Argentinos enganchados al d¨®lar
El Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez se esfuerza sin ¨¦xito en cambiar la mentalidad de quienes desconf¨ªan de la moneda nacional y prefieren ahorrar con divisas
Solo hay que fijarse un poco en la chapa que cubre la puerta. Es un d¨ªa laborable en Buenos Aires y todos los comercios de la calle menos ese permanecen abiertos. Pero acerc¨¢ndose a la puerta y mirando a trav¨¦s de la fina tela met¨¢lica puede vislumbrarse la figura de un hombre en el interior.
¡ªEntre, r¨¢pido. ¡ªapremia desde adentro mientras entreabre una peque?a puerta por la que hay que pasar encorvado.
Estamos en lo que en Buenos Aires se conoce como una?cueva. En teor¨ªa, solo se trata de una casa de cambio. Pero en funci¨®n de la hora, de la vigilancia, de la persona que llame o de la profundidad del pasillo por el que a uno le conduzcan, se puede convertir en el lugar donde se consiguen los d¨®lares del mercado negro, conocidos como blue, a los que el Gobierno ha declarado la guerra. En Argentina se puede pagar a ciertos dentistas en d¨®lares, comprar obras de arte, abonar en algunas cadenas de supermercados, comprar seguros de vida, coches de segunda mano, viviendas¡ Y sobre todo¡ Se puede ahorrar en d¨®lares. Cientos de miles de personas meten sus fajos verdes en alguna caja fuerte alquilada al banco o en alg¨²n escondite de casa.
Hasta el pasado noviembre era muy f¨¢cil conseguir d¨®lares en el mercado oficial por algo m¨¢s de cuatro pesos cada d¨®lar. El Estado solo solicitaba una justificaci¨®n de ingresos en el caso de grandes compras. Pero el a?o pasado se dispar¨® el d¨¦ficit energ¨¦tico en 3.200 millones de d¨®lares; eso hizo peligrar el super¨¢vit de los 10.000 millones de d¨®lares al a?o que el Gobierno necesita para no verse obligado a pedir prestado dinero en el exterior y tener que pagar un inter¨¦s mucho mayor que el de la prima de riesgo espa?ola. La salida masiva de divisas a causa de la energ¨ªa provoc¨® que el Gobierno expropiase YPF a Repsol, que restringiera las importaciones y que bloqueara el acceso de los ciudadanos a los d¨®lares. Se necesita, pues, mantener el super¨¢vit en 10.000 millones de d¨®lares.
El Gobierno emplea hasta sabuesos para impedir la fuga de d¨®lares en las aduanas
As¨ª que desde mayo, casi nadie puede comprar d¨®lares en el mercado oficial, salvo quienes viajen al exterior. Y estos deber¨¢n hacerlo mediante una declaraci¨®n jurada. Varios economistas vinculados a la oposici¨®n comenzaron a hablar de ¡°cepo cambiario¡± con las primeras restricciones y ahora acu?aron el t¨¦rmino ¡°corralito cambiario¡±, en alusi¨®n a la situaci¨®n que se produjo en 2001 cuando se impidi¨® a los argentinos sacar sus ahorros del banco. Tambi¨¦n se?alan que el problema no son los d¨®lares sino la inflaci¨®n desenfrenada, que provoca temor en la gente a que sus pesos se deval¨²en en cuesti¨®n de semanas.
Las restricciones han espoleado cuatro caceroladas en las calles de Buenos Aires en las ¨²ltimas dos semanas. En la mayor de las manifestaciones apenas se sumaron unas 4.000 personas, la mayor¨ªa de clase media y media-alta. Desde el Gobierno se record¨® que solo el 11% de los argentinos atesora d¨®lares. ¡°Yo no s¨¦ si es cierto que sea solo el 11%. Lo que s¨ª es verdad que en Argentina, cualquier persona que ahorre lo hace en d¨®lares¡±, se?ala un ejecutivo argentino.
