Miles de jud¨ªos entierran a las v¨ªctimas en Jerusal¨¦n

A las 10.08 de la ma?ana han salido del furg¨®n funerario los cuerpos de las v¨ªctimas del atentado de Toulouse en el cementerio Har Hamenouhot de Jerusal¨¦n, procedentes de Francia. En la cima de la colina en la que se encuentra el camposanto esperaban para despedir al rabino y a los tres ni?os, una marea negra, de miles de jud¨ªos ortodoxos, muchos de ellos miembros de la comunidad franc¨®fona de Jerusal¨¦n.

L¨ªderes pol¨ªticos y religiosos han pronunciado discursos entrecortados por llantos y gritos de dolor durante el funeral. ¡°Les recordamos a nuestros enemigos que no lloramos porque seamos d¨¦biles. Somos fuertes y continuaremos ense?ando la palabra de la Tor¨¢ en todos los rincones del mundo¡±, ha dicho Shlomo Amar, rabino jefe sefard¨ª, enfundado en su tradicional capa con bordados plateados, que lloraba desconsolado.

El ministro de Interior, el de Integraci¨®n y el portavoz de la Knesset, -el Parlamento israel¨ª-, han pronunciado palabras de apoyo a las familias y pidieron a las autoridades francesas que refuercen la seguridad en torno a las instituciones jud¨ªas, en un acto que fue pol¨ªtico y religioso a partes iguales. Alain Jupp¨¦, ministro de Exteriores franc¨¦s, reci¨¦n aterrizado, ha asegurado que ¡°Francia no ceder¨¢ al terror y explic¨® que ¡°el antisemitismo atenta contra todos los valores de Francia¡±. Y ha a?adido: ¡°los entierran en Israel pero su memoria permanecer¨¢ en Francia¡±.

¡°Hac¨ªa tiempo que no ocurr¨ªa un acto de antisemitismo de esta magnitud. He venido porque esto es algo que nos afecta a todos los jud¨ªos del mundo¡±, sostiene un joven jud¨ªo madrile?o, con un libro de oraciones en la mano, que ahora estudia en Jerusal¨¦n. A su lado, unas compa?eras de trabajo de Eva Sandler, la viuda de Jonathan, el rabino muerto a balazos en la escuela religiosa de Toulouse junto a dos de sus hijos y otra menor. Vestidas de negro como el resto de los asistentes al funeral, explican que la viuda del rabino no quer¨ªa viajar a Francia y que solo acept¨® trasladar a su familia el pasado septiembre para que su marido trabajara en la escuela de Toulouse, con la condici¨®n de que volvieran pasados dos a?os.

A las 12.25, pronunciado el Kadish, el rezo que eleva el alma del difunto, decenas de hombres han encabezado el cortejo f¨²nebre portando los cuatro cuerpos, que han viajado envueltos en el manto blanco de la oraci¨®n.