Ir¨¢n vota en medio de la preocupaci¨®n por las sanciones
Los comicios renovar¨¢n 65 de los 290 esca?os del Parlamento La primera vuelta de los comicios parciales oficializ¨® la ca¨ªda en desgracia de Ahmadineyad
No hay ambiente de campa?a en Ir¨¢n. A pesar de que est¨¢n en juego 65 de los 290 esca?os del Parlamento, la segunda vuelta de las legislativas iran¨ªes que se celebra este viernes ha pasado desapercibida. Tras el aplastante triunfo de los conservadores inmovilistas cercanos al l¨ªder supremo el pasado 2 de marzo, el r¨¦gimen anda m¨¢s preocupado en lograr un respiro en las sanciones internacionales que le ahogan, y concentra sus esfuerzos en las pr¨®ximas conversaciones nucleares.
Solo a ¨²ltima hora y como de pasada, el l¨ªder supremo, Ali Jamenei, hizo el mi¨¦rcoles su llamamiento ritual a una elevada participaci¨®n.
¡°La naci¨®n iran¨ª volver¨¢ a demostrar su vigilancia ejemplar, su visi¨®n y su astucia, acudiendo a las urnas¡±, declar¨® Jamenei ante miles de educadores con motivo del D¨ªa del Profesor, seg¨²n la traducci¨®n al ingl¨¦s facilitada por PressTV.
Pero a juzgar por la ausencia de propaganda y m¨ªtines electorales, la naci¨®n iran¨ª parece m¨¢s ocupada en sus asuntos privados. Apenas hay carteles con las fotos y nombres de los 130 aspirantes, dos por cada esca?o, que compiten en 33 circunscripciones de 18 provincias. Ni siquiera en la capital, Teher¨¢n, donde se elige a 25 de sus 30 diputados porque solo cinco lograron superar el 25% de votos emitidos en la primera vuelta el pasado 2 de marzo.
¡°Sabemos el resultado de antemano¡±, desestima un profesional muy afectado por los efectos del aislamiento internacional a su pa¨ªs.
Ni siquiera se han facilitado datos sobre cu¨¢ntos iran¨ªes est¨¢n llamados a las urnas. Seg¨²n la legislaci¨®n, en esta segunda vuelta solo votan quienes lo hicieron en las circunscripciones en disputa en la primera, quienes no votaron en aquella ocasi¨®n y quienes han cumplido 18 a?os desde entonces. Sin embargo, el hecho de que haya un sistema de circunscripci¨®n ¨²nica (un iran¨ª puede votar en cualquier lugar de Ir¨¢n al margen de donde tenga su residencia) hace muy complicado el control.
En la primera vuelta, las autoridades cifraron la participaci¨®n en el 64%, cifra que fue contestada por los reformistas que hab¨ªan llamado a boicotear la cita. Al margen de la fiabilidad del dato, el ejercicio electoral (al que el r¨¦gimen no permiti¨® el libre acceso de los periodistas extranjeros) sirvi¨® para oficializar la ca¨ªda en desgracia del presidente Mahmud Ahmadineyad, despu¨¦s de varios meses de desencuentros con el l¨ªder supremo. Seg¨²n los medios locales, un 80% de los diputados electos pertenecen al sector principalista, que acusa de ¡°desviacionista¡± al jefe del Gobierno.
¡°Cuando respald¨® la candidatura de Ahmadineyad en 2005, Jamenei esperaba un presidente d¨®cil y que no le causara problemas¡±, explica un analista iran¨ª en Dub¨¢i. Sin embargo, aquel hombre bajito y de aspecto apocado sali¨® respond¨®n. Aun as¨ª, el l¨ªder supremo le mantuvo su apoyo incluso tras las pol¨¦micas elecciones de 2009. Tal vez pens¨® que era lo menos arriesgado para la supervivencia del r¨¦gimen, que es finalmente su principal objetivo. Pero ni siquiera el mensaje claro de peligro que se?alaron las protestas sirvi¨® para que Ahmadineyad se moderara.
¡°La destituci¨®n del ministro responsable de los servicios secretos [un hombre de Jamene¨ª] fue la gota que colm¨® el vaso¡±, interpreta el analista. Desde entonces, todo el aparato a las ¨®rdenes de la Oficina del L¨ªder se ha dedicado a frenar al presidente. ?No pod¨ªa haberle depuesto tal como suger¨ªan algunos diputados? ¡°Hubiera abierto una crisis demasiado grave para la Rep¨²blica Isl¨¢mica despu¨¦s del apoyo que le prest¨® en 2009, incluso cuestionado su propia actuaci¨®n¡±, a?ade la fuente, que pide el anonimato porque asesora a una empresa que tiene negocios con Ir¨¢n.
A falta de argumentos pol¨ªticos, en un pa¨ªs en el que no est¨¢n autorizados los partidos (ni los sindicatos), la l¨ªnea de ataque de los antiguos aliados del presidente ha sido intentar vincularle (hasta ahora sin ¨¦xito) con varios esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y tachar de ¡°desviacionistas¡± a los miembros de su c¨ªrculo pr¨®ximo. Esa acusaci¨®n da a entender que cuestionan el velayat-e-faqih, o gobierno del jurisconsulto, uno de los principios fundamentales sobre los que se asienta la Rep¨²blica Isl¨¢mica y que da la ¨²ltima palabra en todos los asuntos pol¨ªticos a la m¨¢xima autoridad religiosa, el l¨ªder supremo.
Ni Ahmadineyad ni sus partidarios han osado decir semejante cosa en p¨²blico, pero la mera alegaci¨®n habla por s¨ª sola de la grave lucha por el poder que se viene librando en el seno del r¨¦gimen. En consecuencia, se ha ido reduciendo su base popular. El sistema no solo ha dejado fuera a la oposici¨®n liberal y a los reformistas sino que est¨¢ a punto de expulsar a los tecn¨®cratas revolucionarios que auparon al poder al presidente m¨¢s controvertido. Tal vez consciente de ello, Jamenei ha vuelto a invocar al enemigo externo para llamar a los iran¨ªes a la unidad.
¡°En la lucha entre las potencias, la naci¨®n iran¨ª siempre debe de estar presente y mantenerse vigilante para defender sus derechos y los de las futuras generaciones¡±, se?al¨® el l¨ªder supremo. Algunos analistas han cre¨ªdo ver en sus palabras una suavizaci¨®n de anteriores ataques a EEUU y Occidente en general, a la espera de lograr que en las conversaciones nucleares del pr¨®ximo d¨ªa 23 en Bagdad se levanten algunas de las sanciones que ahogan al r¨¦gimen.
¡°Ambas partes est¨¢n tratando de rebajar la tensi¨®n porque ninguna quiere ir a una guerra¡±, interpreta el analista iran¨ª mencionado. ¡°No hay que hacerse excesivas ilusiones, pero es posible que la situaci¨®n revierta a la fase de guerra fr¨ªa de hace dos a?os¡±, a?ade. En su opini¨®n, el levantamiento de las sanciones estadounidenses no es posible porque la mayor¨ªa son sanciones del Congreso y solo tras un restablecimiento de relaciones llevar¨ªa dos a?os levantarlas. Sin embargo, algunas de las sanciones financieras de la UE s¨ª podr¨ªan suavizarse.
En cualquier caso, no hay que esperar milagros. ¡°Una cosa es el levantamiento de las sanciones y otra la recuperaci¨®n de la confianza internacional¡±, concluye convencido de que el da?o a la imagen de Ir¨¢n va a tardar muchos a?os en superarse.
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