Las elecciones de Estados Unidos ralentizan la pol¨ªtica internacional

Hace un a?o, con motivo de la Asamblea General de Naciones Unidas de 2011, Barack Obama sostuvo trece entrevistas bilaterales con otros tantos jefes de Estado o de Gobierno en Nueva York. Este a?o, no est¨¢ prevista ninguna. La ¨²ltima figura internacional con la que se ha encontrado Obama es de tan escasa controversia como la Nobel birmana Aun Suu Kyi. Dos pesos pesados que quisieron verse con ¨¦l, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el presidente de Egipto, Mohamed Morsi, recibieron una cort¨¦s negativa de la Casa Blanca.

Eso no se debe a que el presidente norteamericano haya perdido, de repente, inter¨¦s en el mundo. El motivo es que la proximidad de las elecciones de noviembre tiene paralizada la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos. Y, con esa interrupci¨®n, tambi¨¦n la Asamblea General de este a?o, que comienza hoy, cae en una cierta ralentizaci¨®n, a la espera de conocer el nombre del pr¨®ximo l¨ªder de la mayor potencia.

Pese a que la pr¨¢ctica de la diplomacia ha cambiado mucho en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas y ning¨²n poder, ni siquiera el de EE UU, es tan sobresaliente como para decidir el rumbo del mundo, cualquier intervenci¨®n de la comunidad internacional en las principales crisis de este momento exige previamente una definici¨®n clara de parte de la Administraci¨®n norteamericana, algo que actualmente no existe.

El caso m¨¢s evidente es el de Ir¨¢n, que este a?o, de nuevo, ser¨¢ asunto estelar de esta reuni¨®n, con Ahmadinejad ya en la ciudad de Nueva York. El Gobierno de Israel considera que el programa nuclear de ese pa¨ªs ha entrado ya en la zona roja en la que la construcci¨®n de una bomba at¨®mica es inminente. Es partidario, como consecuencia, de una acci¨®n militar inmediata contra Ir¨¢n. Obama no comparte ese punto de vista y ha pedido a Netanyahu m¨¢s tiempo para el di¨¢logo.

Si Obama es reelegido, es posible que el problema palestino-israel¨ª vuelva a estar en los primeros puestos de la lista de prioridades de la Administraci¨®n

El primer ministro israel¨ª ha seguido presionando al presidente norteamericano durante la campa?a electoral. Hasta el punto de que Israel y Netenyahu son frecuentemente utilizados por la propaganda de la oposici¨®n republicana como prueba de la debilidad de la pol¨ªtica exterior del presidente. En alg¨²n momento, se lleg¨® a temer, incluso, que Netanyahu aprovechara la escasa maniobrabilidad de Obama durante este periodo para lanzar un ataque unilateral. Pero hoy no parece que eso vaya a ocurrir y, m¨¢s bien, el primer ministro israel¨ª viene ahora a Nueva York con la esperanza de obtener un compromiso de actuaci¨®n despu¨¦s de noviembre.

Ir¨¢n es una crisis de gigantescas proporciones, pero todav¨ªa potencial. Al lado, crece a diario un conflicto que ha degenerado en una carnicer¨ªa que horroriza al mundo. La Administraci¨®n norteamericana y los Gobiernos europeos han resaltado varias veces las diferencias entre los casos de Siria y Libia, donde la OTAN ayud¨® a los rebeldes, y han advertido de las dificultades de una intervenci¨®n contra el r¨¦gimen de Bachir el Asad. Pero, si la matanza contin¨²a y se acumulan pruebas de crueldad contra los civiles, no le va a ser f¨¢cil a Obama continuar al margen.

Oriente Pr¨®ximo, con los rebrotes fundamentalistas de las ¨²ltimas semanas, por un lado, y la consolidaci¨®n de los procesos democr¨¢ticos en varias naciones, por otro, sigue siendo el principal centro de preocupaci¨®n por la seguridad internacional. El presidente Morsi dec¨ªa este fin de semana en The New York Times que la posici¨®n que adopte EE UU puede decantar las tensiones actuales en un sentido o en otro. Morsi ped¨ªa a Obama dos cosas: respeto con las caracter¨ªsticas y los tiempos de la transici¨®n en los pa¨ªses ¨¢rabes y una soluci¨®n del conflicto palestino-israel¨ª.

Hace un a?o, Obama advirti¨® en este mismo foro que el camino emprendido entonces por los dirigentes palestinos, el de reclamar el reconocimiento internacional de un estado palestino, no era el m¨¢s adecuado para encontrar una soluci¨®n. Efectivamente, un a?o despu¨¦s no ha habido ning¨²n progreso en ese conflicto.

No es probable que lo haya tampoco este a?o, sobre todo porque Netanyahu parece haber entendido que no tiene nada que ganar en una negociaci¨®n con los palestinos. Si Romney es el pr¨®ximo presidente, ya ha advertido que no tiene intenci¨®n de presionar al primer ministro israel¨ª para que lo haga. Pero si Obama es reelegido, es posible que el problema palestino-israel¨ª vuelva a estar en los primeros puestos de la lista de prioridades de la Administraci¨®n.

De alguna manera, para eso es esta Asamblea General, para conocer las prioridades de cada cual. En su discurso de este martes, Obama se?alar¨¢ algunas de ellas, con Ir¨¢n, seguramente, a la cabeza. Pero, sobre todo, intentar¨¢ que el mundo que le observa imagine c¨®mo podr¨ªan cambiar las cosas si el a?o que viene, en lugar de ¨¦l, estuviera aqu¨ª Mitt Romney.