Ryan muestra al Partido Republicano el camino hacia la victoria
Nadie sintetiza como el candidato a la vicepresidencia de Estados Unidos el pensamiento actual del Partido Republicano
En un partido que busca su identidad, Paul Ryan es la identidad. Nadie sintetiza como el candidato a la vicepresidencia de Estados Unidos el pensamiento actual del Partido Republicano, su estado de ¨¢nimo y su futuro pol¨ªtico. A los 42 a?os y despu¨¦s de una dura pendiente hacia el primer plano, esta noche se ha dirigido a la convenci¨®n de Tampa para darle br¨ªo al conservadurismo norteamericano, fe en su victoria y una raz¨®n clara por la que luchar: echar a Barack Obama de la Casa Blanca.
¡°Acepto la llamada de mi generaci¨®n para dar a nuestros hijos la Am¨¦rica que se nos dio a nosotros¡±, dijo en su discurso de esta noche. ¡°Nosotros no esquivaremos los temas dif¨ªciles, nosotros dirigiremos. Nosotros no perderemos cuatro a?os culpando a otros, asumiremos responsabilidades. No reemplazaremos nuestros principios fundamentales, reaplicaremos nuestros principios fundamentales¡±, a?adi¨®, en demostraci¨®n de su energ¨ªa y sus convicciones.
Gane o pierda las elecciones del 6 de noviembre, Ryan vislumbra un horizonte personal optimista. Por su juventud y sus ideas, est¨¢ llamado a llevar la bandera del conservadurismo hasta la meta
¡°Cuando el gobernador Mitt Romney me pidi¨® que me sumara su ticket¡±, record¨® Ryan, tratando de transmitir a sus compa?eros de partido el optimismo del que ¨¦l suele presumir, ¡°yo le dije: est¨¢ bien, cumplamos nuestro trabajo, y eso es exactamente lo que vamos a hacer¡±.
Consciente de que era observado con m¨¢s inter¨¦s y curiosidad de los que ha despertado quien ahora es su jefe, Ryan dedic¨® una gran parte de su discurso a elogiar las cualidades de Romney, de quien dijo que le separa una generaci¨®n, pero con quien asegur¨® coincidir ideol¨®gicamente, con quien no comparte religi¨®n, pero a quien se dijo unido por una misma visi¨®n, la de que ¡°nuestros derechos proceden de la naturaleza y de Dios, no del Gobierno¡±.
Aunque desat¨® muchos aplausos y dej¨® claro que es un hombre muy apreciado en esta convenci¨®n, Ryan no pronunci¨® un discurso brillante. Se le not¨® nervioso, y solo conect¨® verdaderamente con la audiencia cuando hizo referencia emocionada a su padre, ya muerto, y a su madre, presente en la sala al lado de su esposa y de sus tres hijos.
Las partes del discurso que levantaron a los delegados de sus asientos fueron las alusiones a Obama y a su Administraci¨®n. ¡°Se han quedado sin ideas. Su momento vino y se fue. Miedo y divisi¨®n es todo lo que han dejado¡±, manifest¨®.
Acus¨® al presidente de haber hundido el pa¨ªs y no haber reaccionado m¨¢s que con discursos a los problemas con los que se ha encontrado. ¡°Palabras no han faltado durante estos cuatro a?os en la Casa Blanca. Lo que ha faltado es liderazgo¡±, sostuvo.
Habl¨® algo menos de sus propias ideas, aunque las traz¨® gen¨¦ricamente cuando afirm¨® que lo que necesitan los ciudadanos es ¡°libertad sin la supervisi¨®n de planificadores centrales¡± y lo que necesita el pa¨ªs es ¡°simplemente, dejar de gastar lo que no tiene¡±.
Ryan es la figura con m¨¢s proyecci¨®n del republicanismo actual, quien mejor representa la estrategia de dr¨¢stica reducci¨®n del tama?o del Estado que el partido ha asumido como su principal causa
El paso de Romney por esa convenci¨®n ha dejado abierto un debate sobre influencia en la campa?a. Un candidato a la vicepresidencia no gana ni pierde elecciones. Como mucho, como ocurri¨® hace cuatro a?os con Sarah Palin, puede dar moment¨¢neamente ox¨ªgeno a una campa?a deca¨ªda. La presencia de Paul Ryan en el ticket de Mitt Romney tiene tambi¨¦n m¨¢s valor pol¨ªtico que electoral. Sirve para reconciliar a Romney con la base radical del partido, y le da sustancia y coherencia a un candidato que no sobresale por ninguna de esas dos cualidades. Es dudoso que eso haga m¨¢s presidenciable al l¨ªder de la candidatura. Lo que es seguro es que ha convertido a Ryan en la figura con m¨¢s proyecci¨®n del republicanismo actual, quien mejor representa la estrategia de dr¨¢stica reducci¨®n del tama?o del Estado que el partido ha asumido como su principal causa.
