Pensar de otro modo sobre Al Qaeda
La organizaci¨®n est¨¢ m¨¢s extendida en el mundo pero es imposible elucidar si su amenaza terrorista es menor, igual o mayor
Un a?o despu¨¦s de que Osama bin Laden fuese abatido por unidades especiales de la Marina de Estados Unidos en el escondite de la localidad paquistan¨ª de Abbottabad donde se hallaba desde aproximadamente 2006, pueden hacerse al menos dos afirmaciones sobre Al Qaeda y la amenaza que esta estructura terrorista supone para las sociedades occidentales. Primera: Al Qaeda se encuentra hoy m¨¢s extendida en el mundo de lo que estaba hace 12 meses y tanto o m¨¢s implicada en actividades de terrorismo, sobre todo en el sur de Asia, Oriente Medio, ?frica septentrional y el este de ?frica. Segunda: no es posible elucidar con el suficiente grado de certidumbre si durante ese periodo de tiempo se ha reducido, mantenido o incrementado la amenaza terrorista que Al Qaeda supone para las democracias de Norteam¨¦rica, Europa occidental y Ocean¨ªa.
Al hablar de Al Qaeda suele pensarse en una organizaci¨®n confinada al noroeste de Pakist¨¢n, epicentro del terrorismo global. Pero lo que se localiza en esa zona es el n¨²cleo central de Al Qaeda. Es decir, su mando general, al cual acompa?an responsables y cuadros activos en Afganist¨¢n y Pakist¨¢n, por lo com¨²n colaborando con las organizaciones yihadistas predominantes en ese escenario, que se han fortalecido y siguen ofreciendo protecci¨®n a los l¨ªderes de Al Qaeda. Estos ¨²ltimos son blanco reiterado de los misiles lanzados desde aeronaves no tripuladas de la inteligencia estadounidense, que tras la muerte de Osama bin Laden han quitado la vida de otros destacados integrantes del n¨²cleo central de Al Qaeda como el libio Atiya Abd al Rahman, el paquistan¨ª Ilyas Kashmiri, el egipcio Abu Miqdad al Masri o el saud¨ª Abu Hafs al Shariri. Pero Al Qaeda son tambi¨¦n sus extensiones territoriales, establecidas entre 2002 y 2007: Al Qaeda en la Pen¨ªnsula Ar¨¢biga, Al Qaeda en Mesopotamia y Al Qaeda en el Magreb Isl¨¢mico. Estas ramificaciones de una misma estructura terrorista global difieren en su composici¨®n, articulaci¨®n y relaciones con el mando general. Adaptan con variable autonom¨ªa sus din¨¢micas a los escenarios en que operan, de Yemen o Irak a Argelia y Mal¨ª. Pues bien, Al Qaeda los ha ampliado al este de ?frica, donde manten¨ªa una c¨¦lula desde los noventa. Al Shabab, la organizaci¨®n yihadista activa en Somalia, aunque tambi¨¦n en otros pa¨ªses como Kenia y Uganda, decidi¨® hace poco unirse a Al Qaeda. Su l¨ªder jur¨® p¨²blicamente, en febrero de 2012, fidelidad al emir de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, quien tambi¨¦n p¨²blicamente acept¨® ese voto solemne de subordinaci¨®n.
Pese a esta expansi¨®n, la imagen de Al Qaeda entre los musulmanes no ha mejorado tras la muerte de Osama bin Laden y su enaltecimiento como m¨¢rtir por parte del n¨²cleo central y de las tres extensiones territoriales que formaban aquella estructura terrorista global hace un a?o. Conserva un potencial de movilizaci¨®n m¨¢s que significativo en algunos pa¨ªses isl¨¢micos, pero en la mayor¨ªa prevalecen valoraciones negativas de Al Qaeda. M¨¢s a¨²n entre musulmanes que viven en sociedades occidentales. Ello bien puede deberse a que, all¨ª donde desarrolla sus pr¨¢cticas de violencia, mata sobre todo yemen¨ªes, iraqu¨ªes, argelinos y otras gentes que se consideraban a s¨ª mismas musulmanas pero a quienes Al Qaeda calificaba de ap¨®statas y traidoras, b¨¢sicamente por no someterse al dictado ideol¨®gico del salafismo yihadista.
Al Qaeda aspira a instaurar dominios en los cuales se imponga una interpretaci¨®n rigorista de la ley isl¨¢mica. Al igual que su com¨²n agenda global ¡ªcompatible con otras regionales o locales que actualmente buscan aprovechar oportunidades derivadas de conflictos y cambios en el mundo ¨¢rabe¡ª incluye el prop¨®sito de atentar contra pa¨ªses occidentales. Al Qaeda no ha materializado la cat¨¢strofe que vaticin¨® como venganza por la muerte de Bin Laden. Pero no debe olvidarse que este segu¨ªa obsesionado con un nuevo gran acto de terrorismo en EE UU. Ni que, unos meses antes del asalto a su refugio de Abbottabad, fueron desbaratados los planes del mando general de Al Qaeda para atentar simult¨¢neamente en tres ciudades europeas. Imposible aseverar que esa amenaza sea ahora menor, ni aun cuando Ayman al Zawahiri tenga los d¨ªas contados.
Fernando Reinares es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Rey Juan Carlos e investigador principal de Terrorismo Global en el Real Instituto Elcano.
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