El baluarte de las revueltas bolivianas
La ciudad vecina de La Paz, a 4.100 metros de altura, es el motor de las grandes protestas Cuando estalla el malestar en El Alto, el Gobierno se moviliza inmediatamente Ciudad de traficantes y contrabandistas, tiene su propia justicia, que acaba en linchamientos
Germen de revueltas populares, origen del derrumbe de gobiernos y baluarte del presidente boliviano Evo Morales, El Alto, la ciudad que bordea La Paz desde 4.100 metros de altura y alberga el aeropuerto de la ciudad, se ha convertido en amenaza permanente para los gobernantes del pa¨ªs andino. Con una larga historia de luchas sociales ind¨ªgenas, la combinaci¨®n de pobreza, infraestructuras precarias y crecimiento desordenado constituye un c¨®ctel explosivo, que alimenta la rebeld¨ªa de la ciudad con el grito de guerra: ¡°El Alto de pie, nunca de rodillas¡±.
En 1991, una epidemia de c¨®lera sacudi¨® Per¨². Hubo m¨¢s de 300.000 infectados y 2.900 muertos. ¡°En la vecina Bolivia la gente preguntaba aterrorizada: ?Por d¨®nde nos llegar¨¢ la pandemia? La respuesta era un¨¢nime, por El Alto¡±, recuerda el m¨¦dico Fanor Nava Santiesteban, alcalde de la ciudad entre 2005 y 2010. ¡°A principios de los 90, s¨®lo hab¨ªa una peque?a cl¨ªnica con unas 30 camas, en una ciudad de medio mill¨®n de habitantes¡±. Hoy, supera el mill¨®n.
En 2003, los alte?os tomaron La Paz al grito de: ¡°Ahora s¨ª, guerra civil¡±. El presidente acab¨® huyendo del pa¨ªs
El antrop¨®logo y jesuita catal¨¢n Xavier Alb¨®, vecino de El Alto que lleva 59 a?os en Bolivia, describe la urbe como una ¡°ciudad bisagra¡±, a la que confluyen emigrantes de todo el altiplano. El crecimiento demogr¨¢fico de este municipio, declarado independiente de La Paz en 1985, se dispar¨® en la d¨¦cada de los 90, a un ritmo del 9% anual. El cierre de numerosas minas en Potos¨ª, Catavi, o Siglo XX provoc¨® una emigraci¨®n masiva. Estimaciones moderadas indican que en aquellos a?os la ciudad recibi¨® a m¨¢s de 200.000 personas, seg¨²n el ex alcalde Nava Santiesteban.
En octubre de 2003 estall¨® el primer gran levantamiento popular de El Alto, que termin¨® en un ba?o de sangre y provoc¨® la ca¨ªda del presidente Gonzalo S¨¢nchez de Losada. La revuelta empez¨® en los barrios de Senkata y Ventilla, con el bloqueo de la distribuci¨®n de gasolina. Era el inicio de la llamada guerra del gas, contra la exportaci¨®n de aquel recurso energ¨¦tico v¨ªa Chile, el enemigo hist¨®rico. La brutal represi¨®n del Ej¨¦rcito cost¨® 60 muertos. Los alte?os tomaron La Paz al grito de ¡°Ahora s¨ª, guerra civil¡±, y el presidente acab¨® huyendo del pa¨ªs. ¡°Aquel levantamiento fue, producto de la rabia contenida contra el sistema econ¨®mico y social del pa¨ªs¡±, explica Fanor Nava.
Los mineros siempre tenemos dinamita en casa. Sirve para todo, para sacar el mineral, para juegos pirot¨¦cnicos en fiestas y para defendernos del Ej¨¦rcito Tom¨¢s Arriola, minero
En mayo y junio de 2005, la revuelta deton¨® nuevamente en El Alto y otras ciudades, y esta vez acab¨® con la dimisi¨®n del Gobierno de Carlos Mesa. ¡°Hemos vivido aut¨¦nticas situaciones de guerra¡±, recuerda Tom¨¢s Arriola, que lleg¨® a El Alto con 9 a?os desde Potos¨ª, donde sus hermanos trabajaron en la mina de cobre de Chacarilla hasta su cierre en 1976. ¡°Los mineros, con su experiencia sindical, organizan todo El Alto, por barrios, por calles, para evitar el paso de los militares. Bloqueamos toda la ciudad¡±. Con dinamita. ¡°Los mineros siempre tenemos dinamita en casa. Sirve para todo, para sacar el mineral, para juegos pirot¨¦cnicos en fiestas y para defendernos del Ej¨¦rcito¡±.
