Detenido el mayordomo del Papa por desvelar y difundir documentos secretos

Nunca un Papa hab¨ªa estado tan desnudo. De un tiempo a esta parte, los documentos confeccionados para ser le¨ªdos en exclusiva por Benedicto XVI, tambi¨¦n los m¨¢s ¨ªntimos y sensibles, no esperaban siglos en los archivos secretos del Vaticano hasta ser descatalogados, sino que circulaban por las calles de Roma a¨²n con la tinta fresca. Un topo, no se sabe con qu¨¦ intereses ni a qu¨¦ precio, hab¨ªa venido suministrando a distintos periodistas documentos que desvelaban, por ejemplo, la existencia de una extra?a conjura para matar a Joseph Ratzinger. La secretar¨ªa de Estado vaticana reaccion¨® encargando al cardenal espa?ol Juli¨¢n Herranz una investigaci¨®n que, seg¨²n se acaba de saber, ha logrado cazar al presunto culpable. Se trata nada m¨¢s y nada menos que del mayordomo del Papa, Paolo Gabriele.

El padre Federico Lombardi, portavoz de Benedicto XVI, ha confirmado que la gendarmer¨ªa vaticana ha detenido y sometido a interrogatorio a un laico en posesi¨®n de documentos privados del Vaticano, si bien a¨²n no ha confirmado oficialmente la identidad del cuervo. No obstante, la agencia de noticias Ansa y otros medios dan por hecho de que se trata de Paolo Gabriele, quien en el Anuario Pontificio figura como ¡°ayudante de c¨¢mara¡± del Papa. O lo que es lo mismo, una de las poqu¨ªsimas personas que forman la llamada ¡°familia pontificia¡± o los ¡°familiares del Papa¡±. Gabriele, conocido como Paoletto en los ambientes vaticanos, ser¨ªa uno de los cuatro laicos que atienden a Ratzinger bajo la supervisi¨®n de una monja alemana. La conmoci¨®n por la noticia es total en Italia, donde los asuntos del Vaticano se siguen con especial inter¨¦s y donde el torrente de filtraciones ¨Cllamadas Vaticanleaks¡ªhab¨ªa acaparado programas de televisi¨®n, exclusivas de peri¨®dicos y hasta libros de ¨¦xito inmediato como el publicado hace solo unos d¨ªas por el periodista Gianluigi Nuzzi. La divulgaci¨®n del libro, titulado Las cartas secretas de Benedicto XVI, fue calificado por la Santa Sede como un ¡°acto criminal¡±.

Seg¨²n fuentes vaticanas, tras el arresto, Paolo Gabriele fue conducido ante Nicola Picardi, promotor de justicia del Vaticano. La sorpresa es may¨²scula porque el detenido estaba considerado como una persona ¡°muy devota y absolutamente fiel¡± a Benedicto XVI. Las primeras filtraciones se remontan a principios de a?o. Luego se fueron produciendo otras, hasta el punto de que el portavoz Lombardi no tuvo m¨¢s remedio que reconocer que la Iglesia estaba sufriendo su particular Vaticanleaks. La prensa italiana hab¨ªa publicado una serie de documentos que pon¨ªan al descubierto casos de corrupci¨®n en la Santa Sede y un extra?o y hasta cierto punto descabellado complot para quitar de la circulaci¨®n al papa Ratzinger. Nadie duda de que aquellas filtraciones pon¨ªan al descubierto las descarnadas luchas de poder entre distintos sectores de la curia ante la posible inminencia del fin del papado. La situaci¨®n llev¨® a L¡¯Osservatore Romano a describir a Benedicto XVI, un hombre de 85 a?os, solo y enfermo, como ¡°un pastor rodeado por lobos¡±.

?La detenci¨®n del supuesto cuervo no hace m¨¢s que poner el acento en la delicada situaci¨®n por la que atraviesa la Iglesia. Unas horas antes, el Instituto para las Obras de Religi¨®n (IOR), conocido como el Banco Vaticano, hab¨ªa anunciado la destituci¨®n de su presidente, el italiano Ettore Gotti Tedeschi, por irregularidades en su gesti¨®n. La explicaci¨®n oficial, en lenguaje diplom¨¢tico, achacaba al economista, de 67 a?os, ¡°no haber desarrollado funciones de primera importancia para su cargo¡±. Lo cierto es que la Banca del Vaticano est¨¢ siendo sometida desde el pasado mes de septiembre a una investigaci¨®n judicial por supuesta violaci¨®n de las normas contra el blanqueo de capitales. Adem¨¢s de a Gotti Tedeschi -presidente tambi¨¦n del Santander Consumer Bank, la filial italiana del Banco Santander-, la fiscal¨ªa investiga al director general del IOR, Paolo Cipriani. El directivo depurado ha mostrado gran enfado en sus declaraciones a la prensa: ¡°Prefiero no hablar. Si lo hiciera, solo dir¨ªa palabras feas. Me debato entre el ansia de explicar la verdad y no querer turbar al Santo Padre con tales explicaciones¡±.