Amor a la patria
Amar un pa¨ªs es un acto de imaginaci¨®n. As¨ª empieza un libro de memoria familiar del pol¨ªtico y acad¨¦mico Michael Ignatieff sobre las cuatro generaciones de su rama materna canadiense publicado en 2009. Zapatero zanj¨® en una frase luego corregida lo que a Ignatieff le llev¨® un libro entero: el concepto de naci¨®n es discutible, dijo el presidente espa?ol, mientras que el intelectual canadiense escribi¨® True Patriot Love (Aut¨¦ntico amor de patriota)para explicar y argumentar su comprensi¨®n a la vez de los nacionalismos canadiense y quebequ¨¦s desde su posici¨®n de candidato liberal y cosmopolita a jefe del gobierno.
Advierto que todo lo que dice y piensa Ignatieff es de doble uso. Vale en las dos direcciones. Es lo que a m¨ª me interesa. No me gustan los que tienen todas sus razones preparadas y dispuestas para disparar sobre el otro sin pararase ni un minuto a escuchar y meditar sobre las razones del otro. Creo que si supi¨¦ramos discutir as¨ª, sin proyectiles, con razonamientos, todo ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil.
Antes de entrar en las citas seleccionados, debo a?adir que este libro, lleno de emoci¨®n familiar y patri¨®tica, fue tambi¨¦n un instrumento de la campa?a electoral, en la que Ignatieff fracas¨® de forma estrepitosa. Le deb¨ªa servir para acreditarse como candidato a primer ministro y a lo que se ve no fue suficiente. Ojal¨¢ en nuestras campa?as cont¨¢ramos con libros como este. En todo caso, el texto vale por s¨ª mismo, con independencia del uso que hizo su autor. Y ah¨ª va una breve antolog¨ªa de mis subrayados:
¡°Un pa¨ªs empieza a morir cuando la gente piensa que la vida est¨¢ en otra parte y empieza a irse. Empieza a morir cuando el orden se desintegra, cuando la gente deja de creer en sus conciudadanos o en su gobierno. En un pa¨ªs que est¨¢ de verdad vivo, las leyes se respetan no exactamente por el miedo al castigo sino tambi¨¦n por nuestra adhesi¨®n a los valores y las tradiciones que las leyes protegen. Si esta adhesi¨®n se desvanece, si la obediencia se reduce al miedo, alumbra el caos o la tiran¨ªa¡±.
¡°Ser ciudadano es pertenecer pero tambi¨¦n argumentar. La gente quiere argumentar incluso sobre el amor al propio pa¨ªs. Algunos ciudadanos, con frecuencia los m¨¢s clarividentes, no aman a su pa¨ªs y ni siquiera creen que se le deba amar. No creen en las propias emociones. Contar¨¢n que es falso o construido, incluso una forma de enga?o colectivo¡±.
¡°Ser un patriota en la era moderna es estar en discusi¨®n perpetua con los cosmopolitas. El mejor argumento desde el bando del cosmopolitismo es que ninguna fidelidad ¨Cla identidad nacional, sin duda¡ªdebe reclamarse a todo el mundo. Un patriota verdadero debe aprender de estos argumentos¡±.
¡°Amar a alguien es sentirse responsable, cuidarle y evitar que sufra da?os. Amar un pa¨ªs es sentir lo mismo, sentirse responsable por los asuntos p¨²blicos, airado cuando las cosas van mal y bien si van bien y, sobre todo, sentir que uno tiene un peque?o papel en la conformaci¨®n del curso de las cosas¡±.
¡°Como todas las formas de amor, el amor a un pa¨ªs debe ser libre, o no es m¨¢s que una impostura¡±.
¡°Imaginar Canad¨¢ como ciudadano requiere meterse en la mente de alguien que no cree lo que tu crees o comparte lo que a ti te importa¡±.
¡°Tienes que imaginar el pa¨ªs como un quebecois puede imaginarlo, un quebecois que nunca sinti¨® cari?o hacia la bandera al Parlamento, a las memorias de sacrificio que a ti te conmueven, a veces hasta las l¨¢grimas. Es un conciudadano que ha votado s¨ª en los refer¨¦ndums de 1980 y 1995 para romper el pa¨ªs o, tal como se dijo entonces, para negociar una nueva relaci¨®n entre un Quebec soberano y el resto de Canad¨¢. Estos refer¨¦ndums fueron la crisis definidora de nuestra historia reciente. Estuvimos a un paso de la disoluci¨®n. Todav¨ªa estamos absorbiendo las lecciones de esta experiencia pr¨®xima a la muerte¡±.
¡°Ser ciudadano de Canad¨¢ es imaginar los sentimientos de quienes no creen lo que creemos. Tenemos que entrar en estos sentimientos para mantener el pa¨ªs unido¡±.
¡°Sin el esfuerzo constante de imaginar un mundo desde la panor¨¢mica de las razas, lenguas y religiones distintas no podr¨ªamos identificarnos con ning¨²n destino com¨²n como pa¨ªs¡±.
¡°Si se me pregunta de qu¨¦ estoy orgulloso como canadiense, dir¨¦ que estamos intentando entendernos unos a otros a trav¨¦s de las diferencias que han dividido a otros pa¨ªses. Nuestro permanente ejercicio de empat¨ªa es el ejemplo que podemos ofrecer. Es el significado moral de este pa¨ªs. Los pa¨ªses deben tener un significado moral¡±.
¡°Los canadienses saben mejor que nadie c¨®mo vivir juntos a trav¨¦s del golfo de las grandes diferencias; sabemos c¨®mo encontrar compromisos entre nosotros y mantener lo que es esencial; sabemos c¨®mo vivir con diferencias que no se pueden superar. Tenemos alguna experiencia en respetar los derechos de los individuos y tambi¨¦n en proteger las colectividades de lenguaje y de cultura que dan significado a los individuos. Sabemos algo, tambi¨¦n, sobre el orgullo nacional, que es ir¨®nico, modesto, autocr¨ªtico, pero tambi¨¦n robusto. Conocemos la diferencia entre un aut¨¦ntico patriota y uno de falso, entre el amor que siempre respeta la verdad de quienes somos, aunque sea penoso, y el amor que devora la verdad y la sustituye con mentiras. Sobre todo sabemos, a diferencia de otras naciones, que la pregunta sobre qui¨¦nes somos nunca se resuelve y que sacamos lo mejor de nosotros mismos cada vez que nos decidimos imaginarnos a nosotros mismos de nuevo¡±.
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.