¡°Para arrancar algo del Estado hay que estar en El Alto. Es el cancerbero del proceso de cambio¡±, dice el ex alcalde Santiesteban. Con estos antecedentes, el primer presidente ind¨ªgena de Bolivia, Evo Morales, suele actuar con celeridad cuando estalla una protesta en El Alto. Env¨ªa a uno o varios de sus ministros con una orden firme y escueta: ¡°?Solucionen el problema como sea!¡±. Morales arras¨® aqu¨ª en las ¨²ltimas elecciones de diciembre de 2009 con el 87% de los votos, pero su popularidad ha empezado a menguar desde enero de 2011, a ra¨ªz de la aprobaci¨®n por el Gobierno de un aumento generalizado de los combustibles, conocido como gasolinazo. El Alto se levant¨® una vez m¨¢s, y los manifestantes quemaron retratos de Evo Morales y del vicepresidente ?lvaro Garc¨ªa Linera.
¡°Evo estaba muy fuerte, pero ahora hay un gran desencanto¡±, asegura Tom¨¢s Arriola. ¡°No ha cumplido sus promesas. Muchas casas en El Alto no tienen gas canalizado, porque no se ha industrializado. Va directamente del pozo a la exportaci¨®n¡±.
Para arrancar algo del Estado hay que estar en El Alto. Es el cancerbero del proceso de cambio¡±
Nava Santiesteban, exalcalde de El Alto
El crecimiento de El Alto ha sido vertiginoso y desordenado hasta convertirse en la segunda ciudad m¨¢s poblada de Bolivia, detr¨¢s de Santa Cruz. El comercio informal es la actividad econ¨®mica por excelencia. La feria de los domingos es un mercado gigantesco al aire libre, donde todo se compra y se vende, al que acuden bolivianos de todos los rincones. En los distritos 2 y 8, en la carretera a Oruro, se concentra la industria, con peque?as f¨¢bricas textiles, de cuero, embotelladoras, laboratorios, etc.
La recaudaci¨®n fiscal es de unos 120 millones de bolivianos (13,7 millones de euros) al a?o para una poblaci¨®n de un mill¨®n de habitantes. La Paz recauda 600 millones de bolivianos (69 millones de euros) y no supera los 840.000 habitantes. ¡°El fraude es generalizado y la tributaci¨®n se reduce apenas a la vivienda y a los veh¨ªculos legales, que son una minor¨ªa¡±, dice el ex alcalde Nava Santiesteban.
En la penumbra de esta ciudad fren¨¦tica se oculta un submundo de contrabandistas y traficantes. La Polic¨ªa ha desmantelado laboratorios de procesamiento de coca¨ªna en diversos pisos, que utilizan la llamada t¨¦cnica colombiana, en la que una lavadora sustituye al pisador de hoja de coca, y el secado de la droga se realiza en microondas. Algunos vecinos que hablan desde el anonimato dan cuenta de pistas inconfundibles de que el dinero sucio fluye y de que los narcos operan en El Alto: presencia de veh¨ªculos de lujo en barrios perif¨¦ricos, boom de la construcci¨®n, aumento de la venta de gasolina [ingrediente para la elaboraci¨®n de coca¨ªna] e intensificaci¨®n de la violencia criminal.
Los mu?ecos colgados de un poste son una siniestra advertencia a ladrones y delincuentes, que se cumple con el espeluznante ritual del linchamiento. Es la justicia comunitaria, esgrimen algunas voces supuestamente indigenistas. La realidad es que en muchos casos se trata de brutales ajustes de cuentas.
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