La nueva clase media brasile?a dispara la fiebre consumista
30 millones de personas han entrado en la horquilla de ingresos entre los 700 y 3.000 euros al mes El crecimiento ha expandido el mercado interno y disparado los precios de la vivienda
El discurso oficial afirma que una d¨¦cada entera de crecimiento sostenido ha permitido sacar de la pobreza a millones de familias que engrosan hoy las filas de una nueva clase media brasile?a, la clase emergente en el gigante latinoamericano. Algo nunca visto en los ¨²ltimos 30 a?os. Suena parad¨®jico el ¨¦xito de Brasil, cuando el modelo econ¨®mico imperante hace aguas en distintos rincones del planeta y Europa est¨¢ en plena crisis. Con 192 millones de habitantes, sigue siendo uno de los pa¨ªses m¨¢s desiguales del planeta. Los pobres han mejorado su situaci¨®n a un ritmo sin precedentes, aunque, proporcionalmente, las clases de mayor renta han crecido m¨¢s. Y la tendencia contin¨²a.
El gran salto lo ha protagonizado la llamada clase C, con unos ingresos entre 1.610 y 6.940 reales mensuales (700 y 3.017 euros), a la que desde 2003 han accedido 30 millones de brasile?os procedentes de las clases m¨¢s pobres. Pero lo m¨¢s relevante de la transformaci¨®n de Brasil es que no s¨®lo los m¨¢s pobres van hacia arriba, sino que el ascenso afecta a toda la pir¨¢mide socioecon¨®mica.
Actualmente, hay 20 millones de ricos, y en 2014 la cifra ser¨¢ de 30 millones. ¡°Por incre¨ªble que parezca, poco a poco disminuye el n¨²mero de pobres y aumenta el n¨²mero de ricos¡±, dice el economista Ricardo Paes de Barros, del Instituto de Investigaci¨®n Econ¨®mica Aplicada, especialista en estudios sobre desigualdad, y asesor de la Presidencia de la Rep¨²blica. Despu¨¦s de nueve a?os de Gobierno del Partido de los Trabajadores (ocho con Lula da Silva y uno con Dilma Rousseff), entra en vigor ¡°la tercera generaci¨®n de programas sociales, que propone seguir transfiriendo renta a quien m¨¢s lo necesita y, al mismo tiempo, dar a las familias un amplio abanico de oportunidades, que m¨¢s se adapten a su talento¡±, explica Paes de Barros.
No conozco a un solo pobre que haya dejado de serlo", dice una empleada dom¨¦stica de Brasilia
Tereza Campello, ministra de Desarrollo Social y Combate al Hambre, quiere incluir 320.000 nuevas familias en el programa Brasil sin Miseria, cuyo objetivo es sacar de la pobreza extrema a 16 millones de personas, con un subsidio de 70 reales (30 euros) al mes y por persona. Seg¨²n el criterio de la Fundaci¨®n Getulio Vargas, la clase A tiene unos ingresos superiores a 9.050 reales al mes (3.935 euros), la clase B, entre 6.940 y 9.050 reales (3.017 y 3.935 euros), la clase C entre 1,610 y 6.940 (700 y 3.017 euros), la D entre 1.008 y 1.610 (438 y 700 euros) y la E, por debajo de los 1.008 reales ( 438 euros). Las dos ¨²ltimas son las m¨¢s numerosas. El salario m¨ªnimo es de 545 reales (237 euros). Un diplom¨¢tico que empieza su carrera gana 12.900 reales (5.609 euros) al mes.
Brasil es un pa¨ªs de profunda desigualdad, donde la riqueza m¨¢s obscena coexiste con situaciones de miseria. Las estad¨ªsticas indican que hay m¨¢s ricos y menos pobres. No es ning¨²n milagro, pero el ascenso social de un sector de la poblaci¨®n ha expandido el consumo en el mercado interno. ¡°Hay m¨¢s restaurantes y ha aumentado el parque m¨®vil¡±, se?ala Francisco Corrales, director de la empresa espa?ola Isolux en Brasil. ¡°En Sao Paulo, por ejemplo, lo ves en todos los barrios. Hay m¨¢s estabilidad pol¨ªtica y econ¨®mica, en un pa¨ªs donde las palabras d¨¦ficit, inflaci¨®n y deuda son de triste recuerdo¡±.
