que hayan realizado el servicio militar, de modo que es un ej¨¦rcito tan experimentado como pobre. Solo cuentan con fusiles, RPGs y una pobre infraestructura en cuesti¨®n de veh¨ªculos y medios para comunicarse, obst¨¢culos que impiden en estos momentos un equilibrio de fuerzas a corto plazo, dada la fortaleza de las tropas de El Asad, que est¨¢n mucho mejor pagadas, equipadas y cuentan con tanques y artiller¨ªa pesada.
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