El Ej¨¦rcito afgano asumir¨¢ el control de las redadas nocturnas en las casas
Kabul tendr¨¢ derecho a vetar cualquier operaci¨®n nocturna de las fuerzas internacionales
Despu¨¦s de a?os de tensi¨®n por las batidas nocturnas de los soldados norteamericanos, las fuerzas aliadas y el Gobierno de Kabul han llegado a un acuerdo para transferir esas operaciones al ej¨¦rcito de Afganist¨¢n. Ambas partes firmaron este domingo un documento formalizando el cambio, que se ha implementado de forma inmediata. Estados Unidos renuncia as¨ª a conducir en solitario una de las pr¨¢cticas en la que m¨¢s ha confiado en los ¨²ltimos a?os y que m¨¢s ha soliviantado a la poblaci¨®n civil afgana.
¡°Desde hoy, esas operaciones han sido lideradas ya por Afganist¨¢n¡±, dijo tras la firma del pacto el comandante de las fuerzas de la OTAN sobre el terreno, el general del Marine Corps John Allen. ¡°?ste es el segundo mayor hito en menos de 30 d¨ªas en el camino hacia la soberan¨ªa afgana¡±, a?adi¨®. El 8 de marzo, la OTAN y el Gobierno afgano hab¨ªan firmado ya otro acuerdo, por el que se le transfer¨ªa a este ¨²ltimo la custodia de los insurgentes detenidos en combate.
Lo cierto es que el presidente Hamid Karzai hab¨ªa ordenado hace un a?o que el ministerio de Defensa afgano asumiera el control de esas redadas nocturnas, ante las reiteradas quejas de la poblaci¨®n civil. La OTAN las convirti¨® en una t¨¢ctica generalizada, en su cambio hacia una estrategia b¨¦lica de tipo contrainsurgente, dise?ada para debilitar a un enemigo que cada vez ha dependido m¨¢s de t¨¦cnicas de guerrilla y ataques terroristas contra la poblaci¨®n civil.
Esas batidas se produc¨ªan frecuentemente en bastiones talibanes como Helmand, Kandahar o las provincias fronterizas con Pakist¨¢n. Los soldados, frecuentemente afiliados a grupos de operaciones especiales, las efectuaban durante la noche, en total oscuridad. Consist¨ªan en registros de domicilios en villas que se suponen refugios de insurgentes.
Los detenidos estar¨¢n bajo custodia de las autoridades afganas, y ser¨¢n estas quienes decidir¨¢n si los interrogadores norteamericanos pueden tener acceso a ellos
Recientemente el general Allen asegur¨® en una comparecencia en el Capitolio (Washington) que el a?o pasado se practicaron 2.200 redadas de ese tipo. El Pent¨¢gono mantiene que en un 90% de estas operaciones, los soldados no abren fuego, y que en consecuencia las v¨ªctimas colaterales se dan en muy contadas ocasiones.
Seg¨²n el nuevo pacto, un comit¨¦ militar compuesto por soldados norteamericanos y afganos decidir¨¢ qu¨¦ batidas son necesarias. Entonces, un juez deber¨¢ aprobarlas, emitiendo para ello una orden de registro. Sin embargo, en el documento se admite que Afganist¨¢n aun debe establecer un proceso judicial que permita la emisi¨®n de ¨®rdenes de registro con ¡°rapidez y operatividad¡±.
Los soldados de EE UU pueden seguir participando en esas batidas, pero solo en misi¨®n de apoyo o asesoramiento. Las redadas ser¨¢n lideradas por comandos militares de Afganist¨¢n, que ser¨¢n los ¨²nicos que podr¨¢n acceder a las viviendas donde se supone que se refugian insurgentes. Los detenidos estar¨¢n bajo custodia de las autoridades afganas, y ser¨¢n estas quienes decidir¨¢n si los interrogadores norteamericanos pueden tener acceso a ellos.
Diversos pol¨ªticos afganos han protestado porque consideran que en la masacre de Kandahar del pasado 11 de marzo, en la que murieron 17 personas, al menos nueve de ellas ni?os, a su supuesto autor, el sargento norteamericano Robert Bales, le ayud¨® el hecho de que las batidas nocturnas fueran habituales en las villas a las que acudi¨®. Mantienen que los civiles a los que aniquil¨® no huyeron porque pensaron que se trataba de un registro rutinario m¨¢s. El sargento se encuentra en una base de Kansas a la espera de consejo de guerra.
El pacto, que supone una importante concesi¨®n a Kabul a solo un a?o y ocho meses del plazo marcado por el presidente norteamericano, Barack Obama, para finalizar la guerra, puede allanar el camino a un acuerdo estrat¨¦gico general que permita una transferencia progresiva de la soberan¨ªa y la seguridad nacional al Gobierno de Karzai. La masacre de Kandahar hab¨ªa dejado en suspenso la posibilidad de ese pacto y el proceso de paz. La Casa Blanca espera ahora que ese acuerdo se pueda firmar en la conferencia de la OTAN que se celebrar¨¢ en mayo en Chicago.
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