La convenci¨®n aplaude la diversidad de EEUU

Tanto espa?ol se escuch¨® durante tres d¨ªas de Convenci¨®n Dem¨®crata en Charlotte (Carolina del Norte), que los delegados de Ohio practicaban ayudados por los de Puerto Rico la pronunciaci¨®n del nombre del alcalde de San Antonio (Tejas), Juli¨¢n Castro, quien ha abierto el sue?o a que un d¨ªa exista en este pa¨ªs un presidente latino. Otros mov¨ªan su cuerpo ¡®pa'lante¡¯ al ritmo de la m¨²sica, tras aprender lo que significaba la consigna que desde el estrado lanzaba la considerada como la Oprah Winfrey latina, Cristina Saralegui. P¨¢'lante; P¨¢'lante; P¨¢'tras ni p¨¢ coger impulso¡±, les dec¨ªa en espa?ol Saralegui a los cerca de 6.000 delegados que formaban parte de la DNC (siglas en ingl¨¦s) para animarlos a votar por Barack Obama en noviembre.

Esta convenci¨®n tiene muchos res¨²menes, tantos como diversa es la sociedad estadounidense. Porque por el escenario del auditorio del Time Warner Arena no desfil¨® una Am¨¦rica plana, representada s¨®lo por un grupo social, o rob¨®tica como el candidato republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney. Durante tres d¨ªas hubo la m¨¢s variada representaci¨®n de la sociedad que se pueda encontrar del Estados Unidos actual.

Una veterana de Irak; una mujer que vio c¨®mo su lucha por conseguir salarios iguales a los de los hombres fructificaba; j¨®venes; una monja; un trabajador de General Motors; una madre con una hija que naci¨® con una enfermedad cong¨¦nita; gais y lesbianas; una inmigrante sin papeles ¨Cy sin miedo-; un peque?o empresario; y hasta un republicano, Charlie Crist, ex Gobernador de Florida reconvertido a la causa dem¨®crata.

De entre todos esos res¨²menes, se pueden extraer dos grandes titulares, que coinciden con lo que vaticinan las encuestas: que estas elecciones las decidir¨¢n las mujeres y los latinos. No en vano ha sido la convenci¨®n de la igualdad. Por primera vez, la mitad de los delegados de la Convenci¨®n son mujeres, el 50%, ni uno m¨¢s ni uno menos. La oradora principal de la primera noche fue la esposa del presidente, Michelle Obama. Y le dej¨® muy alto el list¨®n a su marido, con un potente discurso que se gan¨® a propios y extra?os. Un d¨ªa despu¨¦s hablaba Elizabeth Warren, aspirante al Senado por Massachusetts, catedr¨¢tica y asesora econ¨®mica de Obama y con una ideolog¨ªa de izquierdas que muchos quisieran que le contagiara al presidente.

Ya lo dijo Obama. Son los ciudadanos los que han hecho ¨Cy har¨¢n si as¨ª lo deciden en noviembre- posible el cambio a una sociedad mejor. En la Convenci¨®n de la diversidad y la integraci¨®n, el presidente no quiso dejar a nadie fuera. ¡°Bienvenidos a casa¡±, proclam¨® Obama. Todos. Bienvenidos a Am¨¦rica. Bienvenido el inmigrante que jura lealtad a la bandera y que ya no ser¨¢ deportado del ¨²nico pa¨ªs que reconoce como suyo. Bienvenidos los soldados que ya no ser¨¢n expulsados del Ej¨¦rcito por quienes son o por a qui¨¦n aman. Bienvenidos a la Am¨¦rica de Barack Husein Obama.