Francia opta por integrar a los gitanos en peque?os grupos
El ministro del Interior rechaza que los socialistas mantengan la pol¨ªtica ¡°racista y xen¨®foba¡± de Sarkozy

Dos conspicuos exl¨ªderes de la derecha europea, Nicolas Sarkozy y Silvio Berlusconi, la tomaron con los campamentos ilegales de gitanos durante sus mandatos. Durante varios a?os, Francia e Italia fueron la verg¨¹enza de Europa ordenando censos, leyes, redadas y deportaciones raciales que recordaron a la noche m¨¢s oscura del continente. Si en Italia la izquierda mir¨® ¡ªcasi siempre¡ª hacia otro lado, en Francia los socialistas criticaron vivamente a Sarkozy, al que acusaron de estigmatizar a la poblaci¨®n rom para convertirla en chivo expiatorio de la crisis. Durante la campa?a, Fran?ois Hollande prometi¨® que acabar¨ªa con la exclusi¨®n de los gitanos. Pero, cuatro meses despu¨¦s, la cosa ha cambiado poco y Francia sigue desmantelando campamentos y expulsando a roman¨ªes.
Durante el mes de agosto, bajo el ojo p¨²blico de las c¨¢maras de televisi¨®n, el Ministerio del Interior que dirige el barcelon¨¦s de nacimiento Manuel Valls ha echado abajo decenas de recintos de gitanos m¨¢s o menos precarios, dejando sin hogar ni escuela a centenares de familias y ni?os rom, seg¨²n se llama en Francia a los 15.000 o 20.000 gitanos rumanos y b¨²lgaros (ya sean de etnia rom, sinti o cal¨¦) que se calcula que residen en el pa¨ªs.
Al dar publicidad a las redadas de las excavadoras, Valls ha reforzado su condici¨®n de ministro m¨¢s popular del Gobierno socialista, algo nada extra?o pues las encuestas se?alan que el 67% de los votantes del Partido Socialista defiende los desalojos y las expulsiones de gitanos.
Gracias a un encendido y reciente discurso en La Rochelle, lleno de energ¨ªa y de nobles palabras republicanas, Valls se convirti¨® en la estrella de la universidad de verano socialista; y con los d¨ªas ha ido apareciendo como el hombre del ying y el yang, seg¨²n lo define Le Monde, al resumir su pol¨ªtica de inmigraci¨®n y seguridad con la f¨®rmula m¨¢gica ¡°firmeza y humanismo¡±, o en ocasiones tambi¨¦n ¡°mano dura y derechos humanos¡±.
Menos atentos a la ret¨®rica y el maquillaje que a los hechos, Naciones Unidas y distintos medios de comunicaci¨®n han hecho notar que la pol¨ªtica de este hijo de republicanos ha cambiado muy poco la situaci¨®n anterior, marcada por la xenofobia y el racismo m¨¢s descarnados desde que en el verano de 2010 Sarkozy convirti¨® a los roman¨ªes en un enemigo p¨²blico durante un c¨¦lebre discurso en Grenoble.
En su perfecto espa?ol, Manuel Valls se irrita profundamente cuando se le comenta que los desmantelamientos y las expulsiones parecen reproducir la misma pulsi¨®n y que ejecutar una pol¨ªtica represiva contra una etnia solo puede llamarse racismo. ¡°Lo que estamos haciendo nosotros no se puede comparar con lo del anterior Gobierno¡±, se defiende el ministro. ¡°Entiendo que haya gente que quiera que demos a todo el mundo una vivienda digna y una plaza escolar. Pero eso no es posible, tambi¨¦n porque muchos de ellos no quieren. Pero no hacer eso no es xenofobia ni racismo. ?Somos lo contrario de la xenofobia! Queremos integrar a los roma y no asociamos inmigraci¨®n y delincuencia como hac¨ªa el anterior Gobierno¡±.
