Los ¨²ltimos refugiados de Libia, varados a la espera de Europa

La Libia de Muamar el Gadafi era poco acogedora para los refugiados, pero queda de camino a Europa y entonces all¨ª hab¨ªa trabajo. La revuelta contra el dictador hizo huir a un mill¨®n de personas de Libia a los vecinos Egipto y T¨²nez, inmersos en su propia convulsi¨®n tras echar a sus tiranos. Mezclados en aquella marea humana, escaparon miles de refugiados de Darfur, Somalia, Eritrea o Irak. Unos 3.500 de ellos est¨¢n a¨²n en un campo de refugiados, llamado Shousha, levantado en T¨²nez, a siete kil¨®metros de la frontera libia. All¨ª est¨¢n a la espera de que pa¨ªses occidentales les abran la puerta para reasentarse y empezar una nueva vida. Espa?a se dijo el a?o pasado dispuesta a acoger a 100 de esos refugiados aunque finalmente no acogi¨® a ninguno. El plan es acogerlos este a?o. Pero los tr¨¢mites se demoran. Y ellos siguen en Shousa, esperando.

¡°El deseo es que la cuota, aunque peque?a, se cumpla¡±, recalca Amaya Valc¨¢rcel, de la ONG Servicio Jesuita a Refugiados, que visit¨® el campo en febrero. Explica que estos refugiados deben ser reasentados porque en estos casos la repatriaci¨®n ¡ª¡°la soluci¨®n ideal¡±¡ª es imposible, tampoco es viable su integraci¨®n en T¨²nez ¡ªque reciban la nacionalidad como, por ejemplo, los guatemaltecos la obtuvieron en M¨¦xico en los ochenta¡ª ni su regreso a Libia es posible porque, por ser negros, ¡°est¨¢n bajo sospecha de ser mercenarios de Gadafi¡±.

Los pa¨ªses europeos, en general, han sido poco generosos. Ocho pa¨ªses de la UE (B¨¦lgica, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Pa¨ªses Bajos, Portugal, Suecia y Reino Unido, que suman 124 millones de habitantes) han ofrecido acoger a 192 personas, una cifra m¨ªnima comparada con los 1.519 aceptados por Estados Unidos (con una poblaci¨®n de 313 millones) e irrisoria si se compara con los 547 refugiados a los que Noruega y sus cinco millones de habitantes han abierto la puerta.

¡°El proceso est¨¢ en marcha¡± para cubrir ese cupo de 100 refugiados, asegura una portavoz del Ministerio del Interior espa?ol. Explica que ¡°a finales de febrero ACNUR entreg¨® los expedientes de unas 80 personas a la Direcci¨®n de Pol¨ªtica Exterior de la Oficina de Asilo y Refugio del ministerio. Ahora est¨¢n en fase de evaluaci¨®n de idoneidad para ver si los candidatos cumplen los perfiles que se requieren¡±. Sobre esos perfiles, la portavoz solo detalla que ¡°las mujeres con ni?os, los ni?os y los n¨²cleos familiares tienen prioridad¡±. El proceso no tiene plazos, confirma la representante del ministerio. El cupo, "de hasta cien refugiados", lo aprob¨® el Consejo de Ministros el 7 de octubre de 2011 en una decisi¨®n que pretend¨ªa ser "muestra de solidaridad con los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, que soportan la acogida de la mayor¨ªa de los refugiados en el mundo".?

El de Shousa es el ¨²nico de los cinco campos de refugiados levantados en el punto ¨¢lgido de la crisis libia, la primavera pasada, que sigue en pie. Cuenta Valc¨¢rcel que muchas de las grandes ONG como MSF o Save the Children ya se han ido de all¨ª. El coordinador de ACNUR en T¨²nez, el liban¨¦s Hovig Etyemezian, explica que ¡°la misi¨®n de Espa?a [para entrevistar a los refugiados] no ha llegado ni tiene fecha¡± por el momento. Detalla que "el 70% de los acogidos en el campo de Shousa son hombres j¨®venes, el resto familias; el 80% proceden de Darfur, Somalia y Eritrea, y el resto, de Irak, Palestina, Chad, Costa de Marfil, Nigeria, Ghana¡­". Seg¨²n Etyemezian, International Medical Corps y Danish Refugee Council se encargan de los servicios comunitarios y de la educaci¨®n mientras Islamic Relief se ocupa de dar agua y comida a los internados.

La representante del Servicio Jesuita al Refugiado recalca que los refugiados con los que habl¨® en el campo de Shousa hablaban ¨¢rabe, claro indicio de que llevan a?os fuera de sus pa¨ªses de origen. ¡°La diferencia es que estos refugiados tienen una larga historia de desplazamientos sucesivos a sus espaldas (¡­). Los somal¨ªes han sido refugiados en Yemen, Arabia Saud¨ª y Libia antes de llegar aqu¨ª¡±, le cont¨® una monja que trabaja en el campo, la hermana Mercy, a Valc¨¢rcel. ¡°La mayor¨ªa de las personas de Etiop¨ªa y Eritrea pas¨® mucho tiempo en Sud¨¢n y luego en Libia¡±, a?adi¨®.