Gane o pierda las elecciones del 6 de noviembre, Ryan vislumbra un horizonte personal optimista. Por su juventud y sus ideas, est¨¢ llamado a llevar la bandera del conservadurismo hasta la meta. En ¨²ltima instancia, Romney es un advenedizo que lleg¨® a la posici¨®n que ocupa como consecuencia de una serie de carambolas pol¨ªticas. Ryan es un conservador desde su primera juventud, inspirado en las lecturas de Ayn Rand, criado junto a notables conservadores, como Jack Kemp o John Sununu, y jaleado por poderosas instituciones conservadoras, como el Cato Institute, la Heritage Foundation o la revistas National Review y Weekly Standard. Su lealtad conservadora est¨¢ garantizada.
Tambi¨¦n lo est¨¢ su empuje. Poco despu¨¦s de llegar al Congreso, con solo 24 a?os, puso en marcha un ambicioso plan de reforma de la seguridad social que inclu¨ªa la eliminaci¨®n de una buena parte de la red de protecci¨®n social construida por los dem¨®cratas en los a?os sesenta. Muchos republicanos ven¨ªan hablando de eso durante d¨¦cadas, pero nadie se atrevi¨® a plasmarlo en una plataforma pol¨ªtica que inclu¨ªa un sistema privado de pensiones similar al que existe en Chile desde la dictadura militar.
Ryan vendi¨® ese plan sin ¨¦xito a George W. Bush, y trat¨® despu¨¦s de sacarlo adelante como la alternativa republicana al victorioso Barack Obama, encontr¨¢ndose tambi¨¦n con la resistencia del viejo establishment republicano en el Capitolio, capitaneado por el actual presidente de la C¨¢mara de Representantes, John Boehner, que no cre¨ªa viables propuestas tan radicales.
Tuvo que esperar hasta la irrupci¨®n del movimiento del Tea Party en 2010 para que sus ideas, no solo fueran tenidas en cuenta, sino que se convirtieran en la principal propuesta de cambio del Partido Republicano
Tuvo que esperar hasta la irrupci¨®n del movimiento del Tea Party en 2010 para que sus ideas, no solo fueran tenidas en cuenta, sino que se convirtieran en la principal propuesta de cambio del Partido Republicano.
En ese camino, Ryan ha demostrado intransigencia en la defensa de sus principios ¡ª¨¦l es el principal responsable de que la Casa Blanca no haya conseguido ni un solo acuerdo presupuestario con la oposici¨®n durante toda esta Administraci¨®n¡ª , pero tambi¨¦n suficiente pragmatismo como para no destruir su carrera pol¨ªtica en los primeros compases. De hecho, el plan Ryan actual no es el plan Ryan original. Gran parte de sus referencias ideol¨®gicas han sido eliminadas y algunos de los apartados m¨¢s pol¨¦micos, como el de la privatizaci¨®n de las pensiones y de la asistencia sanitaria a los jubilados, han sido suavizados.
Con todo, el plan Ryan es la m¨¢s audaz propuesta de reforma del estado del bienestar norteamericano que se ha conocido nunca, y Obama se lo ha tomado siempre muy en serio. Es al plan de Ryan, aunque mencione el nombre de Romney, su rival hoy en d¨ªa, al que Obama se refiere cuando acusa a la candidatura republicana de haber emprendido una guerra contra los trabajadores y la clase media.
Ryan participa, por tanto, en esta convenci¨®n como un verdadero ¨ªdolo entre los delegados. Ryan pertenece a una especie en extinci¨®n en EE UU. De origen irland¨¦s y cat¨®lico, de una familia rica vinculada al negocio de la construcci¨®n ¡ªaunque ¨¦l trabaj¨® de joven en McDonalds¡ª, apasionado defensor de las armas y enemigo del aborto, Ryan puede ser una de las ¨²ltimas opciones para un sector de la sociedad que deja de ser mayoritario. El conservadurismo norteamericano, actualmente enfrentado a las minor¨ªas raciales, a las mujeres y a la ciencia, corre el riesgo de estrellarse contra el muro de la demograf¨ªa. Ryan puede ser una de las ¨²ltimas balas que queden en su rec¨¢mara, la ¨²ltima gran esperanza del hombre blanco.
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