La oscura historia de los 60 millones de euros por favorecer el tabaco sin humo
Un caso de corrupci¨®n enturbia la adopci¨®n de la directiva europea antitabaco
En la jerga de la Uni¨®n Europea apenas nada es llamado por su nombre y una cifra multimillonaria para comprar los favores de un comisario puede ser calificada desde una tribuna oficial de ¡°conspicua¡±, ¡°grande¡±, ¡°sustanciosa¡±¡ cualquier cosa menos hacerla comprensible: sesenta-millones-de-euros. Tal fue la cantidad presuntamente reclamada por un oscuro intermediario malt¨¦s, convertido en lobista de por libre, a la tabaquera sueca Swedish Match a cambio de torcer el proceso legislativo de la Uni¨®n para levantar el viejo veto sobre la exportaci¨®n a la UE de snus, una especialidad n¨®rdica de tabaco sin humo, a rebufo de una directiva en marcha orientada a hacer el negocio m¨¢s dif¨ªcil a quienes viven de la nicotina. La directiva estaba inspirada por el comisario malt¨¦s John Dalli, fervoroso antitabaquista y responsable de Salud y Consumo en la UE.
Patrick Hildingson, portavoz de Swedish Match, ha hecho p¨²blica la cifra, pagadera en dos c¨®modos plazos: diez millones de entrada, por empezar a moverse, y 50 cuando las gestiones hubiesen dado el fruto deseado. El que reclam¨® el dinero es un curioso personaje malt¨¦s, Silvio Zammit, teniente de alcalde (ya dimisonario) de la localidad de Sliema, due?o de un conocido restaurante y hombre de negocios en sentido amplio, entre otros el de llevar a la isla circos de esos de serpientes gigantescas, leones y elefantes. Zammit, adem¨¢s y crucialmente, era un hombre de confianza de Dalli, por cuyos intereses electorales vel¨® en las parlamentarias de 2008 y en nombre del cual, seg¨²n los suecos, se les acerc¨® con el plan de cambiar la legislaci¨®n antitabaco a cambio de un peque?o esfuerzo econ¨®mico.
Desde Estocolmo lleg¨® a la isla un emisario de la empresa sueca para tratar del asunto. ¡°[Zammit] nos dijo claramente que hablaba en nombre de Dalli. Se comportaba y ten¨ªa informaciones que nos hicieron sospechar¡±, explica Hildingson. ¡°Dijo que levantar la prohibici¨®n del snus era suicido pol¨ªtico y que har¨ªa falta dinero, porque con eso la carrera del comisario estar¨ªa acabada¡±.
Los suecos, vestidos siempre de virtuosos, comentan tambi¨¦n que cuadro tan mediterr¨¢neo (personaje, entorno, circunstancias) les espant¨® ¡ª¡°nosotros no estamos acostumbrados a hacer as¨ª las cosas¡±, apuntan¡ª y se fueron en mayo con el cuento a la Comisi¨®n. El Ejecutivo comunitario, con memoria hist¨®rica de lo que supuso otro caso de corrupci¨®n en 1999 (la ca¨ªda de la Comisi¨®n), requiri¨® de inmediato los servicios de la Oficina de Lucha contra el Fraude (OLAF). Tres meses de investigaciones, interrogatorios (en un par de ocasiones al comisario) y consultas dieron para un informe ¡ªelevado el pasado lunes al presidente de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, ya en poder de la fiscal¨ªa maltesa y que es secreto¡ª que dejaba a Dalli al pie de los caballos.
¡°Hay pruebas circunstanciales no ambiguas de que estaba al tanto de las maquinaciones y peticiones del empresario¡±, incluido el hecho de que Zammit usara su nombre en sus relaciones con los suecos, y ¡°en ning¨²n momento el comisario tom¨® medidas para desmarcarse de los hecho o denunciarlos¡±, concluye la investigaci¨®n de OLAF, seg¨²n su director general, el antiguo fiscal italiano Giovanni Kessler, que remacha: ¡°Era consciente de que alguien pr¨®ximo a ¨¦l ped¨ªa dinero a una compa?¨ªa para cambiar la pol¨ªtica y no hizo nada por evitarlo¡±.
Con esas conclusiones en mano, Barroso convoc¨® el martes a Dalli, se las ley¨® sin dejarle ver el informe de OLAF y le pidi¨® la dimisi¨®n, que el malt¨¦s, por fuerza, entreg¨® verbalmente.
Ante su jefe, Dalli lo neg¨® todo. Y ya fuera de la Comisi¨®n todo lo sigue negando. Este mismo fin de semana, en un v¨ªdeo aireado por NewEurope, un semanario de asuntos europeos, mantiene el excomisario que, efectivamente, ser¨ªa ¡°cometer suicidio pol¨ªtico¡± el intentar legalizar el snus y recuerda todas las nuevas medidas antitabaco que iba a contener la nueva directiva. Suficientes como para que el lobby tabaquero quisiera hacerle desaparecer de escena y haya echado las campanas a vuelo con su dimisi¨®n forzada.
El asunto no est¨¢ nada claro, pese a la aparente convicci¨®n moral de OLAF. Kessler reconoce que no hay pruebas de que Dalli ¡°fuera el instigador o cerebro de esta petici¨®n de dinero¡± y asegura que ¡°no se ha desembolsado ninguna cantidad de dinero; solo fue solicitada¡±, pero, insiste, ¡°hay pruebas circunstanciales claras, no ambiguas, de que el comisario sab¨ªa lo que se hac¨ªa en su nombre y no lo denunci¨®¡±. La Comisi¨®n da por cerrado el caso. Pero muchas preguntas quedan en el aire, entre otras la b¨¢sica: ?a qui¨¦n beneficia el incidente? Dalli lo tiene claro, al sector tabaquero que con el muy probable retraso indefinido de la directiva antitabaco se embolsar¨¢ ¡°miles de millones de euros¡±.
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