¡°El d¨ªa que Argelia quiera, la cuesti¨®n del S¨¢hara se resolver¨¢¡±
Seis meses despu¨¦s de que el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), islamista moderado, ganara las elecciones y se hiciera con el Gobierno, su l¨ªder visita Espa?a y defiende sin fisuras el peculiar modelo autocr¨¢tico del reino alau¨ª
El primer ministro de Marruecos, el islamista Abdelil¨¢ Benkiran, ha estado tres d¨ªas en Espa?a. Lo que deb¨ªa ser una ¡°visita privada¡± para pronunciar una conferencia en Barcelona, en el Instituto Europeo del Mediterr¨¢neo (IEMed), y encontrarse con representantes de la emigraci¨®n marroqu¨ª en Catalu?a ¡ªdonde vive casi un cuarto de mill¨®n¡ª, ha acabado oficializ¨¢ndose al incluir una audiencia con el rey Juan Carlos; un encuentro con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en Madrid, y otro con el presidente de la Generalitat Artur Mas.
Pregunta. ?Cu¨¢l es el balance de sus primeros seis meses al frente del Gobierno?
Respuesta. Marruecos ha vivido, como todos los pa¨ªses de la regi¨®n, la primavera ¨¢rabe. Afortunadamente los marroqu¨ªes han pedido reformas pero sin ruptura; en la estabilidad. Y decir estabilidad en Marruecos es decir monarqu¨ªa, la pieza clave con la que no se pude bromear. Nuestro partido pol¨ªtico no particip¨® en las marchas del 20 de febrero porque consideramos que era demasiado peligroso viendo c¨®mo ca¨ªan los reg¨ªmenes a nuestro alrededor. Su Majestad fue muy valiente; el 19 marzo hizo la declaraci¨®n por una nueva Constituci¨®n y nuevas elecciones. Gracias a este ejercicio de transparencia nuestro partido, que estaba en la oposici¨®n y era maltratado por un equipo hegem¨®nico que quer¨ªa conservar el poder en sus manos a cualquier precio, gan¨® las elecciones.
P. Y ahora est¨¢n en el poder.
R. Dirigimos el Gobierno.
P. ?No es lo mismo?
R. No es lo mismo. Tenemos una parte del poder, pero en Marruecos no existe la cohabitaci¨®n como en Francia. Su Majestad es el jefe del Estado y nosotros trabajamos con ¨¦l, seg¨²n establece la Constituci¨®n.
P. Poco despu¨¦s de su nombramiento el rey nombr¨® asesor a Al¨ª Himma, con quien usted no ten¨ªa mucha sinton¨ªa.
R. En Marruecos el jefe del Gobierno tiene un poder, pero Su Majestad es el due?o supremo de este poder. El rey interviene en las decisiones del jefe del Gobierno y puede escoger el consejero que quiera. Yo y el se?or Al¨ª Himma no somos enemigos, tenemos rivalidades y tratamos de mantener buenas relaciones. A veces funciona y otras no. Mi relaci¨®n con el rey va bien; es muy amable conmigo y gozo de su confianza. No somos una monarqu¨ªa parlamentaria y a los marroqu¨ªes no les interesa cambiar esto. Lo mismo sucede con la religi¨®n. Es una prerrogativa que tiene Su Majestad, que es el comendador de los creyentes desde hace siglos. Esta es una de las esencias de Marruecos, un pa¨ªs en el que hay saharauis, bereberes, amazighs, ¨¢rabes... que tienen un pacto religioso con un jefe. En nuestro pa¨ªs no hay diferencia entre la iglesia y el palacio, las dos instituciones est¨¢n reunidas en una sola persona: el rey. Los europeos deben dejar de compararnos con ellos
P. ?En qu¨¦ se ha centrado su Gobierno?
R. En intentar que se instale un clima de confianza en el plano econ¨®mico. Ya no encontrar¨¢ gente que ocupa las administraciones o que se acerca al Parlamento para pedir prebendas. Esto est¨¢ acab¨¢ndose. He sido sincero con ellos; les he dicho que si quieren ocupar un puesto en la funci¨®n p¨²blica tienen que aprobar unas oposiciones, como todo el mundo. Tambi¨¦n queremos revisar el derecho de huelga para evitar los paros salvajes y facilitar la labor de los empresarios. Desgraciadamente, antes la Administraci¨®n pensaba que ten¨ªa derecho a sacar beneficios de los negocios privados. Vamos a combatir la corrupci¨®n. Todav¨ªa hay camino por recorrer, pero estamos en ello.
P. ?Como est¨¢ la econom¨ªa?
R. Evolucionamos de forma positiva. Necesitamos que los empresarios espa?oles se den cuenta de que pueden encontrar un bal¨®n de ox¨ªgeno en Marruecos. Ya hay una buena presencia espa?ola; no solo de empresas, sino tambi¨¦n de ciudadanos espa?oles que, por ejemplo, trabajan en la construcci¨®n y aportan sus conocimientos. Pensamos que en el plano de la cooperaci¨®n hay mucho por hacer, habr¨ªa que revisar las tasas para los estudiantes marroqu¨ªes en Espa?a y revitalizar el estudio del espa?ol en nuestro pa¨ªs.
P. En la regi¨®n han cambiado muchas cosas despu¨¦s de la primavera ¨¢rabe. Hay partidos pol¨ªticos de orientaci¨®n similar al suyo que o bien ya est¨¢n en el poder como en T¨²nez o podr¨ªan estarlo como en Argelia. ?Qu¨¦ efectos tendr¨¢ en el futuro?
R. Sinceramente, entre nosotros y Argelia no s¨¦ c¨®mo evolucionar¨¢. Espero que las cosas mejoren porque se abra una nueva etapa, y que \[Argel\] tome la decisi¨®n de reabrir las fronteras, que siguen cerradas. Con T¨²nez siempre ha ido bien y ahora m¨¢s. Es un pa¨ªs que evoluciona en el sentido democr¨¢tico. Es cierto que hoy en d¨ªa el Gobierno est¨¢ presidido por los islamistas, pero los islamistas de T¨²nez son muy evolucionados, incluso m¨¢s que nosotros. Tienen una visi¨®n muy clara de la democracia y esto es muy positivo para toda la regi¨®n. Por otra parte hay todo ese movimiento de gente hacia el sur, alguna originaria de los antiguos reg¨ªmenes, que ha encontrado una zona en la que hab¨ªa movimientos independentistas, y esto est¨¢ perturbando la zona de Mal¨ª y alrededores. Los europeos deber¨ªan valorar la estabilidad de Marruecos y entender la importancia que tiene esto en la regi¨®n.
P. ?En qu¨¦ punto se encuentra la cuesti¨®n del S¨¢hara?
R. Sinceramente, el d¨ªa que Argelia quiera resolver la cuesti¨®n del S¨¢hara se resolver¨¢. Estoy convencido que si Argelia quiere, el problema se resolver¨¢ en d¨ªas o semanas, pero no mientras mantenga esta posici¨®n dura que yo fraternalmente invito a revisar. No comprendo c¨®mo con un pa¨ªs hermano tenemos este problema que dura desde hace tantos a?os y que supone una p¨¦rdida de energ¨ªa y recursos tremenda en ambos lados.
P. La gente que vive en el S¨¢hara piensa diferente¡
R. S¨ª, cada uno piensa diferente y no se puede decir que todos los saharauis est¨¦n del mismo lado.
P. ?Y Ceuta y Melilla?
R. Sobre este asunto hay que reflexionar. No es un problema que vayamos a resolver de un d¨ªa para otro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.