La Nueva Libia estrena las urnas

En Libia se respira un ambiente de estreno. Hace a?o y medio, estall¨® una revuelta popular contra Muamar el Gadafi. Hace ocho meses, el dictador fue linchado. Y hoy los libios acuden a las urnas para escoger la Asamblea que redactar¨¢ la Constituci¨®n y de la que nacer¨¢ un nuevo Gobierno.

Reina el optimismo, pero tambi¨¦n la incertidumbre. Son las primeras elecciones despu¨¦s de seis d¨¦cadas sin partidos pol¨ªticos. Los prohibi¨® el rey Idris al Sanusi reci¨¦n instaurada la monarqu¨ªa, y Gadafi continu¨® la tradici¨®n tras el golpe de Estado de 1969. El pa¨ªs est¨¢ desmantelado, no hay instituciones, sufre agudas tensiones territoriales, padece luchas tribales alimentadas por el gadafismo y la anarqu¨ªa impuesta por la pl¨¦yade de milicias que controlan distintas ciudades. En este escenario inquietante, el Consejo Nacional de Transici¨®n (CNT) y el Gobierno provisional han logrado organizar, no sin sobresaltos y con el apoyo de la ONU, los comicios.

Casi tres millones de libios escoger¨¢n entre 4.000 candidatos a los 200 miembros de la Constituyente. Ochenta de los parlamentarios ser¨¢n elegidos en listas de partidos pol¨ªticos y 120 ser¨¢n ciudadanos independientes. Cien esca?os corresponden a la regi¨®n de Tripolitania (oeste), sesenta a Cirenaica (este) y 40 a Fezzan (sur). Esta distribuci¨®n ha provocado airadas protestas en la Cirenaica, cuna de la rebeli¨®n e hist¨®ricamente celosa del poder central de Tr¨ªpoli, y donde meses atr¨¢s se fund¨® el Consejo de Barka, un organismo con veleidades federalistas. Varias fuerzas en el este han llamado al boicoteo de los comicios. Esta semana, decenas de hombres asaltaron los centros electorales en Bengasi, Tobruk y Ajdabiya. Adem¨¢s, las milicias orientales han llegado a cortar el paso en la frontera con Tripolitania.

En un intento por calmar los ¨¢nimos, el CNT prometi¨® a la Cirenaica una presencia paritaria en la comisi¨®n parlamentaria que redactar¨¢ el borrador constitucional. Y el jueves fue m¨¢s all¨¢ y anunci¨® que esa comisi¨®n ser¨ªa elegida en una nueva votaci¨®n directa. Pero de poco ha valido. Ayer, manifestantes armados cerraron las terminales de exportaci¨®n de petr¨®leo en varias ciudades de Cirenaica (donde se encuentran los principales yacimientos). Este bloqueo ha obligado a las autoridades a reducir la producci¨®n de crudo de 1,6 a 1,3 millones de barriles diarios, justo cuando la extracci¨®n hab¨ªa alcanzado el nivel previo a la guerra que derrib¨® el r¨¦gimen. Adem¨¢s, un helic¨®ptero que transportaba urnas al sur de Bengasi fue abatido por disparos de un arma ligera, y uno de sus ocupantes muri¨®.

Los comicios est¨¢n
marcados por las
tensiones en la
regi¨®n Cirenaica

Seg¨²n algunos observadores, la indignaci¨®n que reina en el Este ha cimentado la alianza entre fuerzas federalistas y el partido del influyente l¨ªder islamista Ali Salabi, que presenta un discurso de corte nacionalista. De todas formas, en una sociedad tan conservadora como la libia ninguno de los cinco principales partidos que concurren a los comicios eluden las referencias al islam. Ni siquiera la liberal Alianza de Fuerzas Nacionales, liderada por Mahmud Yibril, el pragm¨¢tico ex primer ministro que renunci¨® tras la captura y linchamiento de Gadafi, y que cuenta con el respaldo de las ¨¦lites intelectuales. Como en T¨²nez o Egipto, la fuerza de los grupos islamistas no ser¨¢ desde?able, aunque resulta temerario pronosticar resultados en un pa¨ªs sin tradici¨®n electoral, que desconoce las encuestas y donde priman las lealtades tribales.

Los cinco principales partidos hacen
referencia al islam

Abdelhakim Belhaj ¡ªexcombatiente en Afganist¨¢n y uno de los jefes milicianos que liberaron Tr¨ªpoli en agosto de 2011¡ª ha fundado el partido islamista Al Watan con el apoyo de Catar, que desempe?¨® un papel crucial en la revuelta contra Gadafi. Los Hermanos Musulmanes (que no han podido tejer las redes sociales que tantos frutos rinden en Egipto o T¨²nez por la persistente persecuci¨®n del r¨¦gimen) han creado el Partido de la Justicia y el Desarrollo. Lo encabeza Mohamed Sawan, que espera el efecto contagio de los triunfos electorales islamistas en los pa¨ªses vecinos. El Frente Nacional, adscrito al principal grupo de oposici¨®n en el exilio (Frente Nacional para la Salvaci¨®n de Libia), tampoco anda demasiado lejos de los postulados de los Hermanos Musulmanes. Al Asala, un grupo salafista que considera que los partidos pol¨ªticos son antiisl¨¢micos, completa el elenco de organizaciones islamistas.

A pesar de los escollos, los expertos se muestran razonablemente optimistas. El orgullo por el derrocamiento de Gadafi, el sentido de la identidad nacional y un consenso a favor de la democracia pueden apuntalar el buen rumbo de la transici¨®n, sostiene en un informe Paul Salem, director del Centro Carnegie para Oriente Pr¨®ximo. ¡°Las diferencias regionales y tribales son mucho menos virulentas que las divisiones sectarias y ¨¦tnicas que han espoleado los conflictos en otras regiones de Oriente Pr¨®ximo¡±, afirma. ¡°Y los ingresos del petr¨®leo, bien gestionados, pueden ayudar a reconstruir con rapidez un Estado¡±.