El genocida nazi que tocaba el viol¨ªn
Reinhard Heydrich, el dirigente nazi que controlaba la seguridad del Tercer Reich, sufri¨® un atentado en Praga cay¨® desplomado por las graves heridas causadas por la metralla. Para Hitler era el hombre ¡°indispensable¡±

En la ma?ana del 27 de mayo de 1942, Reinhard Heydrich, el dirigente nazi que controlaba la seguridad del Tercer Reich, sufri¨® un atentado en Praga cuando se dirig¨ªa a su cuartel general del castillo de Hradcany. Iba solo con el ch¨®fer, sin escolta, en su Mercedes-Benz descapotable, exhibiendo su poder como protector de Bohemia y Moravia, el territorio checo anexionado a Alemania en 1939.
La operaci¨®n Anthropoid para asesinar a Heydrich hab¨ªa sido planeada por el Gobierno checo en el exilio en Londres. Josef Gabc¨ªk y Jan Kubis, los dos patriotas entrenados para ejecutarla, volaron al Protectorado en un avi¨®n suministrado por el Ejecutivo brit¨¢nico de Operaciones Especiales y se lanzaron en paraca¨ªdas en un descampado a las afueras de Praga. Protegidos por la resistencia checa, vigilaron durante semanas los movimientos de Heydrich, que hac¨ªa todos los d¨ªas el mismo recorrido desde su residencia palaciega al castillo, y el 27 de mayo lo abordaron en una calle del barrio de Liben. A Gabc¨ªk se le encasquill¨® su metralleta Stein y no pudo disparar, pero Kubis lanz¨® una granada que explot¨® en la parte trasera del autom¨®vil. Heydrich, aunque trat¨® de perseguir a sus atacantes pistola en mano, cay¨® desplomado por las graves heridas causadas por la metralla. Unos d¨ªas despu¨¦s, el 4 de junio, muri¨®. Hitler, para quien Heydrich era el hombre ¡°indispensable¡± e ¡°insustituible¡±, maldijo su costumbre ¡°est¨²pida¡±, ¡°insensata¡±, de desplazarse en un veh¨ªculo descapotable sin blindaje. Un fallo de seguridad de quien era la m¨¢xima autoridad en esa materia en el Tercer Reich.
Reinhard Heydrich naci¨® en 1904 en el seno de una familia de clase media, culta, hijo de un cantante de ¨®pera y de una actriz, que le ofrecieron la posibilidad de adquirir una educaci¨®n exquisita: Reinhard tocaba muy bien el viol¨ªn y lleg¨® a ser un experto en esgrima. Como la mayor¨ªa de los cuadros y activistas nazis, pertenec¨ªa a la generaci¨®n que hab¨ªa crecido pol¨ªticamente despu¨¦s de la Primera Guerra Mundial. No eran veteranos de guerra, la ¡°generaci¨®n del frente¡±, bien representada por Adolf Hitler (1889) y Hermann G?ring (1893), sino sus ¡°reto?os adolescentes¡±, como los llama el historiador Richard Vinen. En el caso de Heydrich, su bautismo se produjo a los 16 a?os en los Freikorps, las unidades de voluntarios mandadas por oficiales del Ej¨¦rcito movilizado durante la guerra, que odiaban la revoluci¨®n y el bolchevismo. En 1922 se alist¨® en la Marina, donde estaba haciendo carrera cuando fue expulsado en abril de 1931 por mantener relaciones y dejar embarazada, sin reconocer su responsabilidad, a la hija de un influyente director del grupo industrial I. G. Farben.
Heydrich persegui¨® a sus atacantes pistola en mano, pero cay¨® desplomado por las heridas de la metralla
Ese incidente cambio su vida. Se cas¨® con Lina von Osten, una admiradora del nazismo cuya familia la ayud¨® a encontrar un empleo en las Schustzstaffel (SS). El hombre alto, rubio, con aspecto de germano puro, impresion¨® a Heinrich Himmler, el arquitecto de las SS. A su sombra, el joven Heydrich inici¨® una fulgurante ascensi¨®n hasta la jefatura de la polic¨ªa de seguridad de esa organizaci¨®n militar de los nazis. Juntos, se hicieron en poco tiempo con el poder de la Gestapo, la Polic¨ªa Criminal y el servicio de seguridad de las SS, hasta el total control en 1939, iniciada ya la Segunda Guerra Mundial, de la Oficina Central de Seguridad del Reich (Reichssisherheitshauptamt RSHA), el ¨®rgano que agrup¨® bajo la direcci¨®n de Heydrich a las distintas divisiones de la polic¨ªa.
En esos 10 a?os de disfrute de la gloria y del poder, Heydrich fue una figura temida y odiada, la ¡°bestia rubia¡±, como lo llamaban sus propios hombres, que estuvo siempre al frente de los actos m¨¢s violentos del r¨¦gimen nazi. Aport¨® iniciativas radicales al problema de c¨®mo asesinar en masa y deshacerse de los cad¨¢veres, y ¨¦l marc¨® el paso desde la guerra ideol¨®gica frente al comunismo hasta la racial contra los eslavos y los jud¨ªos. Ese camino al exterminio sistem¨¢tico se despej¨® en la famosa reuni¨®n del 20 de enero de 1942 en una mansi¨®n del lujoso suburbio berlin¨¦s de Wannsee. Heydrich, organizador del encuentro, les record¨® al selecto grupo de 14 altos cargos nazis all¨ª presentes que ¨¦l estaba al cargo de coordinar las medidas necesarias para la ¡°soluci¨®n final¡± de la cuesti¨®n jud¨ªa en Europa y que estaban convocados para discutir la ¡°log¨ªstica¡± del genocidio.
Fue expulsado de la Marina cuando dej¨® embarazada a la hija de un influyente director de un grupo industrial
Heydrich no pudo presenciar la terrible culminaci¨®n de su plan. En su solemne entierro, celebrado el 9 de junio de 1942 en la Canciller¨ªa del Reich en Berl¨ªn, con la marcha f¨²nebre de Sigfrido, de Richard Wagner, como m¨²sica de fondo, Adolf Hitler elogi¨® su martirio y le concedi¨® la Orden Alemana, la m¨¢s alta condecoraci¨®n del Tercer Reich. Al d¨ªa siguiente, como venganza, Himmler orden¨® la destrucci¨®n total de la aldea checa de Lidice, que hab¨ªa acogido a los grupos especiales encargados de poner en marcha la ejecuci¨®n de la principal autoridad del Protectorado de Bohemia y Moravia. Uno de sus miembros, Karel Kurda, a cambio de una recompensa, delat¨® a los autores del magnicidio e inform¨® a la Gestapo que se ocultaban en la iglesia ortodoxa de los santos Cirilo y Metodio en Praga. El 18 de junio, las SS asaltaron el templo y, tras un prolongado tiroteo, Gabc¨ªk y Kurbis se suicidaron. Como tributo a Heydrich, a la pol¨ªtica nazi de eliminaci¨®n total de los jud¨ªos polacos se la llam¨® Operaci¨®n Reinhard, el hombre que dicen que lloraba cuando tocaba el viol¨ªn
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