Los atenienses resisten bajo la troika
Los griegos viven su quinto verano de recesi¨®n entre la resignaci¨®n y el anhelo de salir adelante El pa¨ªs espera nuevos ajustes para recibir otro tramo del rescate
El sol quema las calles, pero no es el calor lo que corta el aliento de Atenas. En su quinto verano de crisis, la ciudad contiene la respiraci¨®n a la espera del veredicto del que ¡ªuna vez m¨¢s¡ª depende el futuro de Grecia. Los representantes de la troika, que llegaron en la ¨²ltima semana de julio para quedarse solo unos d¨ªas, a¨²n siguen en la capital. No se ir¨¢n hasta que no se determinen los nuevos ajustes a los que los acreedores supeditan la erogaci¨®n de los 31.000 millones de euros de otro tramo del rescate de 130.000 millones aprobado en febrero. Tras el acuerdo alcanzado el mi¨¦rcoles por los tres partidos de la coalici¨®n de Gobierno, el ministro de Finanzas vuelve a reunirse hoy con los enviados del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisi¨®n Europea y el Banco Central Europeo (BCE).
El traj¨ªn de los turistas no es suficiente para disipar el aire desolador del centro, donde la palabra m¨¢s recurrente es ¡°Enoikiazetai¡±, ¡°se alquila¡± en griego, que aparece a cada paso en los escaparates de tiendas y restaurantes que no sobrevivieron a la nueva Gran Depresi¨®n. Fue la palabra en las que durante meses se fijaron Dimosthenis Misentzis y su socio Nondas. Andaban por las calles en busca del espacio adecuado para dar un vuelco a sus vidas. Lo han encontrado en un rinc¨®n del c¨¦ntrico barrio de Psiri, plagado de pegatinas amarillas y blancas de ¡°se alquila¡± y ¡°se vende¡±. Un a?o despu¨¦s de quedarse en el paro, han abierto un hostal. ¡°Lo ten¨ªa en la cabeza desde siempre, pero si no me hubiera encontrado en esta situaci¨®n, nunca lo hubiera hecho¡±, cuenta Misentzis, que a los 39 a?os, y despu¨¦s de 10 como ingeniero en una empresa de telefon¨ªa, se encontr¨® sin trabajo. Su socio tambi¨¦n trabajaba en la misma empresa y tambi¨¦n fue despedido. En agosto del a?o pasado se encontraron en la plaza Syntagma, en medio de las protestas. ¡°?l me propuso el negocio. Y yo acept¨¦¡±, relata Misentzis en el sal¨®n de su hostal. Llevan dos meses abiertos y tienen todo reservado.
No muy lejos de aqu¨ª, en una de las calles cercanas a Syntagma, Niovi Laud hace cuentas en su tienda de comercio justo. La abri¨® junto a otras tres amigas hace un a?o. ¡°Es duro. Podemos pagar los gastos y queda algo de dinero para las cuatro, y ni eso. Pero hay que intentarlo. Acci¨®n, acci¨®n y no depresi¨®n¡±, comenta Laud, de 32 a?os. ¡°No me quiero ir a Alemania, ni a Austria. Igual quiz¨¢ s¨ª me ir¨ªa a Espa?a. Pero de momento hay que quedarse aqu¨ª y luchar¡±, dice en perfecto espa?ol. ¡°Entiendo a las personas que no tienen salida y quieren irse. La burocracia te puede matar. Pero de la crisis pueden salir cosas buenas. Aunque yo tambi¨¦n a veces me deprimo¡±. Esperanza y miedo se mezclan a partes iguales en sus palabras. Como a partes iguales los atenienses viven entre la resignaci¨®n y las ganas de levantar cabeza.
¡°La gente est¨¢ muy cansada. Harta de la crisis en s¨ª, de la austeridad de los ¨²ltimos tres a?os. De los efectos de los recortes¡±, comenta Nick Malkoutzis, director adjunto de la versi¨®n inglesa del diario Kathimerini. ¡°Tambi¨¦n est¨¢ harta de las especulaciones sobre Grecia, sobre su permanencia en el euro. Porque cuando has expresado tu voluntad de estar en la moneda ¨²nica, como hizo la mayor¨ªa de los griegos, y se cuestiona constantemente tu capacidad de hacerlo, es descorazonador. Uno de los efectos m¨¢s graves de la crisis es que la gente la est¨¢ interiorizando¡±. Malkoutzis cita un sondeo de hace unos meses en el que se preguntaba a ni?os en edad escolar sobre la crisis: ¡°El 70% dijo que en su casa se hab¨ªa hablado de la posibilidad de dejar el pa¨ªs. Es una carga psicol¨®gica muy fuerte¡±.
Para obtener en septiembre el nuevo tramo del paquete de rescate, el Gobierno tiene que convencer a la troika de que ser¨¢ capaz de recortar otros 11.500 millones de euros entre 2013 y 2014. Tras un tira y afloja con el l¨ªder de los socialistas, Ev¨¢nguelos Venizelos, y el de Izquierda Democr¨¢tica, Fotis Kouvelis, el primer ministro Andonis Samar¨¢s, l¨ªder del conservador Nueva Democracia, logr¨® esta semana el apoyo de sus socios de Gobierno. Seg¨²n el diario Kathimerini, se espera una subida de impuestos y un nuevo recorte de las pensiones que puede llegar incluso a las que no superan los 1.000 euros. ?Puede la sociedad griega aguantar? ¡°Nuestro Estado ha destinado siempre mucho al gasto social. Pero ahora que hace falta una red de seguridad para los pobres no la tenemos, porque se ha derrochado en los privilegios de algunas categor¨ªas, en las pensiones doradas de quien se jubil¨® con 45 a?os. ?Se puede reducir el gasto social? S¨ª. Pero para esto hay que recortar con el bistur¨ª y no con el hacha¡±, dice Manos Matsaganis, profesor de Econom¨ªa y Pol¨ªtica Social en la Universidad de Atenas.
Con los fallos del Estado social hace cuentas todos los d¨ªas Stergios Sifnios, de la ONG SOS Children. ¡°En 2009 solo ten¨ªamos un centro para familias con problemas econ¨®micos. Ahora tenemos seis. Cuando en diciembre de 2011 hicimos el informe anual, vimos que los casos hab¨ªan aumentado en un 100% con respecto a 2010. Fue un shock¡±. La labor de la ONG, que ayuda en sus centros a unas 4.000 personas, es apoyar econ¨®mica y psicol¨®gicamente a las familias. Despu¨¦s de explicar los datos, Sifnios quiere a?adir una cosa: ¡°No hay ni?os abandonados aqu¨ª, como he le¨ªdo en la prensa internacional. No nos dejan los ni?os en la puerta. Entre miles de familias, yo he conocido solo un caso¡±. En cambio, s¨ª hay mucha m¨¢s gente que se ofrece para ayudar: ¡°Sobre todo los j¨®venes, que no encuentran trabajo o se han quedado en paro y tienen m¨¢s tiempo libre. Parece un poco una locura, pero es as¨ª¡±.
Son efectos colaterales en los que conf¨ªa el hostelero Misentzis. ¡°Hemos vivido en un mundo irreal durante mucho tiempo. La crisis nos ayudar¨¢. Mucha gente tomar¨¢ la direcci¨®n correcta para que las cosas cambien¡±.
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