El ¡®padre de la bomba¡¯ paquistan¨ª busca votos
Abdul Qadir Jan intenta recobrar relevancia con la formaci¨®n de un partido pol¨ªtico


?Dar¨ªa su voto a un traficante de secretos nucleares? Puesto as¨ª¡ Pero, claro,?Abdul Qadir Jan es venerado en su pa¨ªs, Pakist¨¢n, como el padre de la bomba y uno de los hombres que m¨¢s ha hecho por el orgullo nacional herido en tres guerras contra India. Convencido de su popularidad, el controvertido cient¨ªfico acaba de fundar un partido pol¨ªtico de cara a las elecciones legislativas del pr¨®ximo a?o. Tehreek-e Tahafuz-e Pakistan (TTP, Movimiento de Salvaci¨®n de Pakist¨¢n) pretende poner fin a la corrupci¨®n y reavivar la econom¨ªa. Ante el escepticismo de los analistas, Jan asegura querer marcar una diferencia, aunque no ser¨¢ candidato.
¡°Nunca. Nunca¡±, repite al otro lado del tel¨¦fono en Islamabad, donde vive en una casa de dos plantas rodeada de jard¨ªn, al pie de los montes Margalla. ¡°Mi objetivo es aconsejar a los votantes, y muy en especial a los j¨®venes, para que seleccionen a buenos candidatos, libres de corrupci¨®n, en las pr¨®ximas elecciones. Los partidos tradicionales est¨¢n corruptos. Necesitamos tecn¨®cratas. Nosotros les ayudaremos. Si se trata de buena gente, contar¨¢n con nuestro apoyo¡±, explica.
De hecho, la presentaci¨®n a la prensa del TTP a principios de mes estuvo a cargo de su secretario general, Chaudhry Khurshid Zaman, exdiputado de uno de esos partidos tradicionales, la Liga Musulmana de Nawaz Sharif. Pero el inspirador y principal valor del nuevo partido es Jan, un hombre con un ego tan grande como la empresa que le lanz¨® a la fama. El cient¨ªfico, que en su cuenta de Twitter (@DrAQ_Khan) se define como ¡°creador de la bomba isl¨¢mica¡± (sic), alcanz¨® esos laureles despu¨¦s de una no muy ejemplar trayectoria de esp¨ªa industrial, tal como cuenta Gordon Corera en el libro Shopping for Bombs, sobre la red de venta de secretos nucleares que mont¨®.
Jan (Bhopal, 1936) se doctor¨® en ingenier¨ªa metal¨²rgica en Holanda en 1971 y poco despu¨¦s empez¨® a trabajar en URENCO, entonces un consorcio europeo para la producci¨®n de combustible nuclear, de donde copiar¨ªa los planos y especificaciones t¨¦cnicas que permitieron lanzar el programa at¨®mico de Pakist¨¢n. Fue ¨¦l mismo el que se ofreci¨® al Gobierno de Zulfikar Ali Bhutto, en un arrebato patri¨®tico, tras el impacto que le caus¨® la primera prueba nuclear india en 1974. Pero el ¨¦xito del Proyecto 706 eclips¨® esos y otros detalles como la rivalidad que mantuvo con los responsables de la Comisi¨®n de la Energ¨ªa At¨®mica de Pakist¨¢n.
Incluso antes del primer ensayo en 1998, el Dr. Jan, como pasar¨ªa a ser conocido, ya se hab¨ªa rodeado de un aura de h¨¦roe y convertido en el ni?o mimado de los sucesivos Gobiernos paquistan¨ªes. Hasta que poco despu¨¦s de los atentados del 11-S, EE UU, harto de que el Gobierno paquistan¨ª no tomara medidas para frenar al cient¨ªfico, empez¨® a filtrar su responsabilidad en la proliferaci¨®n nuclear a Corea del Norte, Ir¨¢n y Libia. En palabras del entonces director de la CIA George Tenet, el padre de la bomba paquistan¨ª era ¡°al menos tan peligroso como Osama Bin Laden¡±,
En 2004, Jan confes¨® su participaci¨®n en esa red clandestina, pero se retractar¨ªa cinco a?os despu¨¦s cuando qued¨® en libertad tras concluir la pena de arresto domiciliario que recibi¨® como castigo (cuya levedad alent¨® las sospechas de complicidad oficial). Pero el da?o a su imagen ya estaba hecho. Desde entonces, se ha dedicado a publicar art¨ªculos en la prensa local denunciando la corrupci¨®n de las ¨¦lites pol¨ªticas. Hasta que, presumiblemente inspirado por el ¨¦xito pol¨ªtico de su hom¨®logo indio APJ Abdul Kalam (presidente entre 2002 y 2007), ha lanzado su partido pol¨ªtico. Ahora dice que sigui¨® instrucciones de la fallecida Benazir Bhutto cuando ayud¨® ¡°a dos pa¨ªses¡± a desarrollar sus programas nucleares.
¡°No creo que tenga ning¨²n efecto [sobre las pr¨®ximas elecciones]. Tal vez consiga algunos votos, pero no un efecto substancial¡±, interpreta Ayesha Siddiqa, en conversaci¨®n con EL PA?S. Para esta analista paquistan¨ª ¡°la corrupci¨®n por s¨ª misma no es el tema m¨¢s importante; lo que a la gente le preocupa es la falta de electricidad, el elevado coste de la vida¡ eso est¨¢ haciendo muy impopular al Gobierno del PPP¡±. En su opini¨®n, Jan ¡°est¨¢ tratando de mantenerse relevante, pero no va a cambiar las reglas del juego¡±.
Similar punto de vista expresa Zahid Hussein, autor de Frontline Pakistan: The Struggle with Militant Islam. ¡°Tiene m¨¢s que ver con un intento de mantenerse en el candelero. Es un partido unipersonal. Sin programa¡±, asegura. ¡°No es un asunto serio. Creo que s¨®lo busca un cargo. No se da cuenta de que no es la persona adecuada para movilizar a la gente. Es una figura controvertida, desde que salieron a la luz las historias sobre su corrupci¨®n y la venta de secretos nucleares¡±, explica.
De momento, y a pesar de la ¡°gran acogida social¡± que Zaman reclam¨® durante la presentaci¨®n del TTP, apenas ha logrado 450 seguidores en la p¨¢gina desde la que se promueve en Facebook. Para impulsar su plataforma, Jan inici¨® en Kahuta, la sede de las instalaciones nucleares, una ¡°Campa?a de 100 d¨ªas¡± durante los cuales va a viajar por todo el pa¨ªs y reunirse tanto con potenciales candidatos como con posibles votantes.
¡°Espero que logremos que suficientes representantes para convertirnos en un grupo de presi¨®n, que pueda servir de contrapeso [frente al partido gobernante]. Es un peque?o paso, pero creo que puede ayudar¡±, concluye el cient¨ªfico haciendo caso omiso de las cr¨ªticas.
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