Ayrault defiende en el Parlamento el tratado heredado de Sarkozy

Aunque era una promesa de campa?a, Fran?ois Hollande no pudo renegociar el tratado europeo que sanciona la austeridad y que fue pactado por su antecesor, Nicolas Sarkozy, con Angela Merkel. El presidente socialista logr¨®, eso s¨ª, completar el pacto Merkozy en la cumbre de junio con medidas para impulsar el crecimiento y la solidaridad, medidas que por cierto Alemania parece haber olvidado. En esas circunstancias, el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, abri¨® el martes el peliagudo debate de ratificaci¨®n del tratado en la Asamblea Nacional con un discurso institucional y poco entusiasta, que insisti¨® en el desastre que supondr¨ªa para la zona euro que Francia no ratifique el texto m¨¢s que en la urgencia de reforzar la idea y el sue?o europe¨ªstas.

¡°Francia es m¨¢s grande en Europa. Y debemos mantener a Francia en una zona euro solidaria, porque la consecuencia de un voto negativo supondr¨ªa, y ustedes lo saben bien, una crisis pol¨ªtica y el hundimiento de la uni¨®n monetaria¡±, subray¨® Ayrault, a?adiendo que el tratado sirve para cerrar una puerta y abrir otra m¨¢s esperanzadora. ¡°Este paquete europeo no resuelve todas las ambiciones para el futuro, pero es una etapa necesaria para seguir adelante¡±.

En menos de media hora, el primer ministro explic¨® que ¡°comprende las dudas¡± de quienes desconf¨ªan del Tratado sobre la Estabilidad, la Coordinaci¨®n y la Gobernanza, y record¨® as¨ª, sin citarlos, que algunos socialistas y sus socios ecologistas han decidido votar en contra o abstenerse. ¡°Tengo algunos amigos entre esos esc¨¦pticos. Pero la soberan¨ªa presupuestaria seguir¨¢ perteneciendo al Parlamento porque el tratado no dice nada del m¨¦todo a emplear para equilibrar las cuentas p¨²blicas¡±.

El Gobierno cuenta con ratificar el texto a finales de mes en la Asamblea con los votos del grupo socialista, ya que requerir los apoyos del centro derecha supondr¨ªa un serio problema de credibilidad para Hollande. Parece probable que lo consiga, porque un recuento inicial cifra en 15 los parlamentarios socialistas -de los 297 totales- que se opondr¨¢n al texto, es decir poco m¨¢s del 5%.

Bajo t¨ªmidos aplausos, Ayrault record¨® que Hollande hab¨ªa aportado al pacto fiscal ¡°120.000 millones de nuevas inversiones, la tasa a las transacciones financieras y la supervisi¨®n bancaria europea¡±, y defendi¨® que la regla de oro ¡ªque solo permitir¨¢ a los Estados incurrir en un d¨¦ficit estructural del 0,5%¡ª garantizar¨¢ ¡°la responsabilidad en una etapa decisiva¡±.

Los ecologistas, que hace unos d¨ªas vieron a su l¨ªder europeo, Daniel Cohn-Bendit, amenazar con dejar la coalici¨®n si se consuma el ¡®no¡¯ a un tratado que ya ha sido ratificado por 13 pa¨ªses, la mitad m¨¢s uno de los 25 firmantes, intentaron desdramatizar su posici¨®n, que no ser¨¢ un¨¢nime. ¡°El tratado no es el alfa y omega de la pol¨ªtica europea¡±, dijo sin gran acritud la portavoz, Barbara Pompili.

Los comunistas, que exigen un refer¨¦ndum, recordaron que el texto es ¡°el tratado firmado por Merkel y Sarkozy¡± y a?adieron que las perspectivas europeas que promete no son las que cita Ayrault sino ¡°dividendos y s¨²per beneficios, paro y precariedad¡±.

El orador del centro derecha, Pierre Lellouche, ironiz¨® sobre la ¡°coherencia¡± de la mayor¨ªa, y confirm¨® que los suyos votar¨¢n masivamente por el s¨ª, aunque se calcula que habr¨¢ una docena de disidentes que ya han afirmado que el tratado es ¡°una m¨¢quina infernal de recesi¨®n¡±.