La reuni¨®n Obama-Rousseff refleja la pugna por el liderazgo continental
Los dos pa¨ªses compiten por la influencia pol¨ªtica y econ¨®mica en el continente
La reuni¨®n este lunes en la Casa Blanca entre Barack Obama y Dilma Rousseff fue el encuentro entre los presidentes de dos colosos que compiten actualmente por la influencia, no solo en el continente que comparten y sobre el que ostentan una supremac¨ªa indiscutible, sino en todos los planos de la pol¨ªtica y la econom¨ªa internacionales. Como tal, la entrevista estuvo rodeada de tensiones y diferencias que los dos l¨ªderes se esforzaron en disimular con elogios mutuos y un compromiso de estrechar sus relaciones en el futuro, pero sin grandes acuerdos concretos.
Obama reconoci¨®, en unas declaraciones al final de la entrevista, ¡°el extraordinario progreso que ha hecho Brasil bajo la presidenta Rousseff y su antecesor, el presidente Lula, transitando de una dictadura a una democracia, consiguiendo un extraordinario crecimiento econ¨®mico y sacando de la pobreza a millones de personas¡±. Por su parte, Rousseff critic¨® las pol¨ªticas monetarias de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados y expres¨® confianza de que ¡°en los pr¨®ximos meses, bajo el capaz liderazgo del presidente Obama, se ponga el ¨¦nfasis en pol¨ªticas de crecimiento econ¨®mico".
Con motivo de esta cumbre, se anunciaron una serie de compromisos militares, diplom¨¢ticos, culturales y comerciales que pretend¨ªan ayudar a darle contenido a la primera visita de Rousseff a Washington. Pero ninguno de esos acuerdos sirvi¨® para negar la realidad de que estos dos pa¨ªses est¨¢n a¨²n lejos de un nivel de cooperaci¨®n a la altura de la relevancia que esta relaci¨®n ha alcanzado para el futuro de Am¨¦rica y del mundo.
Brasil genera hoy alrededor de la mitad de todo el Producto Interno Bruto de este continente. El a?o pasado sobrepas¨® al Reino Unido como la sexta mayor econom¨ªa mundial. Tiene poderosas razones para reclamar de parte de EE UU un trato preferencial que todav¨ªa no recibe, debido a las discrepancias pol¨ªticas entre los dos Gobiernos.
La presidenta brasile?a esperaba culminar este viaje visita con una cela de gala en la Casa Blanca, como Obama ha ofrecido a otros invitados especiales ¨Cel ¨²ltimo, el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron- o con cualquier otro evento social que diera brillo y notoriedad a la presencia de Rousseff en Washington. En lugar de eso, la presidenta brasile?a cen¨® anoche en la embajada de su pa¨ªs.
EE UU reconoce la dimensi¨®n alcanzada por Brasil en los ¨²ltimos a?os, pero a¨²n tiene dudas sobre el uso que el gobierno brasile?o puede hacer de ese poder. ¡°Todo el mundo sabe que somos las dos mayores y m¨¢s diversas democracias, las dos mayores econom¨ªa de nuestro hemisferio. Pero lo que puede que no se sepa es que, precisamente porque somos democracias, tenemos una obligaci¨®n especial a defender nuestros valores¡±, declar¨® la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en un acto junto a su colega brasile?o, Antonio Patriota.
La Administraci¨®n norteamericana recela del Gobierno brasile?o desde que el anterior presidente de ese pa¨ªs, Luiz Inacio Lula da Silva, intent¨® jugar un papel de mediador con Ir¨¢n en unas condiciones que, seg¨²n la perspectiva de Washington, debilitaba el aislamiento impuesto por la comunidad internacional sobre el r¨¦gimen isl¨¢mico. Aunque Rousseff, del mismo partido que Lula, ha tratado de prescindir de ese tipo de actuaciones tan expuestas, EE UU sigue sin ver con buenos ojos el desarrollo de un bloque de potencias alternativas, conocido como BRICS, al que Brasil pertenece, junto a China, Rusia, India y Sur¨¢frica. Brasil manifiesta discrepancias con la presi¨®n que EE UU patrocina contra el r¨¦gimen de Siria y contin¨²a sin respaldar la pol¨ªtica norteamericana respecto a Ir¨¢n. En la agenda continental, Rousseff hizo recientemente una visita a Cuba que refleja el criterio diferente con el que los dos pa¨ªses afrontan las relaciones con Ra¨²l Castro.
La consecuencia de esas tensiones en los ¨²ltimos a?os ha sido que, pese a que el intercambio bilateral ha crecido modestamente -74.000 millones de d¨®lares en 2011-, EE UU ha sido sobrepasado por China como el principal socio comercial de Brasil, que en estos momentos diversifica sus contactos internacionales con el objetivo evidente de competir por el predominio en Am¨¦rica o, al menos, ser reconocido como una pieza esencial en este continente. Esa competencia, as¨ª como su capacidad para hacerla m¨¢s constructiva, podr¨¢ visualizarse dentro de unos d¨ªas en la Cumbre de las Am¨¦ricas, a donde tienen previsto acudir tanto Obama como Rousseff. El asunto de Cuba ser¨¢ uno de los principales puntos a observar.
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