El cura mexicano amenazado de muerte: ¡°La misi¨®n no se abandona¡±
El padre Alejandro Solalinde denuncia una supuesta ¡°colusi¨®n" de funcionarios y 'narcos' y avanza que regresar¨¢ "sin miedo" a su albergue asistencial
El sacerdote mexicano Alejandro Solalinde, un destacado defensor de los derechos del enorme caudal de inmigrantes que cruzan M¨¦xico hacia Estados Unidos expuestos a la violencia del crimen organizado, dejar¨¢ su pa¨ªs durante un tiempo despu¨¦s de haber recibido amenazas de muerte.
Desde que fund¨® en 2007 el albergue de ayuda a inmigrantes Hermanos en el Camino, en el estado sure?o de Oaxaca, nudo geogr¨¢fico del tr¨¢fico clandestino de inmigrantes ¨Cfundamentalmente centroamericanos¨C, Solalinde, de 67 a?os, se ha convertido en una de las voces principales del movimiento civil por la paz en M¨¦xico, junto al poeta Javier Sicilia. Pero ahora el cura debe poner tierra de por medio durante al menos tres semanas, periodo en el que estar¨¢ de viaje por Norteam¨¦rica y por Europa (Espa?a incluida) a la espera de que se aclaren sus condiciones de seguridad.
Solalinde explic¨® este martes en una rueda de prensa en Ciudad de M¨¦xico que la alarma se dispar¨® el pasado 20 de abril, cuando una mujer se le acerc¨® junto a un cajero autom¨¢tico para avisarle de que hab¨ªa una orden de asesinarlo. ¡°Me dijo que me iban a matar, que ya le hab¨ªan pagado por ello a un sicario¡±. Era, seg¨²n el sacerdote activista, la sexta amenaza que recib¨ªa en los dos ¨²ltimos meses.
En vista de que el panorama se pon¨ªa oscuro, y haciendo caso a los consejos de distintas entidades, como la Procuradur¨ªa [fiscal¨ªa] General de la Rep¨²blica, la ONG Amnist¨ªa Internacional o el Episcopado mexicano, Solalinde ha aceptado abandonar el pa¨ªs mientras se trata de averiguar el calado de esos avisos de muerte, que se unen a tantos otros episodios de hostigamiento que ha padecido desde que empez¨® su labor de protecci¨®n de los inmigrantes en su albergue de Ciudad Ixtepec, un pueblo de 25.000 habitantes a unos 400 kil¨®metros de la frontera con Guatemala.
?¡°Mi vida es como un juego de naipes¡±, dijo Solalinde, asumiendo que ya no es due?o de su destino. ¡°Me queda claro que cada intento [de atacarlo] es una carta m¨¢s que me dan antes de echar la ¨²ltima, que es matarme. Pero la carta est¨¢ preparada, est¨¢ abajo, y esa ¨²ltima carta la van a echar en cualquier momento¡±.
El cura de los inmigrantes asegura que ha aceptado echarse a un lado por unas semana por una cuesti¨®n de ¡°prudencia¡±, pero avisa de que volver¨¢ al albergue a continuar con su trabajo de defensa de los derechos humanos. ¡°Yo voy a volver, lo siento mucho, mejoren o no las condiciones. No tengo miedo. Se lo repito: no tengo miedo¡±.
Solalinde relat¨® otros momentos complejos, como cuando fue encerrado en un calabozo en 2010 en una poblaci¨®n oaxaque?a al este de Ciudad Ixtepec, o cuando decenas de paisanos, acompa?ados de polic¨ªas municipales, llegaron al albergue en 2008 cargados con garrafones de gasolina para quemar el albergue, hecho documentado por Amnist¨ªa Internacional. Igual que continu¨® despu¨¦s de aquello, el cura reitera que ahora, una vez pas¨¦ el imp¨¢s obligado, seguir¨¢ a cargo de su tarea. ¡°La misi¨®n no se bota¡±, dijo ayer, ¡°la misi¨®n no se abandona. Nada ni nadie nos va a detener. La vida es poco para defender a esas personas¡±.
En la rueda de prensa no se precis¨® de d¨®nde vienen las nuevas amenazas. Solalinde no lo liga ¨²nicamente al narco, que entremezcla el tr¨¢fico de drogas con la trata de personas, sea para hacerse con m¨¢s soldados para sus actividades, para extorsionarlos, para prostituir a las mujeres o para comerciar con ¨®rganos, sino que remarca que la sombra que lo cubre a ¨¦l, y que supuestamente engulle a un buen n¨²mero de los miles de clandestinos que atraviesan el territorio mexicano hacia el sue?o americano, tiene tintes criminales y tambi¨¦n oficiales. ¡°En Oaxaca hay una colusi¨®n cobarde de la delincuencia organizada con corporaciones policiacas y funcionarios corruptos¡±.
De acuerdo con sus explicaciones, este Estado mexicano, que forma un itsmo o un estrechamiento en la zona sur de la Rep¨²blica, es la garganta por la que pasan los estupefacientes y los migrantes hacia el norte y tambi¨¦n las armas del norte hacia el sur -Centroam¨¦rica y el resto de Latinoam¨¦rica-, lo que crear¨ªa un desmesurado c¨®ctel geogr¨¢fico de violencia y negocio ilegal. Y su albergue ser¨ªa una china en el zapato en el paso del crimen, un peque?o altavoz que convendr¨ªa apagar. ¡°No van a desperdiciar ese negocio tan solo porque un misionero necio no les deja hacer su trabajo¡±, dijo Alejandro Solalinde antes de abandonar su pa¨ªs hasta nueva orden.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.