Romney alarga el drama de las primarias
El exgobernador venci¨® en el supermartes, pero no despej¨® las dudas que plantea su candidatura
Mitt Romney gan¨® en Ohio, fue el vencedor del supermartes, es quien m¨¢s delegados acumula y quien m¨¢s posibilidades tiene de ser nominado como candidato presidencial en la Convenci¨®n republicana de Tampa, en agosto pr¨®ximo. Dicho esto, el resto son todo incertidumbres y temores sobre las cualidades del candidato, las opciones de recuperar la Casa Blanca y el destino del Partido Republicano, sumido hoy en una profunda depresi¨®n pol¨ªtica y moral.
Nadie lo ha descrito con m¨¢s sinceridad que Barbara Bush, madre y esposa de presidentes, quien ha confesado estar asistiendo a la peor campa?a electoral que ha visto en toda su vida. Mucho tiempo queda hasta noviembre y muchos sucesos pueden a¨²n perturbar el escenario actual, desde una guerra con Ir¨¢n hasta un nuevo desfallecimiento de la econom¨ªa. Pero nada de ello puede modificar el hecho de que el Partido Republicano cuenta con un favorito que no convence y con unas alternativas que gustan todav¨ªa menos.
Todos los triunfos de Romney en el supermartes tienen un pero. Gan¨® en Ohio, pero por un punto de diferencia despu¨¦s de haber gastado cinco veces m¨¢s dinero que su principal contrincante, Rick Santorum. Gan¨® en Virginia, pero all¨ª no compet¨ªan ni Santorum ni Newt Gingrich, y a¨²n as¨ª, Ron Paul, tuvo un 40% de los votos, su mejor resultado hasta la fecha. Gan¨® en Massachusetts, pero como no iba a hacerlo, si fue gobernador de este Estado. Gan¨® en Idaho, que es el Estado con m¨¢s mormones despu¨¦s de Utah. Gan¨® en Vermont, donde solo un 14% de los votantes se declaraban conservadores. Y gan¨® en Alaska. No hay un pero para su victoria en Alaska.
Santorum gan¨® en tres Estados donde de verdad se compet¨ªa, Tennessee, Oklahoma y Dakota del Norte, con lo que demostr¨® que est¨¢ en condiciones de alargar esta batalla hasta el final. Gingrich obtuvo el triunfo en Georgia, que no tiene gran m¨¦rito, puesto que se trata del Estado al que represent¨® durante varios a?os en la C¨¢mara de Representantes, pero es suficiente para no tirar la toalla y aspirar a otros ¨¦xitos en el Sur en las pr¨®ximas semanas.
Ninguno de los dos parece tener posibilidades de alcanzar ya a Romney en n¨²mero de delegados, pero ambos pueden extender la pugna que tanto ha desgastado a Romney desde que empezaron estas primarias. No por la competencia en s¨ª, sino por la calidad de esta. La rivalidad fue mucho mayor hace cuatro a?os entre Barack Obama y Hillary Clinton, y ambos salieron fortalecidos. Obama gener¨® uno de los fen¨®menos sociales m¨¢s llamativos de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Clinton confirm¨® una solidez que la mantiene a¨²n hoy con grandes opciones de volver a intentarlo en 2016.
Barbara Bush, madre y esposa de presidentes,? ha confesado estar asistiendo a la peor campa?a electoral que ha visto en toda su vida
En el caso de Romney, como prueban las encuestas, su respaldo popular ha ido disminuyendo seg¨²n avanzaba el proceso de primarias. La participaci¨®n de republicanos en las elecciones es menor que en 2008. Romney ha ganado en varios Estados con menos votos de los que obtuvo cuando perdi¨® entonces.
Evidentemente, este proceso no le est¨¢ sirviendo para elevar su estatura. Consciente de que los ultra conservadores dominan la base del partido, ha tenido que hacer tal contorsionismo pol¨ªtico que su perfil se ha desdibujado por completo. Su campa?a es un puro ejercicio de enmascaramiento: no puede hablar de su biograf¨ªa, por miedo a que lo rechacen por morm¨®n, y no puede hablar de sus principales logros como gobernador de Massachusetts, por miedo a ser identificado como un progresista. El resultado es que nadie sabe qui¨¦n es Romney ni lo que piensa.
Eso se transmite a las urnas, donde Romney triunfa cada vez que los electores acuden con la nariz tapada a votar por el candidato m¨¢s conveniente, pero fracasa cada vez que los ciudadanos dan rienda suelta a sus instintos y votan por el verdadero conservador, que unas veces es Santorum y otras, Gingrich.
Los republicanos m¨¢s optimistas creen que ese debate desaparecer¨¢ el d¨ªa en que Romney sea finalmente nominado. Eso promete tambi¨¦n Romney. ¡°Cuando tengamos un nominado todos vamos a estar juntos contra Barack Obama, vamos a estar juntos porque todos estamos de acuerdo en que necesitamos reemplazarle¡±, dec¨ªa ayer el candidato.
Los partidos se unen para ganar, eso es previsible. Pero algunos de los da?os que se provocan en el camino no son f¨¢ciles de reparar. El da?o en el voto de los hispanos, por ejemplo, que huyen de la actual ret¨®rica antiinmigrantes -la mitad de los que votaron por John McCain apoyan hoy a Obama-. O el da?o en el voto de las mujeres, con la insistencia en introducir en la campa?a el rechazo a los anticonceptivos.
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