Las huelgas acosan a Rousseff
Una serie de paros de empleados p¨²blicos paraliza Brasil
La presidenta Dilma Rousseff ha entrado en el infierno de las huelgas, que se han multiplicado desde que hace ya m¨¢s de dos meses comenz¨® la de los profesores de las universidades federales de Brasil. La huelga alcanza ya a 30 organismos federales y seg¨²n los sindicatos tiene a 350.000 empleados p¨²blicos federales de brazos cruzados, lo que ha afectado a carreteras, puertos y aeropuertos de todo el pa¨ªs.
Los funcionarios federales en huelga mantienen un pulso con la mandataria, que no cede a su reivindicaci¨®n de un aumento salarial de hasta un 50%. El pasado martes se manifestaron frente al Palacio Presidencial, en Brasilia, y se enfrentaron con la polic¨ªa, que los dispers¨® con gases lacrim¨®genos. Al menos el 70% de los 9.000 agentes de la Polic¨ªa Federal se ha adherido a la huelga, seg¨²n los portavoces del sindicato policial.
El viernes, Rousseff se vio hostigada en su visita a la ciudad de Rio Pardo de Minas, a la que hab¨ªa viajado a presentar un programa que ofrece servicios odontol¨®gicos gratis para los m¨¢s pobres por medio de la seguridad social.
La mandataria, que recibi¨® silbidos y fue rodeada con carteles de protesta, no se encogi¨® y advirti¨® de que la crisis internacional, que tambi¨¦n est¨¢ afectando a Brasil, no permite ahora los aumentos de sueldos exigidos por los sindicatos de los funcionarios federales.
¡°No queremos eso. Queremos que todos los brasile?os tengan trabajo, ganando su salario y recibiendo servicios p¨²blicos de calidad¡±, dijo Rousseff, y advirti¨® que ella va a favorecer el empleo de los trabajadores ¡°con mayor inestabilidad¡±, que se encuentran, subray¨®, en ¡°la empresa privada¡±. Dio as¨ª a entender que los funcionarios p¨²blicos federales gozan ya del privilegio de la estabilidad en su trabajo, algo que millones de trabajadores del sector privado no tienen.
Las huelgas empiezan a preocupar a Rousseff, porque han empezado a paralizar tanto las exportaciones como las importaciones con miles de millones de p¨¦rdida.
Seg¨²n informaciones recogidas por este diario en ambientes cercanos a la presidenta, est¨¢ disgustada y perpleja con la actitud del Central ?nica de los Trabajadores (CUT), sindicato bajo el control de su formaci¨®n pol¨ªtica, el Partido de los Trabajadores, que es principal convocante, junto con dos peque?os partidos opositores de izquierdas, de la huelga a la que se han sumado 350.000 funcionarios.
Rousseff esperaba una mayor comprensi¨®n del sindicato de su partido, que, seg¨²n la presidenta, sabe mejor que nadie que ¡°no se puede jugar con la crisis global que afecta hoy a la econom¨ªa mundial¡± y que ya est¨¢ afectando al pujante Brasil
Diversos analistas se preguntan qu¨¦ puede haber detr¨¢s de esas huelgas de los empleados mejor retribuidos y con trabajo seguro y si no existir¨¢ la presi¨®n de algunos sectores, que intentan crear problemas a Rousseff justo a los dos a?os de haber ganado las elecciones.
No se excluye que algunos de esos movimientos puedan estar incitados por pol¨ªticos que no han visto con buenos ojos la postura firme de la mandataria con los que se han ensuciado con esc¨¢ndalos de corrupci¨®n.
Sin duda, Rousseff no tiene con los sindicatos la misma fuerza de convicci¨®n que ten¨ªa su antecesor, el expresidente Lula da Silva, que se hab¨ªa forjado en la lucha sindical. Al llegar al Gobierno, Lula se llev¨® con ¨¦l a los l¨ªderes sindicales, a los que coloc¨® en los ministerios y en las grandes empresas estatales, lo que llev¨® al mismo tiempo a un aumento de los sueldos de los funcionarios p¨²blicos de algunas categor¨ªas.
Fue Lula quien impuso que cada trabajador tuviera que aportar al sindicato un d¨ªa de trabajo cada a?o. Los sindicatos pueden hoy disponer de ese capital sin rendir cuentas a nadie.
Quiz¨¢s Rousseff se refiera tambi¨¦n a esos privilegios que los sindicatos recibieron de su antecesor cuando se queja de su falta de agradecimiento y de comprensi¨®n.
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