Paul Ryan y el cambio generacional en el Partido Republicano
El aspirante aprovech¨® la llegada de nuevos representantes de la coalici¨®n conservadora para relanzar sus propuestas presupuestarias
Les llamaban ¡°The Young Guns¡±. Un tr¨ªo de representantes Republicanos que vieron en noviembre de 2010 el ascenso de su partido a la mayor¨ªa en la C¨¢mara de Representantes. Las elecciones legislativas abrieron las puertas a nuevas figuras, consolidaron la apuesta del Tea Party y crearon la oportunidad de retar directamente las pol¨ªticas del presidente Obama desde el Congreso.
Pero los dem¨®cratas no iban a ser los ¨²nicos amenazados por los Young Guns, el tr¨ªo formado por Paul Ryan -presentado este s¨¢bado como candidato a la vicepresidencia junto a Romney-, Eric Cantor, del Estado de Virginia, y Kevin McCarthy, de California. En pocos meses, los tres miembros del Tea Party iniciaban un pulso con el l¨ªder oficial del Partido Republicano y reci¨¦n ascendido a portavoz de la C¨¢mara de Representantes, John Boehner. El veterano congresista de Ohio, desafiado por una coalici¨®n dentro de su propio partido.
Un especial de la Radio P¨²blica Nacional identific¨® entonces a Cantor como el l¨ªder de este tr¨ªo, McCarthy, menos visible, hac¨ªa de estratega. Paul Ryan era el intelectual, el pensador. Lleg¨® al Congreso durante la Administraci¨®n Bush, marcada por el aumento del gasto p¨²blico que supusieron las guerras en Irak y Afganist¨¢n, y desde sus comienzos empez¨® a redactar lo que hoy se conoce como el plan para ¡°Restaurar la Prosperidad de Am¨¦rica¡±. Con cada paso que dio Ryan para ascender hasta Presidente del Comit¨¦ Presupuestario de la C¨¢mara de Representantes -puesto que ocupaba antes de ser nominado- su ideario sufr¨ªa alguna modificaci¨®n. Quiso privatizar el sistema de la Seguridad Social y los programas de atenci¨®n sanitaria a personas de la tercera edad o carentes de recursos. En la propuesta de 2012, este apartado hab¨ªa desaparecido. Y con cada uno de esos pasos, Ryan ganaba adeptos.
El ahora candidato a la vicepresidencia aprovech¨® la llegada de una nueva generaci¨®n de pol¨ªticos que desafiaron los pilares de su propio partido. Los Republicanos ganaron 60 esca?os en la C¨¢mara de Representantes y 28 de ellos estaban respaldados por el Tea Party. Desde Marco Rubio, descendiente de exiliados cubanos y senador por el Estado de Florida, hasta Rand Paul o Jim DeMint. Michelle Bachman, congresista de Minnesota que lanzar¨ªa su propia candidatura a la vicepresidencia en 2012, cre¨® el Caucus del Tea Party en el Congreso, agrupando 61 representantes republicanos.
La irrupci¨®n del Tea Party oblig¨® al Partido a acoger a aquellas figuras que hab¨ªan ayudado a recuperar el control de la C¨¢mara. La dif¨ªcil conciliaci¨®n de idearios -mucho m¨¢s conservadores y a favor de una reducci¨®n del poder del gobierno federal- tuvo su etapa m¨¢s obvia y tensa durante las negociaciones para recortar el d¨¦ficit. El verano pasado, Estados Unidos estaba obligado a tomar medidas y Obama deb¨ªa llegar a un acuerdo con la oposici¨®n. Boehner, como l¨ªder y portavoz republicano, luchaba en dos frentes: la Casa Blanca responsabilizar¨ªa a la oposici¨®n de un fracaso, mientras que el Tea Party le obligar¨ªa a incluir elementos en la negociaci¨®n que Obama nunca aceptar¨ªa.
Boehner quer¨ªa hablar en representaci¨®n de un solo partido. Pero en las comparecencias ante los medios le flanqueaban los Young Guns, mirando sobre sus hombros, escenificando con cada ocasi¨®n que hab¨ªa llegado el relevo generacional. Concesiones de uno y otro lado permitieron firmar un acuerdo, pero muchos leyeron en aquellas escenas el irremediable cambio al que se abocaba el Partido Republicano. Hab¨ªan llegado rostros j¨®venes dispuestos a defender un ideario distinto.
Hace unos d¨ªas, la revista The New Yorker dedicaba un extenso perfil a Ryan, su carrera pol¨ªtica, c¨®mo acogi¨® a la generaci¨®n del Tea Party y convirti¨® cada uno de los esca?os ganados en 2010 en una firma para sus propuestas. ¡°As¨ª conquist¨® Ryan el Partido Republicano¡±, escrib¨ªa Ryan Lizza, pero ser¨¢n los electores norteamericanos quienes decidan si las ideas que Ryan ha defendido en el Congreso, y que ahora a?adir¨¢ al programa defendido por Romney, tambi¨¦n servir¨¢n para conquistar la presidencia.
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