Francia fue condenada por el Consejo Europeo por las expulsiones ilegales en masa y Valls afirma que ahora est¨¢ cumpliendo la legalidad de forma escrupulosa y haciendo las expulsiones caso por caso. ¡°Adem¨¢s hemos aprobado un texto entre siete ministros que trata de ayudar a que los rumanos y b¨²lgaros se incorporen al trabajo aprobando exenciones de impuestos a las empresas¡±. La circular suscit¨® la c¨®lera del Frente Nacional, que denunci¨® hace unos d¨ªas ¡°la apertura del mercado de trabajo¡± a los gitanos.
El problema, a?ade Valls, es que ¡°muchos campamentos ilegales ofrecen graves problemas de seguridad e higiene. Y un Gobierno de izquierdas no puede permanece pasivo ni permitir eso. Como alcalde de Evry ¡ªcerca de Par¨ªs¡ª levant¨¦ un campo que estaba sobre las v¨ªas del tren. Muchos viven en condiciones terribles, sin agua ni luz. Y son los alcaldes de izquierda quienes nos piden que desalojemos, porque est¨¢n en barrios populares que ya tienen muchos problemas¡±.
?Y si son de izquierdas por qu¨¦ no los realojan? ¡°Buscamos soluciones para todos, pero muchos no las aceptan porque quieren vivir en grupo, y a veces hay clanes organizados que explotan la miseria de ni?os y mujeres y les obligan a actividades ilegales. La inserci¨®n se puede hacer por familias o de forma individual, no por grandes grupos¡±.
Cuando se le pregunta si Francia est¨¢ dispuesta a pedir fondos europeos ¡ªcomo ahora hace, de forma casi ¨²nica, Espa?a¡ª para integrar mejor a los gitanos, Valls responde que ¡°por supuesto que s¨ª¡±, pero afirma que se trata de ¡°un problema europeo que requiere soluciones europeas¡±. ¡°Voy a viajar a Ruman¨ªa y a Bulgaria porque la responsabilidad de esos Gobiernos es mejorar la inserci¨®n en origen. Vamos a pedir al Consejo y a la Comisi¨®n que pongan lo antes posible este asunto en el orden del d¨ªa¡±.
El lento cambio de rumbo parece haber convencido poco a las asociaciones de derechos humanos y ONG. Algunos siguen confiando en la palabra de Hollande y parecen menos soliviantados que en la etapa anterior, pero el Foro Europeo de Roms y N¨®madas (FERV), asociado al Consejo de Europa, ha recordado al presidente de la Rep¨²blica que los desmantelamientos representan una ¡°continuidad¡± con la etapa anterior.
La vicepresidenta de la Comisi¨®n Europea y comisaria de Justicia, Viviane Reding, que hace dos a?os tuvo una bronca p¨²blica muy seria con Sarkozy sobre el asunto, permanece ¡°vigilante¡± aunque parece entender que Par¨ªs ha cambiado la l¨ªnea. Reding estar¨¢ en Par¨ªs hoy y ma?ana para entrevistarse con varios miembros del Gobierno y hablar sobre la cuesti¨®n gitana. Seg¨²n declar¨® el s¨¢bado en una entrevista a Le Monde, ¡°Francia debe modificar su estrategia de integraci¨®n de los roman¨ªes si quiere concretar su deseo de inserci¨®n¡±.
M¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica, que deber¨¢ decidir en breve si Ruman¨ªa entra a formar parte de pleno derecho del espacio Schengen (Reding se inclina a pensar que no ser¨¢ as¨ª), en la plaza de la Bastilla un grupo de gitanos reci¨¦n desalojado por la polic¨ªa se ha instalado debajo de un puente en busca de un techo. Resumiendo siglos de persecuci¨®n y miseria, uno de los patriarcas explicaba as¨ª hace unos d¨ªas a la televisi¨®n Arte por qu¨¦ prefieren quedarse en Francia a volver a su pa¨ªs.
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