Un servicio de empleo poco p¨²blico
Las oficinas supervisan el r¨¦gimen de prestaciones y derivan la b¨²squeda de empleo a empresas privadas Reino Unido tiene la segunda peor tasa de paro juvenil del G-8, con un 22%
El servicio de empleo de Reino Unido est¨¢ muy privatizado, con unas oficinas que supervisan el r¨¦gimen de prestaciones durante 12 meses mientras la gente est¨¢ sin trabajo. Si el Estado no encuentra ning¨²n puesto para un desempleado, lo pone en manos de empresas privadas que dedican un a?o a tratar de convencer a esa persona para que busque empleo.
Si no lo consiguen, la persona tiene que hacer obligatoriamente seis meses de trabajo comunitario a cambio de la prestaci¨®n, una pol¨ªtica importada de Estados Unidos, donde se la conoce como workfare.
Cuando el nuevo Gobierno de coalici¨®n tom¨® posesi¨®n, una de sus primeras medidas fue eliminar el programa de empleo juvenil de los laboristas, con lo que, seg¨²n dijeron, ahorraban al contribuyente brit¨¢nico 1.300 millones de libras (1.600 millones de euros).
Una de las primeras medidas del Gobierno de Cameron fue la eliminaci¨®n del programa de empleo juvenil
Dos a?os m¨¢s tarde, con un paro juvenil del 22% --el segundo m¨¢s elevado del G-8-- y con uno de cada 10 chicos entre 15 y 19 a?os oficialmente sin estar estudiando, trabajando o en formaci¨®n (lo que en ingl¨¦s llaman Neets, No education, employment nor training), el Gobierno anunci¨® su "contrato juvenil", un programa de mil millones de libras.
Alarmados por el hecho de que el paro juvenil hubiera superado el mill¨®n de personas, los ministros retiraron discretamente su oposici¨®n a interferir con los mercados y trataron de intervenir para crear empleo. El Gobierno no quer¨ªa "perder una generaci¨®n".
En el centro del "contrato juvenil" est¨¢ una concesi¨®n de 370 millones de libras a la empresa. Las compa?¨ªas privadas cobrar¨¢n 2.275 libras por cada puesto de trabajo creado para un joven que haya cobrado la prestaci¨®n de desempleo durante un m¨ªnimo de nueve meses.
Asimismo habr¨¢ dinero para la experiencia laboral y para pagar a personal extra con el fin de que los j¨®venes en paro puedan ver a un asesor de empleo una vez a la semana en vez de cada 15 d¨ªas. Ser joven y parado significa vivir con 56 libras a la semana, por lo que cualquier ayuda ser¨¢ bien recibida.
No obstante, muchos se muestran esc¨¦pticos sobre la eficacia de estas medidas. El Gobierno ha recortado el n¨²mero de trabajadores en las oficinas de empleo, de 45.000 hace dos a?os a 35.000 en la actualidad. El contrato juvenil, que aspira a contratar a otros 4.000 asesores, es un reconocimiento tard¨ªo de que recortar el personal de las oficinas durante una recesi¨®n fue una p¨¦sima idea.
Existe la preocupaci¨®n de que el dinero destinado a crear empleo no sea suficiente. Con los laboristas, el subsidio ascend¨ªa a 6.000 libras anuales, m¨¢s del doble de lo que ofrece el contrato juvenil. La suma destinada a las pr¨¢cticas de aprendizaje tambi¨¦n es peque?a: unas ayudas de solo 1.500 libras.
Adem¨¢s ha habido cierta controversia por los programas de "experiencia laboral" no remunerada, muchos de los cuales proporcionan una experiencia cuestionable y, en la pr¨¢ctica, mejoran poco las perspectivas y las oportunidades laborales de los j¨®venes a los que se supone que debe ayudar. En el pasado se ha visto que a los j¨®venes que se han negado a participar en esos programas se les han recortado prestaciones, pero los expertos dicen que la experiencia laboral no ha funcionado.
Seg¨²n el influyente think-tank Inclusion, ?El programa de experiencia laboral para los j¨®venes no ha contribuido nada a la velocidad con la que los j¨®venes dejan la prestaci¨®n de desempleo y quiz¨¢ incluso les ha empujado a pasar m¨¢s tiempo cobr¨¢ndola que si no lo hubieran tenido.
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