Un partido kurdo pide al PKK el fin de la violencia tras un ataque al Ej¨¦rcito turco
La declaraci¨®n se produce despu¨¦s de la muerte de ocho soldados a manos de la guerrilla kurda
¡°Esta guerra tiene que terminar. No podemos dejar que nuestra juventud se mate entre s¨ª. Por el amor de Dios, debemos hacer algo para acabar con esta lucha¡± Con estas palabras, el l¨ªder del mayor partido kurdo de Turqu¨ªa, el Partido de la Paz y la Democracia (BDP) ped¨ªa a la guerrilla kurda el cese de la violencia. Selahattin Dermitas hac¨ªa estas declaraciones horas despu¨¦s de que una emboscada de la guerrilla kurda PKK acabara con la vida de ocho soldados e hiriera de gravedad a 16 en la provincia sure?a de Hakkari.
El ataque se produjo de madrugada y en ¨¦l murieron tambi¨¦n diez guerrilleros. Seg¨²n el diario turco Hurriyet los guerrilleros se infiltraron desde Irak y atacaron a los uniformados. Hakkari, una provincia poblada de mayor¨ªa kurda, lleva a?os sufriendo los combates entre el PKK y el ejercito turco. Los montes de Daglica, que hacen de frontera natural con el kurdist¨¢n Iraki, son uno de los bastiones del grupo guerrillero y desde donde el pasado octubre lanzaron uno de los ataques m¨¢s mort¨ªferos de la historia, con 26 soldados muertos
El ataque de hoy podr¨ªa registrarse dentro de los picos de actividad de esta guerra no declarada. Sin embargo, las reacciones por parte de los pol¨ªticos kurdos dan una relevancia especial a la masacre. Es la primera vez que el BDP --una especie de Batasuna turco-- pide abiertamente al PKK el cese de la violencia. En su alocuci¨®n Dermitas tambi¨¦n hizo al ejercito turco corresponsable de una guerra que comenz¨® en 1984 y que ha dejado m¨¢s de 45.000 muertos, e inst¨® a los uniformados a abandonar las operaciones contra la guerrilla. La pregunta es qui¨¦n dar¨¢ ahora el primer paso.
Es la primera vez que el BDP? pide abiertamente a la guerrilla el cese de la violencia
Entre los kurdos, sobretodos aquellos que viven en las grandes ciudades como Estambul o Ankara, empiezan ha aparecer voces que condenan abiertamente la violencia. La segunda generaci¨®n de kurdos urbanitas, muchos de ellos convertidos en clase media gracias al trabajo de sus padres, ya no se identifican con sus familiares del sudeste, ni ven el las monta?as las utopia de la libertad que mueve al guerrillero. Un ejemplo de ello es la iniciativa que cuatro activistas kurdos pusieron en marcha el verano pasado: ¡°Guerrillero no mates, no mueras por mi¡±, una web en la que se recogen firmas por el fin de la violencia.
En el sudeste de Turqu¨ªa, donde la mayor parte de la poblaci¨®n es de etnia kurda, la situaci¨®n es muy distinta. Muchos han perdido a familiares y amigos, bien porque han subido a las monta?as a pelear o en atentados dentro de los n¨²cleo urbanos y carreteras. Muchas son las familias cuyos hijos han ido a la c¨¢rcel por tirar piedras o cantar sloganes en las manifestaciones. Y es que la ley antiterrorista turca, una de las m¨¢s duras del planeta que hace que Turqu¨ªa tenga en sus c¨¢rceles a 1/3 del total de terroristas del mundo, no ayuda a la reconciliaci¨®n de turcos y kurdos.
Por su parte el Primer Ministro Turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo desde M¨¦xico, ha donde se ha desplazado para la cumbre del G20 que ¡°El PKK debe abandonar las armas¡±. ¡° Acabaremos con esto tarde o temprano. La fuerzas de seguridad dejaran sus operaciones cuando el PKK abandone las armas¡± anunci¨® Erdogan quien neg¨® la posibilidad de una negociaci¨®n: ¡°Nadie puede convertir al terrorismo en un asunto negociable¡±.
La noticia del ataque llega en un momento en el que el gobierno intenta conseguir el favor de la poblaci¨®n kurda a trav¨¦s del pol¨ªticas culturales. Erdogan anunciaba la semana la introducci¨®n de clases optativas de kurdo en los institutos p¨²blicos para el nuevo curso escolar. El AKP, partido que lidera Erdogan, subi¨® al poder hace diez a?os con un plan aperturista para los 12 millones de kurdos que viven en Turqu¨ªa. Si bien ha llevado a cabo muchas reformas, como la creaci¨®n de un canal de televisi¨®n en kurdo, las l¨ªneas rojas del conflicto, es decir, una mayor independencia para el sudeste kurdo, siguen siendo un asunto no negociable.
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