El juicio contra el vicepresidente de Irak reaviva las tensiones sectarias
Al Hashemi encabeza un grupo de baazistas sun¨ªes irreconciliables con la nueva realidad El pol¨ªtico, refugiado en Turqu¨ªa, est¨¢ acusado de 150 casos de atentados y asesinatos
En Bagdad deb¨ªa haberse reanudado este jueves el juicio en rebeld¨ªa contra el vicepresidente iraqu¨ª Tareq al Hashemi, acusado de estar detr¨¢s de los ¡°escuadrones de la muerte¡± contra figuras chi¨ªes en su pa¨ªs. El proceso, suspendido la semana pasada por incomparecencia del acusado y suspendido de nuevo este jueves hasta el pr¨®ximo 15 de mayo, est¨¢ reavivando las tensiones sectarias que salieron a la luz con el derrocamiento de Saddam Husein. Al Hashemi, que se ha refugiado en Turqu¨ªa y para cuya detenci¨®n Irak ha recabado la ayuda de Interpol, niega los cargos y asegura que el Gobierno chi¨ª le persigue por su condici¨®n de sun¨ª.
¡°El se?or Al Hashemi tiene que responder y negar las acusaciones en los tribunales y no en una conferencia de prensa en Estambul¡±, declara a EL PA?S el portavoz del Gobierno iraqu¨ª, Ali al Dabbagh, quien niega el car¨¢cter sectario del caso. ¡°El hecho es que se ha cometido un delito, hay v¨ªctimas y hay detenidos que han confesado que cometieron esos cr¨ªmenes, ordenados y financiados por el se?or Al Hashemi¡±, subraya.
En total, el vicepresidente est¨¢ acusado de 150 casos entre atentados con bomba, asesinatos y otros. El caso por el que se le juzga hoy se refiere al asesinato de seis jueces y varios altos funcionarios. De los miembros de su equipo de seguridad detenidos, 13 guardaespaldas han sido puestos en libertad por falta de pruebas y 73 permanecen en prisi¨®n preventiva. Las confesiones de algunos de ellos acusando a su jefe han sido trasmitidas por televisi¨®n, en violaci¨®n de las normas internacionales. Al Hashemi, que huy¨® de Bagdad nada m¨¢s tener noticias de la orden de detenci¨®n el pasado diciembre, ha dicho que no conf¨ªa en la justicia de su pa¨ªs.
¡°El tribunal est¨¢ formado por nueve jueces altamente preparados e independientes, bien conocidos como profesionales y que solo dependen de la autoridad judicial, que es plenamente independiente del Gobierno¡±, afirma su portavoz. ¡°Interpol no hubiera aceptado nuestra solicitud, o puesto una alerta roja para su detenci¨®n, si dicha solicitud no hubiera cumplido sus est¨¢ndares y exigencias¡±, asegura.
Sin embargo, tras la ca¨®tica y violenta transformaci¨®n que ha sufrido Irak desde 2003, las percepciones desaf¨ªan a menudo los hechos y la l¨®gica. La invasi¨®n estadounidense que acab¨® con el r¨¦gimen de Saddam y las cuatro d¨¦cadas de dictadura del Partido Baaz fue el preludio de un brutal reequilibrio de fuerzas. La precaria y defectuosa democracia introducida por el ocupante supuso inexorablemente la p¨¦rdida del monopolio del poder por parte de la comunidad ¨¢rabe sun¨ª a favor de la mayor¨ªa chi¨ª (que supone dos tercios de los 32 millones iraqu¨ªes).
Las inevitables tensiones, que llevaron al pa¨ªs al borde de la guerra civil entre 2006 y 2008, no han desaparecido tras la salida de las tropas estadounidenses el pasado diciembre. La b¨²squeda de un consenso interno se ha visto adem¨¢s agravada por el resultado de las ¨²ltimas elecciones tras las que el astuto Nuri al Maliki fue capaz de mantenerse al frente del Gobierno a pesar de que su coalici¨®n, el Estado de la Ley, obtuvo dos esca?os menos que la rival, Iraqiya. Desde entonces, su concentraci¨®n del poder ha exacerbado los recelos de sus contrincantes pol¨ªticos.
