El nuevo pa¨ªs, las viejas FARC
Colombia ha experimentado un sustancial avance econ¨®mico en los ¨²ltimos a?os, ha arrinconado la crispaci¨®n pol¨ªtica y busca un camino al desarrollo a partir de la reconciliaci¨®n
Hace apenas una d¨¦cada, los miembros de las FARC llegaban a la mesa de negociaciones con el presidente Andr¨¦s Pastrana en actitud arrogante. Lo primero que hac¨ªan era exhibir sus bien lustrados fusiles y luego se soltaban en largos mon¨®logos en los que reclamaban innumerables peticiones. Por aquella ¨¦poca, el grupo guerrillero estaba presente en los 32 departamentos del pa¨ªs e incluso ten¨ªan un m¨²sculo militar que le permit¨ªa tomar poblaciones enteras y llevarse a cuanto agente o soldado hubiera sobrevivido a sus devastadores ataques.
La ciudadan¨ªa exhausta vot¨® por la mano dura y eligi¨® a ?lvaro Uribe, quien no se tom¨® un respiro en su prop¨®sito de vencerlos militarmente. Con su Pol¨ªtica de Seguridad Democr¨¢tica, llev¨® la fuerza p¨²blica a 300 de los 1.100 municipios colombianos en donde la guerrilla dictaba la ¨²nica Ley. A medida que iban cayendo comandantes de la guerrilla, otros eran capturados y centenares m¨¢s le dec¨ªan adi¨®s a las armas y se reincorporaban a la vida civil, la gente empez¨® a recuperar la confianza.
Los colombianos volvieron a transitar por las carreteras y retornaron a los campos, opt¨® por darle confianza a otros sectores pol¨ªticos. En ese contexto, la econom¨ªa colombiana, que bordeaba la recesi¨®n, lleg¨® a crecer un 7,4%, por encima de la media latinoamericana (5,5%). Regresaron las inversiones y miles de personas que hab¨ªan salido de Colombia, entre ellos cientos de cerebros fugados.
Al ser elegido a la presidencia en 2010, Juan Manuel Santos anunci¨® que si bien el pa¨ªs iba por buen camino ahora hab¨ªa que esforzarse m¨¢s para alcanzar el desarrollo y que esto pasaba por la reconciliaci¨®n. Santos firm¨® una Ley de Tierras y una Ley de V¨ªctimas, entre la ovaci¨®n de los sectores m¨¢s progresistas y la mirada at¨®nita de las FARC. Adem¨¢s, empez¨® a fortalecer otras instituciones que han creado una geograf¨ªa en donde la convivencia es evidente: en 400 municipios de Colombia durante este a?o no ha habido un solo asesinato.
En el contexto internacional, Santos se reconcili¨® con los presidentes de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez; y de Ecuador, Rafael Correa; pa¨ªses con los que Uribe hab¨ªa llegado a un alto nivel de pugnacidad, precisamente a causa de las FARC. La crisis se desat¨® siendo Santos ministro de Defensa, a ra¨ªz del bombardeo contra el campamento de Ra¨²l Reyes en Ecuador. Los ordenadores incautados destaparon las conexiones y la protecci¨®n que las FARC ten¨ªan en ambos pa¨ªses.
En el terreno pol¨ªtico, Santos invit¨® a todos los movimientos pol¨ªticos a trabajar en conjunto en lo que se llama la unidad nacional. Igual hizo con las altas cortes y los periodistas m¨¢s cr¨ªticos. Los tiempos de crispaci¨®n quedaron atr¨¢s.
En este contexto, el pa¨ªs empez¨® a ver la luz al final del t¨²nel favorecido adem¨¢s por un buen manejo econ¨®mico. El Producto Interno Bruto (PIB) creci¨® el a?o pasado un 5,9%; la inversi¨®n extranjera directa (IED) sobrepas¨® los 13.000 millones de d¨®lares. ¡°En la regi¨®n, solo Colombia mantiene el dinamismo en el exterior¡±, dijo en su informe del a?o pasado la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina (Cepal).
Hay m¨¢s datos para el optimismo, las exportaciones colombianas superaron los 50.000 millones de d¨®lares en 2011, una cifra sin precedentes. Y en materia petrolera, el pa¨ªs se acerca a una producci¨®n de 1 mill¨®n de barriles diarios. Adem¨¢s, la confianza en el pa¨ªs hoy es enorme. "Tenemos una econom¨ªa con una inflaci¨®n baja y estable y unas condiciones monetarias y fiscales que muestran gran estabilidad y fortaleza", dice el gerente del Banco de la Rep¨²blica, Jos¨¦ Dar¨ªo Uribe. Como resultado de todo esto, Colombia recuper¨® el grado de inversi¨®n que perdi¨® a finales de los noventa.
Sin embargo, todo esto contrasta con el atraso en especial en materia de infraestructura y en unos niveles de pobreza de los que Santos dice sentir verg¨¹enza. ?l cree que si se destinara un porcentaje de los millonarios recursos que van para la guerra, en asistencia y en obras p¨²blicas, Colombia dar¨ªa un paso enorme. Eso, por ejemplo, fue lo que les dijo a los empresarios quienes le respondieron que comparten su punto de vista y le dijeron que est¨¢n de acuerdo en la b¨²squeda de la paz negociada. Incluso le dijeron que est¨¢n dispuestos a pagar un impuesto extra para apoyar el proceso y a¨²n m¨¢s en dar vocer¨ªa pol¨ªtica y acceso a cargos de elecci¨®n popular a los desmovilizados, en caso de que este resulta exitoso. Adem¨¢s de los empresarios, Santos cuenta hoy con un clima favorable a la negociaci¨®n en vastos sectores de la opini¨®n p¨²blica. El nuevo pa¨ªs quiere apostarle al futuro y dejar atr¨¢s los 50 a?os de guerra. Claro que la realidad es tozuda y dura. Falta ver que dicen ahora las FARC, las viejas FARC.
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