Wanda Ferreira, empleada dom¨¦stica en Brasilia, es menos optimista. ¡°La verdad, no s¨¦ d¨®nde est¨¢n estos millones de pobres que, supuestamente, hoy son clase media. No conozco a un solo pobre que haya dejado de serlo. Veo a mucha gente que lucha y trabaja mucho.¡± Ferreira es muy esc¨¦ptica sobre la mejora de la situaci¨®n econ¨®mica de los brasile?os. ¡°Cada vez veo la situaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil. En mi casa, hace diez a?os viv¨ªamos mejor. Ten¨ªamos una casa propia. La vendimos porque mi marido estuvo sin trabajar durante dos a?os. Yo comenc¨¦ a trabajar y mi situaci¨®n mejor¨®, pero nadie me regal¨® nada. Ahora vivimos en una casa de un pariente de mi marido, que no nos cobra alquiler¡±.
Miya es un chef que trabaj¨® varios a?os en un renombrado restaurante paulistano, y que est¨¢ a punto de abrir un nuevo establecimiento con otros dos socios. ¡°La clase en expansi¨®n es la C, que comi¨® toda la vida en restaurantes baratos. Por el contrario, la alta cocina no crece, y Brasil es cada d¨ªa m¨¢s caro. Un restaurante de nivel medio-alto tiene un retorno del 15%. El boom econ¨®mico se traduce en pisos muy caros e inversiones millonarias en restauraci¨®n. Pero son datos que no reflejan la realidad¡±. Cada semana abre un restaurante en Sao Paulo, aunque el 35% de estos nuevos establecimientos cierra el primer a?o, seg¨²n un informe de la Asociaci¨®n Brasile?a de Bares y Restaurantes (Abrasel).
Miya compr¨® hace cuatro a?os un apartamento de 50 metros cuadrados en el barrio Villa Magdalena, en Sao Paulo, por 250.000 reales (108.695 euros). El a?o pasado quer¨ªa venderlo. ¡°Me ofrecieron 520.000 reales (227.000 euros) Fui a ver uno de 70 metros cuadrados y me ped¨ªan un mill¨®n de reales (434.783 euros)¡±. La escalada de precios de la vivienda es imparable.
Murillo de Aragao, presidente de la consultora Arko Advice, se?ala que la nueva clase media surge de la combinaci¨®n de tres elementos: estabilidad econ¨®mica, pol¨ªtica de ingreso real y control de la inflaci¨®n. ¡°El gran activo del Gobierno de Lula fue la redistribuci¨®n de la renta, los programas sociales y la expansi¨®n del cr¨¦dito, que permiti¨® el salto hacia delante de los pobres. Antes pedir dinero al banco era in¨²til. Lula baj¨® los tipos de inter¨¦s y el mercado se abri¨®. Hay todav¨ªa mucho camino por recorrer. Las hipotecas suponen el 4% del PIB, cuando en M¨¦xico representan el 20%¡±.
Brasil es un pa¨ªs globalizado, en cultura, Internet, m¨²sica, moda, comida, pero no internacionalizado. Apenas cinco o seis millones de brasile?os viajan cada a?o al exterior, y una cantidad similar de extranjeros visitan Brasil. ¡°Participamos con menos del 3% en el comercio internacional mundial. El PIB de capital extranjero en Brasil es del 20%. No tenemos una econom¨ªa internacionalizada¡±, lamenta Murillo de Aragao.
La ¨¦lite econ¨®mica brasile?a est¨¢ en la cima de los grandes consumidores mundiales, detr¨¢s de los chinos y de otros tigres asi¨¢ticos. El consumo de productos de alta gama crece el 20% anual. Sao Paulo, la mayor ciudad del pa¨ªs, tiene una de las flotas de helic¨®pteros m¨¢s numerosas del mundo, y las ventas de coches deportivos Porsche aumentaron un 3.500% los ¨²ltimos diez a?os.
Vayan donde vayan, los ricos gastan sin pesta?ear. Estados Unidos, tres veces m¨¢s barato que Brasil, se ha convertido en la Meca a la que peregrinan religiosamente los consumidores del gigante suramericano. El a?o pasado los brasile?os gastaron 5.800 d¨®lares por persona, hasta un total de 8.700 millones de d¨®lares. Estas cifras tienen que ver con el mill¨®n y medio de brasile?os que visitaron Estados Unidos en 2011, que representa un aumento del 20% en relaci¨®n a 2010. La cifra total de gastos en el exterior en 2011 fue de 21.200 millones de d¨®lares, tres veces m¨¢s que en 2007.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.