Convivir con los peligros objetivos

Ni los propios gu¨ªas de alta monta?a se ponen de acuerdo a la hora de escoger cu¨¢l de las dos rutas normales de acceso al Mont Blanc, por su vertiente francesa, resulta menos peligrosa. Ambos itinerarios, tanto el que parte del refugio de C¨®smicos, como el que pasa por el refugio de Go?ter, observan peligros objetivos: en este caso, principalmente, ca¨ªdas de rocas o de masas de hielo y aludes. Anticiparse a ¨¦ste tipo de peligros no siempre resulta sencillo, realidad con la que conviven los alpinistas.

Muchos consideran una ruleta rusa el hecho de comulgar con el llamado paso de la ¡®Bolera¡¯, una traves¨ªa que existe antes de encaramarse a la arista que conduce hasta el refugio de Go?ter. Dicho paso, a los pies de un corredor, queda expuesta a la ca¨ªda caprichosa de rocas de todos los tama?os, ¡®misiles¡¯ que los alpinistas sortean avis¨¢ndose unos a otros. A veces, no cae ninguna roca. Otras, es una lluvia constante.

¡°Yo me niego a pasar por ah¨ª¡±, confiesa el gu¨ªa Jonatan Larra?aga, el mismo que ayer escap¨® del mort¨ªfero alud que se produjo tiempo despu¨¦s de su paso. ¡°A mi juicio, la ruta de los ¡®Cuatromiles¡¯, que sale de C¨®smicos, es m¨¢s segura, aunque algo m¨¢s larga¡±, considera. Con todo, Jonatan siempre suele ser de los m¨¢s madrugadores: ¡°si puedo salir a las 12 de la noche, mejor. As¨ª me evito los atascos que se dan en la ascensi¨®n y viajo mucho m¨¢s seguro con mis clientes. Tambi¨¦n bajo antes, con lo que no he de esperar en ning¨²n atasco que se pueda dar¡±, explica.

Posiblemente, su experiencia le ha salvado hoy de un susto de consecuencias imprevisibles. El alud que se ha llevado a dos personas ha sido provocado por la existencia de una placa de viento cerca del collado del Mont Maudit, seg¨²n ha confirmado la gendarmer¨ªa. La acci¨®n del viento acumula cantidades de nieve en el lado opuesto de la monta?a, es decir a sotavento, creando un manto inestable que puede ceder de forma espont¨¢nea o ante una sobrecarga de peso, barriendo lo que queda por debajo de su l¨ªnea de fractura. Curiosamente, la zona que m¨¢s temen los gu¨ªas queda por debajo, en la ascensi¨®n al Mont Blanc de Tacul, cuyo itinerario queda muy expuesto ante la rotura de seracs (masas de hielo que generan aludes al desprenderse), hecho que desencaden¨® la ¨²ltima gran tragedia en el Mont Blanc, el 24 de agosto de 2008, con ocho alpinistas fallecidos.

De momento, se ha confirmado la muerte de nueve alpinistas, mientras que se estima que existen cuatro desaparecidos. Dos equipos de salvamento, uno franc¨¦s y otro italiano, sondan el terreno en busca de posibles v¨ªctimas, empresa dificultada por el hecho de que en verano no es costumbre portar el ARVA (aparato de b¨²squeda de v¨ªctimas de avalancha).

Oscar Gogorza es gu¨ªa de alta monta?a y director de la revista Campobase.