Berl¨ªn se enroca en el ajuste fiscal

La canciller federal Angela Merkel quiere mantener su pol¨ªtica europea tras la debacle electoral del domingo en Renania del Norte-Westfalia. Merkel insisti¨® el lunes en que la ¡°amarga y dolorosa derrota¡± de su Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) en el land m¨¢s poblado e industrializado del pa¨ªs fue solo un rev¨¦s regional. La CDU, liderada por su hombre de confianza y ministro de Medio Ambiente, Norbert R?ttgen, encaj¨® en D¨¹sseldorf el peor resultado de su historia. Merkel lo atribuy¨® a las particularidades de la pol¨ªtica regional y dijo encarar ¡°con mucha tranquilidad¡± las elecciones federales del a?o que viene. Pese a su aspecto cansado, Merkel dio una imagen serena y hasta risue?a en la central berlinesa de la CDU. Dedic¨® su media hora de rueda de prensa junto a R?ttgen a relativizar el da?o y a dar a entender que ella tiene otras preocupaciones. Como el futuro del euro.

Pero el hecho de que Merkel viajara nada menos que nueve veces a Renania del Norte-Westfalia para impulsar la candidatura de R?ttgen demuestra su gran inter¨¦s en evitar la debacle. Tambi¨¦n que su presencia no basta para levantar una campa?a, aunque sea tan breve como la renana.

Merkel sigue gozando de gran popularidad entre los votantes alemanes, que apoyan su dureza en las negociaciones europeas. Pese a que R?ttgen trat¨® de convertirlo en un tema central de la campa?a, el debate sobre la austeridad en Alemania sigue siendo comparativamente abstracto. Los votantes asocian los problemas presupuestarios con la crisis de la deuda de sus socios, no con sus propios problemas. La CDU y el FDP acusaron al Gobierno regional de la socialdem¨®crata Hannelore Kraft (SPD) de no atenerse al rigor presupuestario que recomiendan, pero renunciaron a presentar su propio programa de ajustes. El creciente renombre de Kraft y los temas cl¨¢sicos regionales como la educaci¨®n gratuita o las plazas de guarder¨ªa se impusieron sobre la CDU y el intento de R?ttgen de convertir los comicios en una suerte de referendo sobre la pol¨ªtica europea.

Pero la insistencia de la canciller en pasar p¨¢gina tambi¨¦n responde a otras urgencias. El martes llegar¨¢ a Berl¨ªn el flamante presidente franc¨¦s Fran?ois Hollande, con propuestas para debatir los programas de austeridad europeos. Su partido socialista ha caldeado el ambiente este fin de semana. El portavoz Beno?t Hamon dijo que ¡°Merkel debe entender que no puede decidir ella sola el destino de Europa¡±. El Pacto Fiscal europeo, en su forma actual, lleva a ¡°pol¨ªticas de austeridad como la que ha arruinado a Grecia¡±. El diario conservador Die Welt habla del ¡°nuevo dogma de la izquierda europea¡±, al cual contrapone el remedio dictado por el Gobierno alem¨¢n: recortes. Contin¨²an as¨ª en alto las espadas del kulturkampf, la batalla ideol¨®gica desatada entre los ¡ªa¨²n preponderantes¡ª paladines de la austeridad y los pujantes valedores del est¨ªmulo.

Para muchos alemanes, la baja tasa de paro y la recuperaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs dan la raz¨®n a los gestores de su crisis. Merkel, apoyada por el presidente saliente de Francia Nicolas Sarkozy, impuso una agenda dr¨¢stica de austeridad a sus socios europeos. La investidura de Hollande como presidente franc¨¦s anima a los que proponen que Europa modifique el rumbo para estimular la econom¨ªa y combatir el paro. Merkel se niega, pero ha aceptado una Agenda para el Crecimiento, que deber¨¢ negociar con Hollande y con un SPD fortalecido por la rotunda victoria de Kraft en Renania del Norte-Westfalia. La CDU y el partido liberal FDP, que conforman el Gobierno de centro-derecha de Merkel, necesitan el apoyo de la oposici¨®n para aprobar el Pacto Fiscal y el fondo de estabilidad permanente del euro (ESM) en el Parlamento (Bundestag).

Una de las recetas pol¨¦micas para contrarrestar la crisis ser¨ªa que Alemania aumente su demanda interna para equilibrar un poco su balanza comercial con los socios europeos.

El ministro de Hacienda Wolfgang Sch?uble (CDU) se ha mostrado conforme con un aumento de los sueldos, que han pasado m¨¢s de una d¨¦cada poco menos que estancados. D¨ªas despu¨¦s, un directivo del Banco Central (Bundesbank) llamado Jens Ulbrich admiti¨® que el dr¨¢stico ajuste salarial que est¨¢n sufriendo los socios del euro traer¨¢ consigo una tasa de inflaci¨®n mayor de lo normal en Alemania.

Aunque t¨¦cnicamente son poco m¨¢s que una observaci¨®n meteorol¨®gica, las palabras de Ulbrich hicieron saltar los fusibles de la prensa sensacionalista alemana. Su buque insignia, el conservador Bild, titul¨® el viernes a toda p¨¢gina: ¡°?Alerta de inflaci¨®n!¡± Dentro, junto a un editorial catastrofista, imprimieron la imagen de un billete de un bill¨®n de marcos del a?o 1923. Pese a lo grotesco de comparar el 2,6% de inflaci¨®n interanual al que se enfrenta la Eurozona con el 32.400% de inflaci¨®n mensual de 1923, Jens Weidmann, el halc¨®n que preside el Bundesbank, se apresur¨® a desmentir cualquier cambio en la pol¨ªtica monetaria del Banco Central Europeo (BCE). Gente ahorradora, muchos alemanes temen que la inflaci¨®n se coma sus dineros.

Sin demasiado acierto hist¨®rico, otros asocian la brutal alza de precios de principios de los a?os veinte con la toma de poder de los nazis, que se produjo 10 a?os m¨¢s tarde¡­ precisamente, tras las draconianas medidas de austeridad del canciller conservador Heinrich Br¨¹ning.