Valores que cotizan a la baja
La crisis pega duro. Apenas deja t¨ªtere con cabeza. Pega duro aqu¨ª, pero da provechos all¨ª. Puede que termine afectando al planeta entero: China desacelera en su crecimiento y hay s¨ªntomas preocupantes en Brasil. Pero de momento la crisis es nuestra: es nuestra crisis, de p¨¦rdida de poder y de riqueza de los europeos y, sobre todo, de algunos europeos.
Una de las cosas m¨¢s sorprendentes es su car¨¢cter polim¨®rfico. Es econ¨®mica, pero va m¨¢s lejos. Afecta a valores e instituciones, a ideas y sistemas pol¨ªticos incluso. ?Modelo productivo? No solo. Los valores que mejor cotizaban en el mercado intangible de la imagen internacional se encuentran ahora entre los que m¨¢s pierden. La mod¨¦lica transici¨®n espa?ola, el Rey dem¨®crata y prudente, la Espa?a emergente y europe¨ªsta, el motor de la Catalu?a aut¨®noma, la Europa modelo de bienestar y de solidaridad, el euro que desaf¨ªa al d¨®lar, la UE como superaci¨®n de los Estados nacionales, todo esto cotiza a la baja, junto al Ibex 35, el que m¨¢s ha ca¨ªdo de todas las Bolsas en 2012.
Recordemos que la Monarqu¨ªa, instituci¨®n siempre aprobada por los espa?oles, est¨¢ desde el pasado octubre entre los malos alumnos. Seguro que los ¨²ltimos episodios se notar¨¢n en su imagen entre los ciudadanos. Nada precisamente ejemplar puede exhibirse de una familia que permite a un ni?o jugar con armas de fuego y al abuelo Monarca cazar elefantes en la misma semana de todos los horrores hisp¨¢nicos en los mercados de deuda, en injusticias fiscales y en recortes de sanidad y educaci¨®n.
Cada uno puede hacer su lista, pero se ver¨¢ r¨¢pidamente la f¨¢cil correlaci¨®n que se establece en cuanto a desprestigios. Uno de los pocos valores que parecen escapar, curiosamente, es la ciudad de Barcelona. A pesar de que se halla aquejada de los mismos males que todos ¡ªparo, ca¨ªda de la actividad, aparici¨®n de la pobreza extrema en sus calles¡ª, sus arcas municipales, a diferencia de Madrid, no tienen los niveles de endeudamiento que corresponden al pa¨ªs casi quebrado que es hoy Espa?a. Tampoco el Consistorio barcelon¨¦s se ha visto obligado a acogerse al plan arbitrado por el Gobierno para pagar las deudas a proveedores, que en el caso de Madrid suben a 1.000 millones.
Barcelona sigue siendo la ciudad de moda, atractiva y brillante para millones de personas en todo el mundo, y referencia para artistas, urbanistas y soci¨®logos. Poco influyen en su prestigio los recurrentes ataques de p¨¢nico que aquejan a su clase dirigente cuando se producen unos epis¨®dicos des¨®rdenes p¨²blicos que la colocan en las primeras p¨¢ginas de la prensa. Esta ¨¦lite gobernante, perfectamente cosmopolita y conocedora de la conflictividad de las grandes urbes en todo el mundo, sobre todo en momentos de depresi¨®n econ¨®mica, suele enroscarse en cada algarada local en sus reflejos m¨¢s familiares, que convocan y amplifican los peores fantasmas de nuestra historia ¡ªSemana Tr¨¢gica, pistolerismo, anarquismo, Guerra Civil¡ª, sin darse cuenta de su contribuci¨®n al deterioro de la imagen de la misma ciudad a la que pretenden defender de las hordas desatadas.
M¨¢s curioso todav¨ªa es que esta clase dirigente busque el nuevo modelo productivo que nos sacar¨¢ de la crisis producida por el capitalismo de casino en el descaro de una directa apuesta por los casinos. Es cierto que un proyecto como el que ofrece Sheldon Adelson a los constructores espa?oles, catalanes incluidos, sea en Madrid sea en Barcelona, crear¨¢ millares de puestos de trabajo durante su construcci¨®n y luego cuando el complejo funcione. Tambi¨¦n que algunas salpicaduras caer¨¢n sobre quienes les hayan favorecido, incluidos probablemente unos partidos pol¨ªticos ahora muy necesitados de l¨ªquido para no verse arrastrados en su tren de vida al triste destino de la mayor¨ªa de los ciudadanos. Pero ni eso es un modelo productivo ni es, sobre todo, un modelo de ciudad para ofrecer a Barcelona.
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