Los ministros y senadores oficialistas insisten en que hay que ir cambiando la mentalidad y confiar en el peso. Pero el propio senador An¨ªbal Fern¨¢ndez, que hablaba de cambiar la mentalidad, reconoci¨® que ten¨ªa ahorrados 24.000 d¨®lares. Y cuando en Radio Continental le preguntaron que por qu¨¦ no los cambiaba a peso con el precio oficial dijo que ¨¦l con su dinero hac¨ªa lo que se le antojaba. La presidenta Cristina Fern¨¢ndez le reproch¨® su actitud en p¨²blico y acto seguido prometi¨® que ella misma pensaba convertir en pesos los ahorros [estimados en tres millones] que tiene depositados en d¨®lares a plazo fijo.
El Gobierno emplea hasta sabuesos para impedir la fuga de d¨®lares en las aduanas. En diciembre fue presentado en sociedad un escuadr¨®n de 300 perros entrenados para detectar d¨®lares. Las im¨¢genes de alg¨²n golden retriever o un labrador husmeando maleteros de coches en las fronteras, ataviados con chalecos donde se leen bien claras las siglas del fisco argentino ¨CAFIP¨C llevan siete meses paseando por los canales de televisi¨®n. Pero muchos ciudadanos creen que es una medida m¨¢s psicol¨®gica que pr¨¢ctica. Y que, en realidad, no enga?a a nadie ¡°Los perros solo son eficaces para agarrar al boludo que intenta sacar 40.000 d¨®lares del pa¨ªs, pero hay maneras mucho m¨¢s eficaces de sacar la plata¡± comenta un empresario porte?o. ¡°Los grandes capitales no salen en el maletero de un coche¡±.
En Argentina el euro ha demostrado ser menos estable que el d¨®lar¡±
Las restricciones han provocado que el valor del d¨®lar paralelo se dispare. Si un extranjero llega a Argentina y paga con su tarjeta de d¨¦bito o cr¨¦dito la compra se cargar¨¢ con el valor del d¨®lar o euro oficial, con lo cual le costar¨¢ un 20% o un 30% m¨¢s cara que si cambia los d¨®lares o euros en el mercado paralelo. Hay personas, conocidas como?arbolitos que se dedican a la compra venta en plena calle y hay p¨¢ginas de Internet con informaci¨®n constante sobre las cotizaciones en el mercado negro.
Tambi¨¦n hay cuevas de todo tipo. Unas son cochambrosas y otras tienen de pantalla otro negocio perfectamente legal y albergan obras de arte en sus despachos. Uno pronuncia la palabra m¨¢gica (el nombre del jefe, de alg¨²n empleado), se abre alguna puerta , a veces alguna reja, y accede a los lugares m¨¢s o menos secretos). ¡°Yo estuve dos a?os, all¨¢ por 1982, mirando c¨®mo la gente ganaba plata con el inter¨¦s que les daban los pesos¡±, comenta un?cuevero. ¡°Yo s¨®lo ten¨ªa 4.000 d¨®lares a plazo fijo. Y de la noche a la ma?ana, los que ten¨ªan pesos vieron como no val¨ªa nada todo lo que ten¨ªa y yo me pude comprar un departamento¡±.
¡°Nadie pretende hacerse rico, ni especular. Si yo compro cien d¨®lares que hoy equivalen a unos 600 pesos es porque dentro de cinco meses quiero comprar lo mismo o un poquito m¨¢s de lo que puedo comprar hoy. Si me quedo con los pesos, dentro de cinco meses no tendr¨¦ suficiente para comprar lo mismo que ahora. Es tan sencillo como eso, la gente no quiere perder plata, solo aspira a poder irse en vacaciones en enero o febrero y poco m¨¢s. Y la gente no conf¨ªa en el euro porque ya tuvo variaciones muy fuertes y muchos perdieron dinero. En Argentina el euro ha demostrado ser menos estable que el d¨®lar¡±, sostiene el citado agente de cambio. ?l no cree que el Gobierno vaya a poder luchar nunca contra las cuevas. ¡°Hoy en d¨ªa basta con una simple llamada de tel¨¦fono. Te llaman, te piden una cantidad y la llevas al domicilio de quien te la ha pedido¡±.
Poco pueden hacer 300 perros contra el miedo de miles de personas a que sus ahorros se esfumen de la noche a la ma?ana.
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