Todas las cintas de Kennedy
Grabaciones secretas en el despacho Oval de la Casa Blanca sacan a la luz las horas de tensi¨®n vividas durante la crisis de los misiles con Cuba en 1962
En julio de 1962, John F. Kennedy orden¨® instalar un sofisticado sistema de grabaci¨®n en el despacho Oval y en la llamada Cabinet Room de la Casa Blanca con la idea final de guardar lo grabado para los archivos hist¨®ricos de su presidencia y darle un uso privado al escribir alg¨²n d¨ªa sus memorias. Pero la historia dio un giro dram¨¢tico a los planes del joven presidente ¨Cel primero del siglo XX en nacer en ese siglo- que, con casi total seguridad, muri¨® asesinado sin llegar a escuchar lo que hasta entonces hab¨ªa ido grabando, ya fueran encuentros con colaboradores y mandatarios o sus reflexiones en voz alta a la hora de efectuar dictados.
M¨¢s de 260 horas de grabaciones -248 procedentes de encuentros y 17 de conversaciones telef¨®nicas o dictados-, salen a la luz ma?ana en forma de CD junto al libro titulado Escuchando: Las Grabaciones Secretas de la Casa Blanca de John F. Kennedy, que tiene pr¨®logo de Caroline Kennedy, hija del malogrado presidente, y anotaciones del historiador Ted Widmer. Al morir el presidente, sus m¨¢s cercanos colaboradores se llevaron las cintas para entreg¨¢rselas a la familia, en cuyas manos estuvieron hasta 1976 para luego ser donadas a los Archivos Nacionales y a comienzos de la d¨¦cada de los ochenta adquiridas por la Biblioteca Kennedy, que las restaur¨®, transcribi¨® y desclasific¨®.
El material se ofrece ahora por primera vez recopilado y en libro, aunque los medios de comunicaci¨®n ya se han hecho eco de algunos de sus fragmentos. A pesar de que las grabaciones no revelan nada escandaloso constituyen material ¨ªntimo de primera mano sobre poderosos momentos de la historia del siglo XX. ¡°Son las memorias que el presidente Kennedy nunca pudo escribir¡±, asegura Thomas Putnam, director de la Biblioteca Kennedy.
Los micr¨®fonos recogen momentos tan cruciales de la Guerra Fr¨ªa como la crisis de los misiles con Cuba, por cuyo desarrollo el presidente dem¨®crata confes¨® a su hermano Robert F. Kennedy su temor a sufrir un impeachment a manos de los republicanos si no sal¨ªa airoso de la complicada situaci¨®n que podr¨ªa haber desembocado en la III Guerra Mundial.
Son las memorias que el presidente Kennedy nunca pudo escribir¡±
Durante aquella crisis, Kennedy telefone¨® para consultas hasta a tres presidentes anteriores: Eisenhower, Truman y Hoover. Los l¨ªderes militares presionaban a Kennedy para que actuara contra el r¨¦gimen de Castro. El presidente explica al general Curtis LeMay, al frente de la Fuerza A¨¦rea, que no van a hacer nada. ¡°Si atacamos los misiles cubanos o Cuba¡ sin duda seremos vistos como los americanos de gatillo f¨¢cil que perdieron Berl¨ªn. No tendremos ning¨²n apoyo entre nuestros aliados¡±, dice Kennedy. ¡°Lo que nos deja solo otra alternativa, que es disparar armas nucleares ¨Clo que es una alternativa de cuidado- y comenzar un intercambio nuclear¡±, explica el presidente.
Poco despu¨¦s, Kennedy abandonaba la sala junto al secretario de Defensa, Robert McNamara, pero los micr¨®fonos siguieron escuchando y las cintas grabando. Varios miembros del Estado mayor conjunto dejan sentir su preocupaci¨®n por la terrible decisi¨®n que enfrenta el presidente. ¡°Realmente sent¨ªan que no era solo una cuesti¨®n de vida o muerte para los que estaban all¨ª presentes¡±, relata Caroline Kennedy. ¡°Pod¨ªa ser vida o muerte para todo el pa¨ªs¡±.
No todos los momentos fueron de ese calado. Kennedy se quej¨® airadamente ante un amigo de su hermano Bobby, David Hackett ¨Cquien hab¨ªa jugado en el equipo ol¨ªmpico de EEUU a?os antes-, por la brutal derrota del equipo de hockey masculino frente a Suecia por un vergonzoso 17 a 2. ¡°Por el amor de Dios, ?qu¨¦ hemos mandado all¨ª? ?Ni?as?¡± ¡°No deber¨ªamos de mandar un equipo a menos de que sea bueno. ?Puedes averiguar qu¨¦ ha pasado y hac¨¦rmelo saber?¡±, se escucha al presidente.
El presidente no estaba interesado tanto en la carrera espacial por motivos cient¨ªficos y conquista de otros mundos como por su competitividad con la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Llegar a la Luna nunca fue un fin en s¨ª mismo sino un medio para medirse con los sovi¨¦ticos. ¡°No estoy interesado en el espacio¡±, espet¨® contundente Kennedy al director de la NASA.
?Conoces a ese tal Romney? ?George Romney"
Tan de actualidad estos d¨ªas, el nombre de Romney ya sonaba por entonces En una conversaci¨®n con el famoso general Douglas MacArthur ¨Cque ya hab¨ªa cumplido los 80 a?os-, este le dice a Kennedy que ¡°los republicanos tienen la misma oportunidad de hacerse [en las elecciones de 1964, que ya no vio con vida Kennedy] con la C¨¢mara [House, Casa] como yo de volar sobre ella¡±. ¡°?Conoces a ese tal Romney? ?George Romney [padre del actual candidato republicano a la Casa Blanca y entonces Gobernador de Michigan]?¡±, cuestiona Kennedy. MacArthur explica al presidente que ha preguntado a 100 personas sobre si conoc¨ªan a Romney y s¨®lo dos le han respondido afirmativamente. ¡°Es un hombre muy presentable¡±. ¡°Pero no tiene ninguna oportunidad¡±, sentencia el general. En las cintas se escucha una sonora carcajada por parte del presidente que se muestra de acuerdo con la evaluaci¨®n hecha por el militar.
Como an¨¦cdota ¨Csin gracia ninguna para el afectado- sirva la reacci¨®n que el presidente tuvo cuando conoci¨® que los militares hab¨ªan decidido por su cuenta y riesgo construir un paritorio especial en una base en Cape Cod (Massachusetts), donde el clan Kennedy ten¨ªa casa y pasaba temporadas. Con Jacqueline embarazada pensaron que ser¨ªa una buena sorpresa estar preparados en caso de que llegara ese momento en Cape Cod. Cuando el presidente tuvo conocimiento de que hab¨ªan gastado 5.000 d¨®lares en la construcci¨®n redujo el presupuesto de la base en cien millones de d¨®lares. ¡°No me importa lo que le debamos a la tienda, que se devuelvan todos los muebles. Y a ese tonto que posa en una cama, me lo mandan a Alaska¡±, orden¨® el comandante en jefe respecto a un militar que posaba orgulloso junto a su iniciativa hospitalaria para agradar al presidente.
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