Charles Colson, el villano del Watergate que lleg¨® a l¨ªder evang¨¦lico

Se dijo de ¨¦l que era un genio del mal, capaz de pisotear a su propia abuela para demostrar su lealtad a Richard Nixon. En sus d¨ªas de altos vuelos y flagrantes abusos en la Casa Blanca, Charles Colson pens¨® que todo se le permit¨ªa. Por ello fue a prisi¨®n, donde vio la luz y renaci¨® en Cristo. Sali¨® de la c¨¢rcel convencido de que era necesario aumentar el papel de la religi¨®n en la vida pol¨ªtica. Y logr¨® pasar de la deshonra p¨²blica a ser una de las figuras m¨¢s influyentes en el movimiento evang¨¦lico. Falleci¨® el 21 de abril en Washington, a los 80 a?os, a causa de una hemorragia cerebral.

Colson (Boston, 1931) era, en teor¨ªa, asesor legal del presidente, contratado como tal en 1969. En la pr¨¢ctica se dedicaba a idear todo tipo de estratagemas con un ¨²nico objetivo: la reelecci¨®n de Nixon como presidente de Estados Unidos en 1972. Fue ¨¦l quien contrat¨® a E. Howard Hunt, colaborador de la CIA, para espiar a los oponentes dem¨®cratas. Colson y sus colegas alimentaron la idea de que al presidente se le pod¨ªa permitir cualquier cosa, y que no hab¨ªa l¨ªmites a lo que sus hombres pod¨ªan hacer por ¨¦l. Aquello desemboc¨® en el esc¨¢ndalo del hotel Watergate.

De Colson escribi¨® Nixon en su autobiograf¨ªa: ¡°Era positivo, persuasivo, inteligente y partidista. Su instinto de ir a por la yugular pol¨ªtica y su capacidad para acabar los trabajos que se le encargaban le convirtieron en un faro para mis propias frustraciones y para la timidez de muchos republicanos cuando respond¨ªan a los ataques de los dem¨®cratas y de los medios. Cuando me quejaba a Colson, me sent¨ªa seguro de que ¨¦l har¨ªa algo¡±. Nixon dimiti¨® en deshonra en 1974.

Sobre Colson se dec¨ªa en los c¨ªrculos de poder de Washington que hubiera atropellado a su propia abuela si aquello hubiera beneficiado a Nixon. ?l bromeaba con esa idea. Para asustar a sus subordinados antes de las elecciones de 1972, le dict¨® un mensaje a su secretaria, para su inmediata difusi¨®n: ¡°Se han publicado muchas cosas err¨®neas sobre m¨ª en la prensa recientemente, pero la cr¨®nica de la semana pasada que dec¨ªa que pisotear¨ªa a mi abuela si fuera necesario es totalmente cierta¡±.

No todo en su carrera fueron bromas. Los fontaneros de Nixon entraron en la consulta del psiquiatra de Daniel Ellsberg, exanalista militar que en 1971 hab¨ªa filtrado a la prensa los llamados papeles del Pent¨¢gono y hab¨ªa dejado al desnudo los abusos de los estadounidenses en Vietnam. Cumpliendo ¨®rdenes de Colson, buscaban documentos que desprestigiaran a Ellsberg. Ese abuso hizo que se le llevara a juicio y por lo que pas¨® siete meses en prisi¨®n en 1973.

En la c¨¢rcel, Colson vio la luz divina. Se convirti¨® en un cristiano renacido. Muchos pensaban que era una estratagema para reducir su pena. Al salir, sin embargo, era otro. Quiso redimirse, ayudando a los presos que dejaba atr¨¢s. En 1976 fund¨® la organizaci¨®n Prison Fellowship, que se dedicar¨ªa a predicar y ofrecer ayuda espiritual en centros carcelarios.

Colson, sin embargo, era carne de Washington, conocedor de los entresijos del poder. Aparte de ayudar a los presos, se entreg¨® con esmero en aumentar la influencia de la religi¨®n en la esfera pol¨ªtica. Suya, en parte, fue la idea de coaligar a protestantes evang¨¦licos y cat¨®licos conservadores con el Partido Republicano. Las tres facciones aunaron fuerzas en asuntos como el aborto o el matrimonio homosexual. En 1994 Colson public¨® junto a 14 l¨ªderes religiosos un manifiesto titulado Evang¨¦licos y cat¨®licos juntos, en el que criticaba la separaci¨®n de Iglesia y Estado.

Fueron los Bush los que le concedieron, finalmente, la redenci¨®n. En 2000, Jeb Bush, entonces gobernador de Florida, borr¨® de un plumazo sus antecedentes, y le permiti¨® volver a ejercer la abogac¨ªa y volver a votar. Su hermano, George W. Bush, en la presidencia de la naci¨®n, le pidi¨® su asesoramiento para aplicar lo que defini¨® como conservadurismo con compasi¨®n, la idea de que con la caridad se logran m¨¢s avances para los desfavorecidos que con los programas del Gobierno. Esas ideas son ahora parte de la ortodoxia republicana.