Grecia toma la v¨ªa de salida del euro
La fragmentaci¨®n del Parlamento impide la gobernabilidad del pa¨ªs, abocado a nuevos comicios
Al d¨ªa siguiente de las elecciones que hicieron saltar por los aires el escenario pol¨ªtico tradicional, periodistas griegos buscaban en el testimonio de colegas extranjeros una explicaci¨®n a la entrada de 21 neonazis en el Parlamento. Pese a los sondeos, que auguraban a Aurora Dorada en torno al 5% de los votos ¡ªlleg¨® al 7%¡ª, nadie pareci¨® querer reparar durante la campa?a en un fen¨®meno en teor¨ªa anecd¨®tico, residual. Pero el d¨ªa despu¨¦s todo eran preguntas: a qui¨¦n viste, qu¨¦ te dijeron (?de verdad?), qu¨¦ futuro les das¡
Les habr¨ªa bastado con intercambiar dos frases con alguno de los excluidos que pululan por el centro de Atenas. O con preguntar a la puerta de un colegio electoral para constatar que las siglas que vehiculaban la rabia eran las de la ultraderecha. Habr¨ªa sido suficiente el mensaje de Stelios, parado de larga duraci¨®n tras el cierre de los astilleros en que trabajaba y tradicional votante de izquierdas. ¡°Me dan igual todas esas monsergas de que Grecia ya vivi¨® una ocupaci¨®n nazi y por eso no puede votar a otros nazis, ?nos da eso de comer? Alguien tiene que pararle los pies a Europa y a los extranjeros, esos s¨ª que nos han invadido. Nos quitan el trabajo, roban en nuestras casas y nos matan¡±, dec¨ªa la v¨ªspera de la votaci¨®n, con su estampa de capit¨¢n de barco ¡ªcejas de algod¨®n, ojos azul marino¡ª varado en los escombros de una vida (y de un pa¨ªs que amenaza ruina).
¡°Hace solo 10 a?os ¨¦ramos ricos, viv¨ªamos muy bien. Ten¨ªamos industria, astilleros, agricultura; ahora no producimos nada, y todo se lo lleva el Estado. ?No querr¨¢ que vote a los de siempre, a esos ladrones?¡±, escup¨ªa mirando en derredor, entre un tropel de paquistan¨ªes y afanosos chinos. Stelios aguardaba ante un centro municipal de Atenas su ¨²nica comida del d¨ªa: un bocadillo y una fruta. Por las rejas del recinto pugnaba por colarse una babel ind¨®mita, en medio de un decorado urbano para la piqueta.
¡°El ¨¦xito de los neonazis se debe a una vieja corriente de opini¨®n nacionalista, antieuropea, intolerante y xen¨®foba. Esta sensibilidad fue constatada en varios estudios en la d¨¦cada de 2000-2009. Las incesantes oleadas de inmigrantes, junto con la percepci¨®n de que los rescates han sido impuestos a Grecia desde el exterior, est¨¢n detr¨¢s de su auge electoral¡±, explica Dimitri Sotir¨®pulos, profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Atenas e investigador del centro Eliamep.
Pero no solo Aurora Dorada se ha beneficiado del descontento de la crisis, sino sobre todo Syriza (Coalici¨®n de Izquierda Radical): segunda fuerza m¨¢s votada, con 52 diputados, el cu¨¢druple que en 2009. Frente a ella, los partidos tradicionales (socialistas, conservadores y comunistas) a¨²n se palpan la camisa, comprobando los efectos del vapuleo (los dos primeros han perdido 40 puntos con respecto a 2009). La fragmentaci¨®n del Parlamento ¡ªsiete grupos, ninguna mayor¨ªa¡ª impide la gobernabilidad.
Un tercio de los griegos vive bajo el umbral de pobreza; el 53% de los j¨®venes est¨¢ en paro; los hogares ingresan la mitad que en 2010
El populismo ha recorrido todo el arco pol¨ªtico durante la campa?a y en las componendas poselectorales. Los resultados se explican ¡°como un voto de rabia, aparentemente¡±, asegura Sotir¨®pulos, ¡°pero tambi¨¦n como un voto interesado, al prometer Syriza, con una ret¨®rica populista, que abolir¨¢ las medidas que han golpeado a las clases media y media baja. Los votantes quer¨ªan apoyar a un partido que, aunque sin explicar exactamente c¨®mo, indirectamente promet¨ªa recuperar los est¨¢ndares de vida de la d¨¦cada anterior¡±. Con su oposici¨®n al memor¨¢ndum (plan de saneamiento econ¨®mico suscrito con la troika), y su rechazo a integrar un Gobierno de coalici¨®n, Syriza ha dejado en punto muerto a Grecia, pero su postura refleja un generalizado estado de opini¨®n (pese al 70% de respaldo a la eurozona): basta ya de sacrificios y de recortes.