Desde Iraqiya, un bloque formalmente laico pero que cont¨® con el respaldo en las urnas de muchos ¨¢rabes sun¨ªes, se le acusa de controlar el presupuesto, el Ej¨¦rcito, la seguridad interior, los servicios secretos y, lo que es m¨¢s grave, el poder judicial y los medios de comunicaci¨®n. La diputada y portavoz del grupo, Maysoon al Damluji, asegura que en el proceso ha violado la Constituci¨®n y no duda en tacharle de dictador. Algunos analistas incluso han llegado a compararle con el depuesto Saddam. Pero lo que m¨¢s recelo provoca son sus v¨ªnculos con Ir¨¢n, un pa¨ªs con el que por razones de vecindad y lazos religioso-culturales (es tambi¨¦n de mayor¨ªa chi¨ª), Irak est¨¢ hist¨®ricamente relacionado.
¡°Con la introducci¨®n de procesos democr¨¢ticos, por rudimentarios que sean, este pa¨ªs ser¨¢ durante muchas generaciones pol¨ªticamente chi¨ª; la demograf¨ªa as¨ª lo garantiza¡±, apunta una fuente diplom¨¢tica en Bagdad. ¡°A una parte de los sun¨ªes le es duro aceptar esta nueva situaci¨®n, aunque hay otros que la han entendido y est¨¢n dispuestos a adaptarse¡±, a?ade. En cualquier caso, este observador considera que Al Dawa, el partido del que proviene Al Maliki, ¡°es de las cuatro grandes formaciones chi¨ªes la menos sometida a Teher¨¢n y la m¨¢s moderada¡±.
De hecho, Al Maliki intenta mantener cierta autonom¨ªa respecto a su poderoso vecino, al que debe la mediaci¨®n para que los sadristas (el tercer bloque en el Parlamento) apoyaran su Gobierno. Lo demostr¨® con la reciente celebraci¨®n de la cumbre ¨¢rabe, a la que no invit¨® al presidente iran¨ª. Pero existen importantes relaciones econ¨®micas y comerciales, vitales para que Irak pueda volver a la normalidad despu¨¦s de la ocupaci¨®n, las sanciones internacionales y las tres guerras que ha sufrido desde 1980.
¡°Al Maliki no puede dejar el control de los tres ministerios de seguridad porque le ir¨ªa la piel en ello¡±, opina el diplom¨¢tico quien no obstante se?ala la necesidad de que el primer ministro ¡°comprenda que tiene que asegurar espacio, sobre todo econ¨®mico, a los sun¨ªes y otras minor¨ªas¡±.
Volviendo al juicio del vicepresidente, la misma fuente reconoce que ¡°aqu¨ª todo el mundo ha encabezado milicias, pero otra cosas son las acciones terroristas encubiertas, como las que ¨¦l orden¨® en secreto. Hay pruebas bien claras¡±, se?ala. En su opini¨®n, tanto Al Hashemi como el vice primer ministro Saleh al Mutlaq, ¡°encabezan un equipo de baazistas duros irreconciliables con el nuevo equilibrio de poder¡±.
¡°Tenemos grandes problemas pol¨ªticos, la situaci¨®n de Irak a¨²n no es buena dado que el sistema pol¨ªtico a¨²n no est¨¢ asentado y se sigue discutiendo sobre ¨¦l mismo¡±, admite el portavoz del Gobierno. ¡°Algunos pol¨ªticos sun¨ªes explotar e inflamar los sentimientos sectarios cada vez que surge una disputa pol¨ªtica. Tambi¨¦n algunos pol¨ªticos chi¨ªes¡±, se?ala. ¡°No es saludable ni bueno para Irak¡±, resume.
De momento, sin embargo y pese a las provocaciones (los atentados, desde hace tiempo, son exclusivamente contra objetivos y s¨ªmbolos chi¨ªes), los dirigentes de esa comunidad han evitado entrar al trapo y no han respondido. ¡°Es en su mayor medida una lucha pol¨ªtica, y no en la calle como en el pasado inmediato. Los intentos (en buena parte financiados por los vecinos) de atizar de nuevo la guerra civil han fracasado hasta ahora¡±, concluye la fuente diplom¨¢tica.
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