Las comparecencias m¨¢s relevantes de la Convenci¨®n Dem¨®crata

Esta noche, Juli¨¢n Castro, de 37 a?os, alcalde hispano de San Antonio, Tejas, dar¨¢ el discurso de apertura formal de la Convenci¨®n Dem¨®crata. Es una gran oportunidad para el partido -por la captura del voto latino- y para ¨¦l. En 2004, un joven senador de Illinois tuvo ese honor. Se llamaba Barack Obama, y en s¨®lo cuatro a?os se asegur¨® la presidencia del pa¨ªs. Ahora, el Partido Dem¨®crata apuesta por colocar en primera l¨ªnea de la pol¨ªtica nacional a un joven hijo de una activista por los derechos de los hispanos y nieto de una inmigrante mexicana. Castro narrara esta noche su vida como un camino m¨¢s recorrido dentro del llamado sue?o americano, de barrios pobres de San Antonio a las prestigiosas universidades de Stanford y Harvard y a la alcald¨ªa en 2009.

Un discurso de tinte ideol¨®gico, y cometer¨¢ los errores de Hillary Clinton cuando era primera dama, para muchos demasiado inmiscuida en asuntos pol¨ªticos. Otro m¨¢s personal y familiar, y se convertir¨¢ en un reflejo de Ann Romney, la abnegada esposa que habl¨® s¨®lo de sus hijos y su marido en su intervenci¨®n en la Convenci¨®n Republicana. La popular primera dama debe mantener esta noche un complicado equilibrio. Los analistas esperan de ella un discurso de tintes positivos, centrados en los logros de su marido y sus propias iniciativas -la defensa de la sana alimentaci¨®n y del deporte- para justificar la necesidad de quedarse cuatro a?os m¨¢s en la Casa Blanca. Pero deber¨¢ hablar tambi¨¦n de su vida familiar, y del papel del presidente como padre y marido. Es algo que Michelle Obama hizo ya con maestr¨ªa en la campa?a de 2008.

Se la ha definido como la voz de la conciencia de la izquierda de EE UU. Abogada experta en finanzas, profesora en Harvard, llega a la Convenci¨®n de Charlotte como una estrella del Partido Dem¨®crata, pero en una situaci¨®n complicada en las elecciones a las que se presenta, en Massachusetts. Elizabeth Warren aspira a ocupar el esca?o de la familia Kennedy, el que dej¨® vacante Ted Kennedy al fallecer en verano de 2009. Entonces, en unas elecciones especiales, gan¨® aquel asiento el republicano Scott Brown, que ahora se juega la reelecci¨®n. Warren, con un discurso anclado en la izquierda, altamente cr¨ªtico con Wall Street y los excesos de las instituciones financieras, ha despertado recelos entre el electorado m¨¢s moderado. Las ¨²ltimas encuestas le ofrecen una ligera ventaja al republicano.

Mucho se ha escrito sobre los recelos entre la familia Clinton y Barack Obama despu¨¦s de las re?idas primarias dem¨®cratas de 2008. Ahora Clinton toma el estrado en la segunda noche de la Convenci¨®n, para pedir el voto para aquel que hace s¨®lo cuatro a?os era su rival dentro del Partido. Clinton dej¨® la Casa Blanca en 2000 con un super¨¢vit presupuestario, y con una econom¨ªa al alza. Obama hace menci¨®n a ese hecho en algunos de sus discursos de campa?a. Y ahora le ha pedido al expresidente que d¨¦ las explicaciones ¨¦l mismo. Se espera que Clinton ataque duramente las propuestas econ¨®micas del candidato republicano, Mitt Romney, y que enardezca a las bases dem¨®cratas con su estilo, m¨¢s exaltado que el del cerebral presidente actual. Una condici¨®n ha impuesto el expresidente Clinton: los asesores de Obama s¨®lo ver¨¢n su discurso unas pocas horas antes de que lo pronuncie. Y tendr¨¢n poco poder para cambiarlo. Alg¨²n precio deb¨ªan tener por tener sobre el estrado a alguien del que se dice que puede defender a Obama mejor que ¨¦l mismo.

En las elecciones presidenciales norteamericanas, el papel del vicepresidente es el de atacar con dureza al adversario. Se espera que Joe Biden ataque a Mitt Romney con tanta determinaci¨®n como Paul Ryan lo hizo con Barack Obama en la Convenci¨®n Republicana de Tampa, la semana pasada. Pero Biden debe contenerse. Del pasado, distante y reciente, se recuerdan sus salidas de tono, como cuando dijo a los votantes de Virginia, a mitad de agosto: ¡°El Wall Street de Romney os pondr¨¢ de nuevo a todos los grilletes¡±. Con un presidente afroamericano en la Casa Blanca, y dado el lejano pasado esclavista de EE UU, esas declaraciones causaron una profunda irritaci¨®n en el campo republicano. A diferencia de en la Convenci¨®n Republicana, Biden no tiene su propia noche para brillar como candidato. Dar¨¢ el discurso previo al del presidente, para otorgarle a este todo el protagonismo final.

Aunque Barack Obama lleva desde el inicio del verano inmerso en una intensa campa?a electoral, recorriendo el pa¨ªs con actos de recaudaci¨®n de fondos y m¨ªtines, se espera que el jueves, aqu¨ª en Charlotte, d¨¦ razones de peso al electorado para que vuelva a votar por ¨¦l, algo de lo que depende para poder despegar en las encuestas y alejarse del republicano Mitt Romney, con quien est¨¢ en situaci¨®n de empate t¨¦cnico. Cuando Obama hable quedar¨¢n exactamente dos meses para la jornada de elecciones. Su discurso inaugurar¨¢ la recta final en la que se decidir¨¢ si logra otros cuatro a?os en la Casa Blanca.