?Cu¨¢ndo un conflicto se convierte en guerra civil?
Los expertos sostienen que el n¨²mero de v¨ªctimas y la p¨¦rdida de control sobre parte del territorio determinan que Siria est¨¢ hundida en una contienda civil
La pol¨ªtica y los intereses estrat¨¦gicos juegan un papel primordial a la hora no solo de apagar o intensificar un conflicto sino tambi¨¦n a la hora de definirlo, como sucede en el caso de Siria. ¡°Guerra civil¡± no es un t¨¦rmino reconocido por la ONU, de ah¨ª que los actores directos e indirectos recurran a esta acepci¨®n movidos por el inter¨¦s en ampliar o reducir la percepci¨®n de un conflicto.
El art¨ªculo 51 de la Carta de Naciones Unidas solo permite declarar la guerra en ¡°defensa propia¡±, de ah¨ª que la ¨²ltima guerra que se declar¨® fue la que enfrent¨® a las dos Coreas (1950-1953). Desde entonces, todas las guerras, incluida la de Vietnam, se han mantenido en la ambig¨¹edad jur¨ªdica de conflicto de baja o alta intensidad.
Para los expertos, sin embargo, en la actualidad hay tres hitos que marcan el hundimiento de un pa¨ªs en una guerra civil: la p¨¦rdida de control sobre parte del territorio; el incremento de v¨ªctimas mortales y la organizaci¨®n de los rebeldes. Los tres presentes en Siria desde principios de a?o. A diferencia de la guerra civil espa?ola (1936-1939), ¡°ya no hay frentes, porque ahora los conflictos son asim¨¦tricos y entre bandos diferenciados ¨CEj¨¦rcito frente a guerrillas-¡°, se?ala el director del Instituto de Estudios Estrat¨¦gicos de Espa?a (IEEE), general Miguel Angel Ballesteros.
¡°Si un conflicto escala de baja a alta intensidad y hay muertos en los dos bandos, no me cabe duda de que es una guerra porque en los conflictos asim¨¦tricos los cualitativo es el numero de v¨ªctimas mortales¡±, a?ade Ballesteros.?
Hasta la resoluci¨®n 1973 sobre Libia, la ONU no hab¨ªa autorizado que la comunidad internacional interviniera en los asuntos internos de un pa¨ªs?
Ese parece haber sido el argumento que llev¨® el pasado 7 de junio al enviado de la ONU y la Liga ?rabe para Siria, Kofi Annan, a declarar ante la Asamblea General de la ONU que a ese pa¨ªs ¨¢rabe vive una ¡°represi¨®n brutal, masacres, violencia sectaria e incluso una guerra civil abierta¡±. Por el contrario, Bachar el Asad, sostiene que en su pa¨ªs no existe tal contienda sino que se trata de acciones de "terroristas" financiadas desde el exterior.
Seg¨²n el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), organizaci¨®n de activistas opositores con sede en Londres, m¨¢s de 14.400 personas, la mayor¨ªa civiles, han muerto en 15 meses de revuelta contra el r¨¦gimen de Bachar el Asad. De ellas, 2.300 han perdido la vida en los ¨²ltimos 30 d¨ªas, lo que revela el agravamiento de la contienda. El informe hecho p¨²blico por el OSDH el 14 de junio apunta que entre las v¨ªctimas mortales hay 10.117 civiles, 3.552 soldados y 807 desertores del Ej¨¦rcito regular.
La guerra civil en Afganist¨¢n es otro ejemplo de como los intereses pol¨ªticos y estrat¨¦gicos juegan con la denominaci¨®n de una contienda. Muchos de los 43 Gobiernos que han enviado tropas a la Fuerza Internacional para la Seguridad de Afganist¨¢n (ISAF) afirman que sus soldados fueron enviados a una misi¨®n de "reconstrucci¨®n de Afganist¨¢n".?
Siria es el escenario donde se enfrentan Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª con sus respectivos apoyos en el Consejo de Seguridad de la ONU
La barbarie de la matanza entre hutus y tutsis en Ruanda (1994) y la guerra de Kosovo (1999) fueron determinantes para que la Asamblea de la ONU aprobara en 2005 el principio de la ¡°responsabilidad de proteger¡± que tienen los Gobiernos sobre sus ciudadanos. Fue la ausencia de esa ¡°responsabilidad¡± la que permiti¨® la intervenci¨®n de la OTAN en Libia en 2011, tras aprobarse la resoluci¨®n 1973 que daba luz verde a la exclusi¨®n a¨¦rea y el bloqueo naval.
¡°Rusia y China consideran que Occidente abus¨® de esa resoluci¨®n y tom¨® partido por una de las partes en conflicto, por lo que ahora no aceptan que suceda lo mismo en Siria¡±, afirma F¨¦lix Arteaga, investigado del Instituto Elcano. ¡°Ni Rusia ni China est¨¢n dispuestas a generalizar el derecho de injerencia. No quieren una resoluci¨®n que tenga como objetivo acabar con Bachar el Asad y su r¨¦gimen¡±, a?ade.
Hasta la resoluci¨®n 1973, la ONU no hab¨ªa autorizado que la comunidad internacional interviniera en los asuntos internos de un pa¨ªs, ya que la Carta no permite injerencias.
Arteaga tambi¨¦n tiene claro que en Siria hay una guerra civil. Se apoya en que numerosas carreteras y barrios de m¨²ltiples ciudades est¨¢n en manos de los rebeldes que impiden el acceso a las tropas gubernamentales y en que los rebeldes cuentan cada d¨ªa con armas m¨¢s potentes, lo que revela que tienen cierto respaldo internacional.
Militares, investigadores y diplom¨¢ticos consideran, sin embargo, que a¨²n se est¨¢ lejos de que la ONU apruebe un embargo de armas, la exclusi¨®n a¨¦rea y/o el bloqueo naval. ¡°Siria es el escenario donde se enfrentan Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª, con sus respectivos apoyos en el Consejo de Seguridad y ninguno est¨¢ dispuesto a dejar de jugar sus cartas¡±, se?alan. Todos ellos descartan una acci¨®n unilateral de la OTAN.
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