Para los alemanes, el euro es un peligro; pero abandonarlo es peor
Pese a la crisis y a la desconfianza, los alemanes no se dejan seducir por las propuestas de salida de la divisa com¨²n
S¨ª que existen esc¨¦pticos en Alemania que se pronuncian abiertamente a favor de abandonar el euro, a favor de poner ¡°fin a este espanto¡±, en lugar de sostener la moneda ¨²nica a cualquier precio. En 2010, Hans-Olaf Henkel, expresidente de la Federaci¨®n de Industriales, se declar¨® a favor de introducir un euro del norte y un euro del sur. El pol¨ªtico del SPD Thilo Sarrazin exige el abandono completo del euro. Europa no necesita el euro es el t¨ªtulo del nuevo libro de este antiguo miembro de la junta directiva del Bundesbank que en 2010 lanz¨® unas provocativas tesis cr¨ªticas sobre la inmigraci¨®n. El denominado "Partido de la Raz¨®n", fundado hace tres a?os, se siente fortalecido por semejantes posiciones. Su objetivo prioritario es la salida del euro.
Lo mismo exige en Holanda el Partido de la Libertad de Geert Wilders, que ha cosechado un gran ¨¦xito entre los electores. Pero ?funcionar¨ªa esto en Alemania? Por lo que parece, aqu¨ª no es posible ganar unas elecciones esgrimiendo el escepticismo frente al euro.
Llamamos por tel¨¦fono al Partido de la Raz¨®n que, adem¨¢s del euro, tambi¨¦n combate la tesis del calentamiento clim¨¢tico. Volker Sch?fer, miembro de la junta directiva de la nueva federaci¨®n regional de Karlsruhe, murmura que podr¨ªa contar muchas cosas sobre el ¡°esc¨¢ndalo de los mecanismos de rescate de la zona euro¡± y sobre por qu¨¦ fue un error renunciar al marco alem¨¢n. Pero lo cierto es que sus ocurrencias no pasan de ser meras bromas. Pr¨®ximamente pretende dar a los clientes de la caja de ahorros donde trabaja el dinero en marcos, con c¨¢mara oculta. No es de extra?ar que al Partido de la Raz¨®n le cueste reunir en Baviera las 1.000 firmas requeridas por cada distrito administrativo para poder presentarse a las elecciones.
Pero lo cierto es que los alemanes est¨¢n abiertos a las nuevas ideas. Como evidencia el caso de ¡°Los Piratas¡± que est¨¢n conquistando los parlamentos de los l?nder [regiones]. Se trata de un partido que aboga por m¨¢s democracia directa, transparencia y libertad de informaci¨®n. Por tanto, iniciativas como las del Partido de la Raz¨®n no fracasan por la rigidez del sistema, sino porque consiguen convencer a muy poca gente con sus tesis. Tambi¨¦n ha vivido esta misma experiencia el ala cr¨ªtica con el euro de los liberaldem¨®cratas (FDP) que gobiernan en alianza con los democristianos de Angela Merkel (CDU). La votaci¨®n interna sobre el rescate del euro que obligaron a hacer a su partido fracas¨® porque s¨®lo particip¨® menos de un tercio de sus miembros. Y los 20.000 miembros que s¨ª votaron se declararon mayoritariamente a favor de los mecanismos de rescate de la zona euro.
Pero ?qu¨¦ significa que el instituto demosc¨®pico Allensbach informe de que m¨¢s del 70% de los alemanes tiene ¡°poca o ninguna confianza en el euro¡±? La fundaci¨®n bruselense CEPS ha analizado este aspecto con mayor precisi¨®n. Ciertamente, los encuestados dijeron que el euro puede perder valor en breve. Pero no creen que eso vaya a ocurrir m¨¢s r¨¢pido con el euro que con el marco alem¨¢n. Porque, de a?o en a?o, cada vez son menos los ciudadanos que desean el regreso del marco, como atestiguan otras encuestas del instituto Allensbach. Incluso en plena crisis desciende el n¨²mero de ciudadanos que desean volver al marco, 44% en el ¨²ltimo sondeo, el valor m¨¢s bajo desde el nacimiento del euro. Y el hecho de que otra encuesta indique que uno de cada dos alemanes considera la introducci¨®n del euro como un error no significa en modo alguno que est¨¦ a favor de abandonarlo a d¨ªa de hoy.
Los alemanes aprecian el hecho de no tener que hacer acopio de liras ni de francos para ir de vacaciones. Y los empresarios han explicado una y otra vez que el euro les merece la pena. Si fracasa, la econom¨ªa exportadora alemana se hundir¨ªa porque la moneda alemana ser¨ªa hasta un 30% m¨¢s cara. Las empresas tendr¨ªan que volver a dividir su contabilidad dependiendo de la localizaci¨®n concreta de sus sedes, en lugar de actuar como consorcios europeos, lo cual les permite ahorrar mucho dinero. Y de repente, tendr¨ªan que asegurarse a un precio m¨¢s alto frente a las fluctuaciones del cambio a 17 monedas europeas. Esto podr¨ªa costar cientos de miles de puestos de trabajo.
Alemania se ha ¡°beneficiado del euro pr¨¢cticamente como ning¨²n otro pa¨ªs lo ha hecho¡±, dice la canciller Angela Merkel. Thomas Straubhaar, director del Instituto de Econom¨ªa Mundial de Hamburgo, le da la raz¨®n: ¡°El euro no necesita una marcha f¨²nebre, sino un toque de diana¡±.
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