Los resultados de las urnas ¡°son una clara se?al de castigo y advertencia al conjunto de Europa de que la pol¨ªtica de austeridad que se est¨¢ aplicando para solucionar la crisis no da ning¨²n resultado; al rev¨¦s, hunde a¨²n m¨¢s a Grecia en la recesi¨®n¡±, se?ala Panos Skurletis, portavoz de Syriza. ¡°A muchos les sorprende que los griegos hayan respaldado nuestra propuesta de renegociar el memor¨¢ndum; pero ?acaso no defiende Fran?ois Hollande aliviar los rigores de la austeridad con medidas de crecimiento? ?Y es el nuevo presidente franc¨¦s!¡±, subraya.
El pa¨ªs se despe?a hacia el vac¨ªo, privado de Gobierno y endeudado hasta las cejas, pero la deriva no es de ahora. ?En qu¨¦ momento se jodi¨® Grecia, que dir¨ªa el Zavalita de Vargas Llosa? ?Cu¨¢ndo empez¨® la carrera de autodestrucci¨®n, el ejercicio de nihilismo? Tras la llegada de los primeros inmigrantes a finales de los a?os noventa, Grecia abraz¨® en 2001 la moneda ¨²nica: una divisa para la que no estaba preparada, pero que la anclaba definitivamente al n¨²cleo de Europa, del que siempre se ha sentido tan lejos, tan rodeada de b¨¢rbaros. Los fuegos fatuos de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2004, con su inversi¨®n en infraestructuras ¡ªy sus sobres bajo mano a pol¨ªticos y funcionarios¡ª, fueron el principio del fin del bienestar.
En 2007, un pavoroso incendio en el Peloponeso demuestra la incapacidad de respuesta del Estado. En 2008, el asesinato de un joven por un polic¨ªa en Atenas prende otra mecha: antisistemas, ¨¢cratas o provocadores sin m¨¢s convierten las calles en un campo de batalla (en el que no resulta dif¨ªcil rastrear la presencia de hooligans sin filiaci¨®n ideol¨®gica, como los de Aurora Dorada). En 2009, varios casos de corrupci¨®n precipitan la ca¨ªda del Gobierno conservador y el triunfo socialista en las urnas (160 esca?os, frente a los 41 del domingo).
Todo lo dem¨¢s ya se conoce, la vor¨¢gine: el maquillaje de las cuentas; el primer rescate financiero, en mayo de 2010; el segundo, en oto?o, m¨¢s la quita de la mitad de la deuda, y en paralelo los tormentos de la poblaci¨®n, que han alimentado la bola de nieve del cabreo. Un tercio de los griegos vive bajo el umbral de pobreza; una de cada tres tiendas ha cerrado; el 53% de los j¨®venes est¨¢ en paro; los hogares ingresan la mitad que en 2010. As¨ª que ante las urnas cab¨ªan pocas opciones: o culpar a los gobernantes, o a Europa. O a ambos.
¡°La imagen de Europa se ha ensuciado a ojos de muchos griegos por el modo en que se manej¨® el primer rescate, cuando qued¨® claro que Alemania retras¨® la decisi¨®n mientras dejaba sufrir a los griegos y permit¨ªa a la prensa germana presentarnos como despilfarradores y vagos. Si la UE hubiera estado preparada para una crisis de este calibre, o hubiese proporcionado a Grecia alg¨²n tipo de ayuda hasta la creaci¨®n de un mecanismo espec¨ªfico, la cuesti¨®n no habr¨ªa sido tan personal, en el sentido de que los alemanes y otros muchos europeos creen que son los propios griegos quienes les quitan el dinero de los bolsillos¡±, explica Nikos Konstandaras, director adjunto del diario Kathimerini.
A la corrupci¨®n y el clientelismo de la casta pol¨ªtica ¡ªy a las imposiciones de Bruselas y Berl¨ªn¡ª, la calle ha respondido con protestas, y las ciudades, con signos evidentes de gentrificaci¨®n y lumpenproletariado (controles sanitarios en el centro m¨¢s degradado de Atenas han destapado una bomba de relojer¨ªa: al menos una treintena de prostitutas portadoras del VIH que ofrec¨ªan sexo sin protecci¨®n). Todo ello engorda el marasmo, la urgente necesidad de reinventarse o la alternativa de dejarse caer en el vac¨ªo (es decir, la salida del euro, un tab¨² roto en pedazos el viernes por Alemania). Como ya escriben algunos en las redes sociales: Grexit (de ¡°Greece exit¡±).
Una semana despu¨¦s de las elecciones legislativas ¡ªy en v¨ªsperas de una nueva convocatoria a las urnas¡ª, los medios de comunicaci¨®n griegos siguen sin informar directamente de los neonazis de Aurora Dorada, aunque la federaci¨®n de periodistas se ha plantado para advertirles que no tolerar¨¢ intimidaciones.
Siguen haciendo como si no existieran: solo informan de sus bravuconadas, de los casos m¨¢s groseros. Como el del diputado Kaiadas (nombre art¨ªstico), bajista de un grupo de letal rock, tercero en las listas neonazis por Atenas. Kaiadas era el punto del monte Taigeto desde el que los espartanos arrojaban a los beb¨¦s deformes o d¨¦biles. ?Acabar¨¢ Grecia as¨ª, precipit¨¢ndose por el Taigeto de Europa?
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