Aeropuerto sin aviones...en Alemania
El nuevo aer¨®dromo de Berl¨ªn retrasa dos veces su inauguraci¨®n por fallos de seguridad y problemas en su estructura que multiplican sus costes
El orgullo colectivo que les suscita la f¨¢bula de su propia austeridad laboriosa y el talento despilfarrador de los socios sure?os impide que muchos alemanes recuerden la ruina de su capital. En Berl¨ªn, el sueldo medio es un tercio m¨¢s bajo que en los Estados alemanes occidentales y la tasa de paro ronda el 13%, casi el doble de la media nacional. El 42% de los contratos laborales son precarios o de jornada reducida. Sus cuentas p¨²blicas se derrumbaron en 2001, tras diez a?os de alcald¨ªas democristianas (CDU), por una calamidad bancaria e inmobiliaria de proporciones greco-valencianas que a¨²n lastra el erario. El socialdem¨®crata Klaus Wowereit (SPD), alcalde desde 2001, dijo que Berl¨ªn es ¡°pobre pero sexy¡±: la ciudad-Estado debe 62.000 millones de euros y evita la bancarrota gracias al goteo de dinero p¨²blico que le permite mantener tres ¨®peras bien engrasadas con subvenciones y dos aeropuertos a pleno rendimiento. Si lo primero se puede justificar como inversi¨®n cultural en una ciudad condenada a ser meca tur¨ªstica, la chapuza del ¨²ltimo aeropuerto solo cabe achacarla a la incompetencia.
En 1996 se decidi¨® que Berl¨ªn no necesitaba los tres aeropuertos que ten¨ªa entonces, fruto de las d¨¦cadas de divisi¨®n por el Muro. Con uno basta. El alcalde Wowereit puso en 2006 la primera piedra del ¡°aeropuerto m¨¢s moderno de Europa¡±, el Internacional Berl¨ªn-Brandeburgo (BER). Seis a?os m¨¢s tarde, los paneles de la futura terminal solo anuncian vuelos ficticios cuando los encienden para los periodistas. Grupos de obreros instalan cables y ponen a punto los lavabos sin mucha prisa, porque tendr¨¢n tiempo por lo menos hasta marzo de 2013. Son casi 20 meses y 1.000 millones de euros m¨¢s de lo prometido en 2006.
Un parco email enviado en mayo cancelaba la fiesta en la que la canciller Angela Merkel y Wowereit iban a inaugurar en junio las pistas de despegue del Willy Brandt, nombre con el que tambi¨¦n se conoce a este aeropuerto. Se adujeron problemas con las complejas instalaciones de emergencia contra incendios. Despu¨¦s se ha sabido que el edificio est¨¢ aquejado de otras deficiencias y se ha especulado con el hundimiento de algunas estructuras. El Senado (Gobierno regional) lo desmiente y celebraba este mi¨¦rcoles el supuesto ¨¦xito de varias pruebas de seguridad. Pero el jueves, diversos medios regionales apuntaban que estas pruebas no cumplen las exigencias m¨ªnimas. Cunden las dudas de que se llegue a cumplir la nueva cita inaugural del 17 de marzo. Hasta entonces hay que mantener en marcha los aeropuertos de Tegel y Sch?nefeld.
Tambi¨¦n la necesidad de la construcci¨®n est¨¢ en tela de juicio. En 2008 cerr¨® Tempelhof, el enorme edificio nazi del que despega Indiana Jones en La ¨²ltima cruzada. Tempelhof era pr¨¢ctico porque est¨¢ en pleno centro de la ciudad, pero qued¨® anticuado. Quien lo usara en sus ¨²ltimos a?os a?orar¨¢ el eco de los pasos en las tremendas salas semivac¨ªas y lo barato que sal¨ªa el taxi a casa. Un d¨ªa fue el mayor edificio del mundo y el m¨¢s largo de Europa, seg¨²n las comparaciones de vestuario que tanto gustaban a los nazis. Queda para ferias de la moda y otros simulacros culturales del estilo. En cuanto a Tegel, que ahora absorbe el tr¨¢fico extraordinario que corresponder¨ªa al fracasado Willy Brandt, es una joya del dise?o de la Alemania Occidental de los setenta: un hex¨¢gono que alberga las salas de embarque y de espera sin apenas superficies comerciales ni escaleras mec¨¢nicas, justo lo contrario de las pomposidades nazis o el nepotismo del arquitecto estrella. Se dir¨ªa construido para los pasajeros y es tan ¨²til como una estaci¨®n de tren.
Sch?nefeld, el m¨¢s feo, qued¨® en la zona comunista de la ciudad. De all¨ª despegaron prototipos del primer avi¨®n supers¨®nico de pasajeros, el malhadado Tupolew-144. Conservarlo habr¨ªa sido lo m¨¢s sencillo, por su distancia mediana del centro y sus posibilidades de ampliaci¨®n. El Willy Brandt se est¨¢ construyendo muy cerca y aprovecha una de sus pistas.
Se ha tragado 3.400 millones. Su estreno, previsto para octubre de 2011, no llegar¨¢ antes de marzo de 2013
Cuando empezaron las obras del nuevo aeropuerto a¨²n no se hab¨ªa resuelto su financiaci¨®n. Pero volar es cosa de audaces y el alcalde Wowereit no se dej¨® arredrar por la ruina financiera de su land. Planearon cinco a?os de obras y 2.500 millones de euros que dar¨ªan a Berl¨ªn un aeropuerto capaz de mover a 70.000 pasajeros diarios y apto para los mayores aviones de Boeing y Airbus, que necesitan pistas particularmente largas. Wowereit firm¨® en 2006 cr¨¦ditos por 2.400 millones de euros y aprob¨® un techo de gasto de 2.800 millones. El d¨ªa que se concluya, la construcci¨®n se habr¨¢ tragado por lo menos 3.400 millones. La inauguraci¨®n, planeada al principio para octubre de 2011, se retras¨® en 2010 hasta junio de 2012. Seguir¨¢ siendo peatonal al menos hasta marzo.
El mantenimiento de Tegel y Sch?nefeld va a costar al menos otros 150 millones de euros. Las compa?¨ªas a¨¦reas damnificadas se van a querellar por los perjuicios: 200 millones de euros en indemnizaciones, a los que habr¨¢ que sumar los 20 millones que seg¨²n el diario Die Welt percibir¨¢ la ferroviaria Deutsche Bahn. El semanario Der Spiegel apunta, adem¨¢s, que corregir las deficiencias de las medidas contra el ruido podr¨ªan costar unos 600 millones de euros.
Pol¨ªticamente, el desastre ha sacado a Wowereit de cualquier quiniela para la candidatura socialdem¨®crata en las elecciones federales de 2013. Se duda de que llegue a cumplir su cuarto mandato como alcalde. Berl¨ªn tiene la tasa m¨¢s alta de poblaci¨®n necesitada de subsidios sociales para sobrevivir (un sensacional 21,1% en 2011). Pero la capital del pa¨ªs que impone a Europa un curso implacable de austeridad p¨²blica y recortes sociales sigue dilapidando cientos de millones de euros p¨²blicos, ahora en un proyecto aeroportuario de dudosa necesidad. Dando ejemplo.
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